CAPÍTULO CINCO

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—¡Tía!

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—¡Tía!

Ella se encogió de hombros.

—¿Qué? Es la verdad, tontín.

Mi mamá se rió por las cosas que a mi tía solo se le ocurren. Me senté en el comedor dispuesto a esta vez si poder disfrutar de mi desayuno. Lamentablemente mi plan no pudo ser así ya que mi mamá me interrumpió hablándome cuando me estaba llevando una tostada a la boca.

—¿Quién es Olivia?

Yo suspiré y dejé mi pobre tostada en el plato otra vez.

—Es una amiga mía, y a Gabriel le gusta —le expliqué y ella asintió con la cabeza

Volví a llevarme la tostada a la boca y está vez si le pude dar el mordisco que tanto había deseado está mañana. La verdad la comida estaba muy buena, de seguro mi mamá ayudo a mi tía, las dos cocinaban exquisito.

—Hijo…

—Dime, mami. —Ella sonrió por el hecho de llamarla así, aunque tuviera mil años aún le seguiría diciendo mami.

—¿Has pensado en tener una pareja? —yo deje de comer— Lo que te quiero decir es que, tienes un gran departamento con quién compartirlo.

—Tu mamá tiene razón. —me sobresalté porque mi tía salió de no se dónde.

—No quiero volver a tener una pareja después de lo que pasó con Darlis.

Mi tía abrió la boca en una gran O.

—¿Quién es Darlis, tontín? —No le respondí porque no quería hablar de ella.

—Ayres, tienes que entender que no puedes vivir con el miedo de que otra chica te hará lo mismo que te hizo Darlis —mi mamá me habló de la forma más delicada posible.

—No es eso mamá…

—Se que es eso, Ayres te conozco perfectamente, no me mientas —mi mamá se levantó dando una golpe en la mesa.

Mi tía pensó que necesitábamos privacidad, así que ella volvió a la cocina a seguir preparando la comida que estaba haciendo. Yo también me levanté de la mesa y mire fijamente a mi mamá.

—Por ahora no quiero tener pareja, mamá, eso es todo —. Y con eso me fui a mi cuarto molestó. No me gustaba molestarme con mi mamá, y se que ella tampoco conmigo.

Me acosté en mi cama y agarré mi cámara para ver las fotos que tomaba sin sentido. Siempre me gustó la fotografía, es por eso que a los ocho años aproximadamente, mi mamá en mi cumpleaños me regaló una camara que tanto había estado pidiendo. Sonreí al recordar ese día. Estaba tan feliz que no podía dormir de la emoción, y mi mamá se puso feliz de verme tan contento con mi cámara. Mi mamá… No me puedo molestar con ella, es mi mamá, y siempre ha estado conmigo apoyándome. Me pare de la cama dispuesto a disculparme con ella, y cuando iba abrir la puerta alguien tocó. La abrí y ahí estaba mi mamá. Me abrazo cuando me vió y yo contento le correspondí el abrazó.

La chica del Café © [#1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora