Celos.

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Karter estába muy emocionado con la idea de  entrenar después de clases con Arthur, ya hacía 5 meses que se conocían su amistad era muy sincera aún que Aki tenía una gran rivalidad con Arthur y no sabían por qué. Los últimos días estaba de muy mal carácter y nada le parecía al chico.
—  Ya  no quiero estar aquí — el pelirrojo lo miro.
— ¿A dónde quieres ir? — pregunto.
— Lejos, muy lejos. — se recostó sobre la cama, mientras miraba al techo Karter tomo su mochila y respiro.
— Ya me voy — dijo mientras se dirigía a la puerta de la recamara — Cierras antes de que te vayas.
— ¿A dónde vas? — pregunto.
— Voy al entrenamiento a la montaña. Quedé de verme con Hayato y Arthur. — el chico puso los ojos en blanco.
— ¿Qué? — se sentó — ¿por qué?
— No hagas escándalo. Te dije que me agradan y quiero que sean mis amigos, además después quiero estudiar en la misma escuela que ellos después.
— ¿Estás loco? — se puso de pie — Ellos no son como nosotros. Mira su casa y mira la nuestra — dijo molesto.
— ¿Por qué te importa tanto eso? — se puso frente a él.
— Pueden humillarte en cualquier momento. Su padre los lleva en auto al colegio, tienen todo lo que piden. ¿Que te hace pensar que somos igual a ellos? — Karter miro a su primo.
— En verdad que no has aprendido nada. De nada serviría ir a un colegio de hechicería con tu actitud, ellos nunca nos han cuestionado y mucho menos nos han tratado mal — le dió la espalda y Aki lo regreso jalandolo de la mano.
— ¿Por qué prefieres estar con ellos? — lo miro furioso.
— No me toques, no se que te pasa. ¿Que tanto te molesta? — lo enfrentó.
— Siempre tengo que estar cuidándote. Cómo si yo fuera tu niñera, no puedo hacer nada solo, siempre que tengo que vivir tras de ti. Y a ti no te importa en lo más mínimo.
— Ya te dije varias veces que no estás aquí a la fuerza. Tu estúpida madre te dejo con nosotros. Y agradece que mi abuelo y mi mamá  te dan un techo en dónde vivir — cuando terminó de decir aquella oración Aki le dió un golpe en la mejilla derecha y lo hizo caer al piso, inmediatamente se puso de pie y le regreso el golpe. Antes de que Aki pudiera defenderse lo miro con el ceño fruncido, un poco sangre salió de su labio inferior.
— ¿¡Que diablos te pasa!? — grito molesto estaba apunto de darle otro golpe pero se detuvo — ¿No ves lo que ocasionas imbécil? ¿Por qué te estás comportando así? — lo cuestiono.
— Pareces niño tonto haciendo berrinche de todo — acomodó su mochila y salió de la habitación.

Arthur estába en la cima de aquella montaña, se sentía cansado ya que tenían que subir corriendo en un determinado tiempo, Hayato aún no llegaba, había veces que estaba en desventaja, normalmente eso ocurría cada vez que no no dormía bien por la noche.
— Pareces viejito — lo miro divertido Arthur.
— ¡Cállate! — llegó con el jadeando.  — Hoy no llego Karter. ¿Le habrá pasado algo? — se dejó caer Hayato sobre Arthur.
— Si pesas de verdad — lo empujó a un lado.
— Gumi dijo que hoy vendrá alguien más al entrenamiento — mencionó Arthur mientras sacaba su botella de agua.
— ¿Crees que su primo de Karter acepto venir? —  pregunto Hayato.
— Es muy raro. No creo que lo hayan convencido — levanto los hombros.
— Hola — saludo una chica de su misma edad. Arthur se puso de pie y la miro, su cabello cobrizo y sus ojos rojos se cruzaron con los ojos grises de Arthur.
— ¿Y tú eres? — pregunto Karter incorporándose.
— Nara Katsuki — sonrio la chica.
— Es un gusto. Yo soy Karter Lee — respondió el Pelirrojo llegando.
— Yo soy Hayato y él es nuestro oso — Arthur entrecerró los ojos y le dió un leve golpe en el hombro.
— Soy Arthur — le sonrió — Bienvenida.
— Es un gusto chicos — miro todo a su alrededor. — ¿Aquí entrenan siempre? — Pregunto.
— Si, ellos llevan más tiempo que yo. Hace unos días que me incorporé — Hayato analizo a Lee.
— ¿Con que te pegaste? — se tapó el labio inferior y Arthur dijo divertido.
— ¿Tu primo está celoso de nosotros? — volteo apenado Lee y asintió.
— ¿Por qué sabes cosas que los demás no? — Hayato lo miro.
— Ha desarrollado un más su habilidad, sus ojos detectan el aura de las personas y eso hace que su energía maldita se acumule y se expanda como un escudo. Aún no sabe cómo interpretar ciertas cosas, pero últimamente ah ayudado a muchas personas — Arthur los miro inclino su cabeza y tapo sus ojos.  Los chicos rieron al ver lo que ocurría, ella solo lo miraba inquieta.
— ¿Entonces te ah funcionado mucho el entrenamiento? — lo cuestiono Lee.
— Si, pero termino muy cansado. Aún no puedo nivelar mi ritual. Dice Megumi que con el tiempo iremos mejorando — le sonrió. 
Lee lo miro impresionado ahora entendía por qué Aki le tenía envidia. Era fuerte para su corta edad,  un chico tranquilo, reservado, muy educado con las personas, no le agradaban las injusticias y mucho menos las personas que se sentían superiores.
— Mi ritual es muy inestable cuando estoy solo — los miro — Siempre dependo de ustedes para poder lograr mi objetivo. FENIX es muy complicado.
— Long tambien, pero debes buscar la manera de conectarte con él, para poder activar mi ritual con el es muy difícil, la energía que él emite es misma que yo proyecto — explico Arthur. — Has lo mismo con Fénix trata de coordinarlo y después proyecta.
— Gema es la mejor arma que tenemos, nunca me deja hacer nada — Arthur lo miro
— Es por qué tu energía se conecta con ella, la rapidez con la que invocas es impresionante — explico Fisiguro. — Tu abuelito te dió otro tipo de entrenamiento¿Lo recuerdas? — Hayato asintió. — Lo único que sucede contigo es que el miedo en ocasiones te invade y eso es lo que debes controlar — miro a Arthur y este lo ignoro, hizo caso omiso — ¿Tú qué haces aquí? — cuestiono.
— Vine a entrenar.
— ¿No tenías un compromiso con Nanami? — se quedó quieto por un momento y miro a su hermano.
— No recuerdo — Hayato abrió enormes los ojos y lo empujó. 
— Y dices que el viejito soy yo — rio — ¡Es el concierto! — le dio una palmada en la espalda. — Vas a llegar tarde. Vete — le dió un empujón —vete, anda, anda — lo volvió a empujar.
— Se me había olvidado.
— ¡Ya vete! — lo volvió a empujar — papá te ha de estar esperando — Arthur salió corriendo sin despedirse. Fisiguro lo miro divertido.
— ¿Es tu hermano ? — pregunto Nara.
— Si, me adopto su papá cuando tenía 4 años — La miro.
— ¿Entonces tú tienes padres? — lo cuestiono.
— Te está diciendo que su papá es el mismo que él de Arthur — lo defendió Karter.
— Lo siento — se disculpo apenada.
Yuji se integro al entrenamiento con los chicos.
— Ha estado muy distraído y no recuerda que día es hoy — Hayato río.
— Hoy es su cumpleaños #13 ¿No? — Pregunto Yuji  él pelirrojo lo miro y bajo la mirada. 
— ¿Es enserio? — Fisiguro asintió.
Él pelirrojo solo sonrió sin decir nada. Aún que moría de ganas por decirles que también era su cumpleaños se quedó en silencio, sabía perfectamente que en el fondo que Aki tenía razón, no tenían el mismo nivel social para festejar juntos su cumpleaños.
El entrenamiento había sido tranquilo, a pesar de que Yuji se había unido al entrenamiento, puesto que se tenían que adaptar a la chica que se estaba incorporando a su equipo, tenían poderes de otro nivel y Fisiguro era el encargado de enseñarles lo que necesitaran saber antes de que entregarán al colegio de hechicería. 
Hayato estaba seguro que poco a poco se iba adaptar a ellos. Su fuerza no era superior pero siempre hacia todo lo posible por tratar de estar al mismo nivel.
Al terminar el entrenamiento con Fisiguro Hayato se acercó al pelirrojo y lo miro.
— ¿Que sucede contigo? — pregunto. — Has estado muy distraído.
— Mi primo está molesto conmigo — torció la boca — hoy discutimos muy fuerte y llegamos a los golpes. — Hayato se sentó en una enorme roca que estaba en el lugar y lo miro — Me culpa de todo lo que sale mal. No sabe ser compartido y quiere golpear a todo el mundo. Hay veces que pienso que terminara haciendo una tontería. Lo peor de todo es siempre tengo que solucionar los problemas en los que se mete. Parece que soy un niño con problemas de adulto.
— ¿Por qué tu abuelito no hace nada?
— Mi abuelito  piensa que si lo regañan o rependen se irá de la casa. No tiene papás, hasta donde yo sé.
— ¿Y tú tienes padres? — suspiro
— Mi mamá está enferma desde hace unos meses atrás y está en cama.  Mi padre falleció, el abuelo nos tiene prohibido hablar de ellos.  Supongo que no es bueno abrir esas heridas — sonrió.
— Te están esperando en casa Hayato. Satoru me acaba de llamar quiere que le vayas ayudar, creo que van a hacerle una reunión a Arthur por la noche cuando llegue del concierto.
— ¿Le podrías decir al señor Ijichi si me pude llevar a casa ? — Fisiguro asintió y tomo su teléfono.
— ¿Quieres venir? — le pregunto a Karter y este solo lo miró.
— ¿Es enserio? — Hayato asintió.
— Te está esperando Ijichi, te veo por la noche — los interrumpió Fisiguro y Hayato asintió.
— Estoy seguro de que mi hermano estará contento de que nos acompañes — le sonrió.
— Nara se irá con ustedes — menciono Fisiguro.
Gojo se encontraba en su habitación tenía una planeada un pequeña fiesta para festejar el cumpleaños de su sobrino. Jamás dejaba que esa fecha pasará desapercibida, lo consentía en todo lo que podía, no podía estar más feliz con esos niños sentía que sin ellos no era nada.
Estaba buscando una playera que hiciera juego con los pantalones que usaría. Cuando encontró el sobre que le había entregado días atrás Nanami. No estaba seguro de que si era lo correcto o no en ver lo que contenia dicho sobre. 
Lo abrió sin pensarlo y comenzó a ver el contenido. Se quedó quieto sin decir absolutamente nada, su corazón latía como si fuese a salirse de su pecho, saco su celular y estaba dispuesto a llamar al rubio. Cuando estaba apunto de marcar el timbre de la casa sonó y lo hizo renunciar a la idea de llamar a Nanami. Se dirigió abrir la puerta y se encontró con Hayato.
— ¿Y tus llaves? — pregunto.
— Se las llevo Arthur en su mochila, traje a mis compañeros — menciono.
— Si no hay problema pasen. — Nara miraba al Albino sin quitarle los ojos de encima.
— Arthur no tarda en llegar. Voy a comprar unas cosas que se me olvidaron ¿Puedes ir decorando un poco? — pidió el Albino y Hayato solo asintió.
— ¿Es tu papá? — cuestiono la chica.
— No. Es mi tío Satoru — ella solo sonrió.
— Nunca había entrado a tu casa, es muy bonita y grande.
— Es casa de mi tío, el nos trajo a vivir aquí para cuidarnos — explico.
— Ya entiendo. Al parecer los quiere mucho.
— Si, nos tiene muy consentidos. No está mal educando, parece que mi papá tiene 3 hijos, mi tío Satoru es más desastroso que nosotros — sonrió — ¿Me ayudan a colocar unos globos? — ambos asintieron
Comenzaron a decorar y todo marchaba bien, el timbre sonó y Hayato se dirigió abrir.
— Hola — la saludo un señor de edad. — ¿Eres Arthur? — pregunto el señor. Hayato miro al señor y lo relaciono inmediatamente con Nanami.
— No, mi nombre es Nanami Hayato —  el señor lo miro sin comprender nada. El chico hizo reverencia para saludar y el señor solo lo observaba.

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