Quimera.

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Llegue a casa y olvidé la moto en casa de Julia, no me preocupaba tanto el dejar ahí. Mi cabeza era un mundo diferente estos últimos días. Al entrar y recorrer el enorme pasillo antes de llegar a la sala estaba una chica sentada en el comedor. Su energía era muy impresionante, y muy fuerte se podría decir que era del mismo nivel que nosotros. Del lado de la sala karther solo la miraba era lógico, chocaba su energía con la nuestra. Podíamos detectarla a kilómetros, al parecer no tenía ningún entrenamiento, era un maldición involuntaria, y dentro de su energía descansaban tres animales que teníamos que descubrir.
- Por fin llegaste - mi tió Kim me miró.
- ¿Ella quién es? - pregunté, intenté acercarme y mi tío me detuvo.
- Llegó con tu padre. No la vayas hacer que se enoje - respondió Kim. Al observarla comía con desesperación; parecía que llevaba tiempo sin comer. Su ropa se veía sucia y desgastada.
- Ya veo. Voy a darme un baño - mi tío Kim solo me miró sin decir nada más y Karther solo observaba, me daba risa al ver la expresión de karther. Camino detrás de mi.
- ¿Qué quieres? - pregunté sin detenerme.
- ¿ Quieres descansar? - Suspiré.
- Aún no estoy cansado. Tengo que estudiar llevo dos días sin asistir al colegio.
- Me sorprende la capacidad que tienes. Yo estuve a punto de lastimarla y mirá lo que me hizo. - se levantó la manga de su sudadera.
- ¿Te mordió? - reí
- No te rías, porbun momento pensé que cortaría el brazo.
¿Cómo le hiciste para tomarlo con calma?
- Tengo a Long de mi lado - le sonreí orgulloso.
- Eres una estafa - dijo mirándome con los ojos abiertos.
- Y tú una molestia. La escuela es muy aburrida. Y las personas muy simples como tú, no les gusta poner a trabajar su cabeza. Long solo me ayuda a no lidiar con eso y suma-chan es mi secreto.
- Me agrada la manera en como haces las cosas. Tengo algo que decirte.
- Di lo que sea pero rápido - exigi.
- Descubrí una forma de traer de regreso a Hayato - solo sonreí. Era increíble lo estaba escuchando, pero sabía que no era cosa de él. Julia tenía que haber hecho algo y el favor me iba a salir muy caro.
- Aquí no podemos hablar - voltee a verlo. - Te mando un mensaje mañana cuando salga de mi trabajo y te digo en donde podemos vernos - él solo asintió y se dio vuelta.
Estaba por entrar a mi habitación cuando mi papá salió de la recámara de mi tío Gojo.
- Ya es tarde - Sentí como una corriente eléctrica corrió por todo mi cuerpo. Me quedé paralizado al escucharlo, tenía tanto tiempo que no me sentía así. - Haz crecido mucho - mis ojos se aguaron y voltee a verlo. Lo que mis ojos miraban no lo podía creer, la vez que lo había visto no me había percatado que estába muy lastimado.
- ¿Quién fue ? - intenté mirarlo a los ojos, pero él evadió mi mirada. - ¿Fue ella verdad? - le pregunté. Es una buena chica.
- Mira como te dejo.
- Estoy bien - sonrió
- ¿Estás bien? - le pregunté sarcástico - 2 años buscándote ¿Y estás bien? - lo mire molesto. - ¿Que más debo esperar?
- Has cambiado mucho hijo - se acercó. Dibun paso hacia atrás y él se detuvo
- Solo crecí. Pensé que había perdido a mi familia, pero solo perdí a mi hermano, solo perdí a mi perro. ¿Qué más quieres saber?
- Estás muy a la defensiva - se acercó.
- Llegas como si nada. Ella llega como si nada y ahora todos dicen que yo soy él que ha cambiado. ¿Y ustedes qué? - ella llegó y se paró detrás de él. Era muy rápida.
- ¿Está bien señor ? - le pregunto.
- Quimera él es mi hijo - dijo mi padre.
- ¿Tú lo lastimaste? - pregunté.
- No, solo lo encontré y trate de ayudarlo - me miró - Un año durmió y no lo podía hacer despertar.
- Está bien - abrí la puerta de mi recámara y ella llegó de mi lado - no estés enojado con él. Él te quiere mucho, si quieres yo puedo irme. Pero no lo lastimes - voltee a mirarla.
- No es necesario que te vayas. Solo quiero estar sólo - entre a la habitación y cerré.
Me recargue en la puerta y me deslice hasta llegar al piso y me abrace a mi mismo.
En ese instante Long tomo su forma y me miró. Mis emociones le mantenían inestable, pero él sabía cómo consolarme en mi soledad. Pego su frente con la mía y miró mis ojos
- Perdóname, perdoname por favor. Sigo siendo un niño y no lo se manejar. - él solo permaneció ahí, sin darme cuenta me quedé dormido sobre él. Tenía tanto aún que recorrer que no sabía que debía hacer.
Por la mañana aliste mis cosas para salir a trabajar, al llegar al comedor mi tío Gojo se encontraba con mi padre y la chica estaba en el sofá mirando TV. Parecía como un animalito deshubicado, la mire por unos segundos, al parecer no estaba "domesticada" por así decirlo.
- ¿Qué sucede? - pregunto mi tío.
- Tiene los pies arriba del sofá - dije sin dejar de observarla - Y está comiendo sobre el sofá. Va arruinar mis muebles
- Que exigente eres - dijo Karther.
- Tu guarda silencio. No tienes permiso de opinar - lo voltee a ver.
- Qué grosero eres - me miró con los ojos entrecerrados.
- Quita tu cara de víctima que no te queda - él solo sonrió.
- Tenemos una plática pendiente tu y yo - me miró mi papá.
- Después hablamos - antes de terminar la oración me detuvo.
- Puedes faltar al trabajo. Dinero no te hace falta y si es así tienes mi tarjeta - dijo mirándome. Se puso de pie y tomo su saco. - Vamos a salir a desayunar - Quimera al escucharlo, salir se puso de pie y me detuvo.
- Yo voy con él - me miró. Solo puse los ojos en blanco. Voltee a ver a mi tío Gojo y sonrió.
- Dijiste que ibas a traer un perro no un problema - él solo sonrió. Ella solo ladeó su cabeza y me miró.
- ¿Un perro? - me miró.
- Olvídalo - la mire.
- Si te traje una mascota - me miró - pero por la noche lo ves. Tu papá espera. - señaló - Kim trae a Quime. Más tarde Ireire vendrá ayudarnos con ella.
Salí de la casa y mi tío Kim batallaba con ella para regresarla a la casa, quería estar en donde estuviera mi papá, solo reí al ver cómo corría por todo el jardín para evitar que la detuvieran.
Me acerque a ella y la mire, sus ojos eran rojos como el carmín, brillaban y no tenía ninguna especie de maldad, llevaba toda su vida sola sin alguien que estuviera con ella la trate de entender, trate de saber cómo era posible que fuera así, pero no encontraba la razón.
Se quedó parada frente a mi y me miró. Le tendi la mano y ella la tomó.
- Ya tranquilizate, solo voy con mi papá, él regresa más tarde. Tu tienes que darte un baño y arreglarte - me miró con la otra mano me quitó mis lentes y miró mis ojos. Mi papá solo miraba sus acciónes, y mi tío Gojo solo observaba desde la ventana.
- Yo quiero ir - miró a mi papá.
- Te dije que tengo que hablar con mi hijo - le sonrió. - tiene mucho tiempo que no lo veo. - ella solo me volvió a mirar y retiró bruscamente su mano de la mía .
- Hagamos esto - le sonreí. - vendrá mi tía a verte si haces lo que ella dice saldrás la próxima vez con nosotros - molesta me dio un empujón y regreso a la casa.
- ¿Está haciendo berrinche? - pregunté.
- Nunca había convivido con gente.
- Tiene un león y una cabra, el siguiente aún no lo ha liberado - le dije a mi papá - Long estuvo muy inquieto toda la noche.
- Es una buena chica, al parecer tiene tu edad - lo mire.
- ¿Piensas dejar que se quede? - pregunté.
- Si ella quiere estar aquí si - solo respiré. - sube al auto.
Así lo hice y en el trayecto era un silencio incómodo hasta que él rompió el hielo.
- Siento mucho haberte dejado - me miró por el espejo del auto. - La misión se complicó y Quimera es el resultado de lo que ocurrió.
- Si lleva un buen entrenamiento puede llegar al nivel de Karther.
- Eres muy fuerte, lo superaste. - sonrió - Tienes un buen maestro. Muy pocos son entrenados realmente por tu tío.
- Tuve que entrenar día y noche. - Freno el auto y llegamos a una playa que estaba cerca. Mentros más adelante estaba el auto de la familia de Julia.
- ¿Descubriste quien es Sumiko verdad ? - lo mire.
- ¿Por qué estamos aquí?
- Hijo, tienes que entender que hay veces que tenemos que hacer sacrificios. Y Hayato es una prueba de ello, siento mucho que no pude protegerlos.
- Ella nos dejó. Y no compares a Hayato con esto.
- Él siempre estuvo dispuesto a dar la vida por su hermano ¿No? - lo mire.
- Yo hubiese hecho lo mismo por él - lo mire.
- Lo sé hijo. - se retiró los lentes y sus ojos verdes me miraron.
- No lo sabes. Por qué no estuviste ahí. No sabes por qué no pude hacer nada, jugaron con sus sentimientos y lo mataron. No fui lo suficientemente fuerte para protegerlo. Nadie creyó cuando les dije que Nara no era de confianza.
- Ya no te culpes - se acercó a mi y tomo mi rostro sobre sus manos - Sabías que pasaría, por eso llevabas días sin poder dormir, tu energía se anticipo a los hechos y no estás trabajando en ello. Aunque físicamente seas fuerte, mentalmente también tienes que serlo. Por eso no has podido traerlo de regreso. Te preocupas por todos menos por ti. Tienes que dormir para que tu ritual sea fuerte ¿Hasta cuándo vas a madurar? - Alzó la voz.
- La vida solo se basa en dos cosas para nosotros. En guiar y proteger - hable con la voz cortada - hay gente que no se merece ser protegida. Y más sin en cambio yo siempre he perdido. He ayudado a mucha gente que realmente lo necesita.
- Lo sé hijo, pero debes de cambiar un poco más. Hay muchas personas que te quieren, haz hecho muchos amigos aquí en Malasia. Tus acciones son buenas y nunca dejes que lo malo te agobie.
- Te extrañe mucho y tenía la idea de que nunca iba a volver a verte. Pero ella no dejaba que yo llegar a tus pensamientos. Deje de dormir por miedo. Itadori tenía razón, para ser reconocido hay que hacer cosas buenas para que el día que tengamos que partir estén nuestros amigos acompañándonos. Mi tío siempre me ha tenido consideración.
- Tu tío siempre estuvo para cuidar de ti. Para portegerte por qué tu madre así se lo pidió. Ella buscó lo mejor para ti. Y gracias a ella eres lo que eres ahora.
- Todo es muy confuso. ¿Por ella si hizo su vida y tú no?
- Ve los ojos de Satoru y sabrás las respuestas a tus dudas. Eres él único que puede hacerlo seder, tu tío te ama y jamás va dejar que te vuelvan a lastimar.
- Sumiko quiere estar más cerca de ti. Solo te pido que le des una oportunidad - voltee hacia la ventana y respire profundamente..
- No - murmuré. - No quiero estar cerca de ella. Aún no quiero saber las razones, y si tu estás bien con lo que ella te dijo yo voy a aceptar tu decisión, pero no me pidas que esté cerca de ella. Julia es la única comprende como me siento, pero no aún no puedo perderla todavía.
- Voy a respetar lo que tú decidas, pero quiero que me prometas que si yo faltó ella también puede protegerte al igual que Satoru. - Solo asentí.
- Por favor vamos a casa - él solo miró aquel auto y tragó saliva.
- ¿Te duele él no ser tú?
- No puedo engañarte hijo, pero estás en lo correcto. Y no puedo imaginar el como te sientes al saber que tiene una hija.
- A Julia le dio una familia. Y me me cuesta trabajo perdonarle el que nunca estuvo para mí, pero ya te dije. Yo siempre voy a estar para ti papá. Y si algún día te vuelves a enamorar yo siempre voy apoyarte.
- ¿En qué momento creciste tanto mi bebé? - sonrió mientras sacaba de su saco su celular marco un número. Y me miró.
- Disculpa, pero no está listo para hablar con tu familia. Te suplico que le des tiempo - él solo asintió y segundos después colgó. Arranco el auto y lo puso en marcha. Mi papá era muy bueno para fingir que nada le dolía.

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