A Y R E S
4 años después...
Sentado en el sofá de la casa de mi tía, mi madre no dejaba de abrazarme y mi tía tampoco.
¿Por qué?
Porque las sorprendí a ella y a mi mamá, de llegar de sorpresa a la casa de mi tía Lori. Mi mamá ya hacía meses que vino a visitar a mi tía y yo decidí darme unas vacaciones viniendo otra vez al pueblo en dónde crecí.
-¡Tontín, no puedo creer que hayas llegado! -mi tía me volvió abrazar.
-Sí, decidí tomarme unas vacaciones. El trabajo en la oficina me tiene cansado.
Ya hace meses que me había graduado de la universidad, y gracias a Dios ya estaba trabajando. Ya tenía mi propia oficina y estaba muy feliz por eso. Era abogado.
Había llegado hace una hora gracias a Dios, y estaba muy ansioso por caminar por las calles como lo solía hacer de pequeño.
-¿Cómo te ha ido en el trabajo? -mi tía me preguntó mientras se sentaba en el sofá.
-De maravilla, aunque a veces me cansó y todo, pero es lo que me gusta hacer -conteste.
-Ay, me alegra tanto -comento mientras sonreía.
-¿Por cuánto tiempo te vas quedar? No quiero que te vayas mañana -mi comentó y yo reí.
-No, no, la verdad es que si me voy a quedar por un tiempo acá. Quiero descansar y no volver por un tiempo a mi departamento -respondí.
-Me alegro mucho oír eso, cariño -mi mamá dijo y mi tía asintió con la cabeza.
La verdad me había recibido con una exquisita pasta que solo mi mamá y mi tía Lori sabían hacer, y eso era otro motivo por el cual no irme. No podía dejar de comer un plato que tan solo ellas dos hacían. Eran demasiado buenos. Ahora mismo me encontraba ayudándolas a cocinar un pastel para... No sé, no me dijeron la razón pero según ella era muy especial.
Estos años habían pasado cosas y más cosas. El Café's Sweet había vuelto a la ciudad. Resulta ser que gracias a Dios, Leymir pudo lograr pagar la multa y pudo seguir con su negocio. Me alegro mucho y ahora cuando puedo, trabajo allí. Por otro lado, la relación de Gabriel y Olivia va de maravilla, ya los dos están comprometidos y planean casarse dentro a de dos semanas. Olivia quiso realizar la boda en este pueblo, porque aquí fue donde conoció a Gabriel, así que su novio no se opuso a eso.
Además, era una ventaja para mí, porque la vida será dentro de dos semanas y yo estaba aquí. Aunque, a la boda está invitada Heather, y la veré después de cuatro años.
Ella no sabe que yo voy a la boda, aunque a la vez pienso que sí porque Gabriel es mi mejor amigo. No sé cómo reaccionara ella al verme ni yo.
Heather...
Cuatro años hemos pasado sin hablarnos, y aunque siempre le preguntaba a Olivia por ella, no era igual. Olivia y ella se hicieron grandes amigas, así que por eso le preguntaba a Olivia.
Heather nunca me llamo, ni me mandó mensajes, y yo tampoco lo hice con ella, solo por darle el tiempo que ella me pidió.
Aunque, en todos sus cumpleaños de estos años, siempre le enviaba un regalo diferente. ¿Cómo sabía la dirección de su casa? Es un misterio que ella tendrá que descubrir.
-Cariño, está noche va venir a cenar una amiga de nosotros con su esposo, ¿Te molesta? -mi interrumpió mis pensamientos.
-No -yo negué con la cabeza-, para nada.
-A las 8:30 ellos ya deben de estar aquí -me aviso.
-Okey -me pare y le di un beso en la mejilla-. Iré a caminar un poco.
Ella asintió y me fui, no sin antes tomar mi cámara para fotografiar cosas que me encontrará en el camino. Caminé por las calles, me comí un helado, compré algunas cosas y al final me encontraba sentado en un banco fotografiando a pajaritos del parque.
La verdad me hacían recordar mucho a Springles. Lo extrañaba demasiado, pero se que él está feliz.
Un niño y una niña jugaban en los columpios, y de repente vino a mi un deja vu que me hizo sonreír. La verdad extrañaba mucho mi niñez.
Extrañaba mucho jugar en los parques a dónde mi mamá me llevaba, o cuando le pedía a mi mamá permiso para ir a jugar con mi mejor amigo a su casa.
Todo eso me hizo sonreír.
Fotografié hojas, animales, cosas, hasta el cielo que se veía demasiado hermoso esta tarde. Mire la hora en el reloj de mi muñeca y marcaban las 6:43, así que decidí irme a casa y a prepararme porque hoy en la noche llegaba visita a la casa.
Dejé de fotografiar y a la vez me pareció muy triste porque quería seguir haciéndolo. La verdad la fotografía era algo muy especial para mí, porque desde que tome mi primera foto nunca he podido parar de hacerlo. Pase las fotos en mi cámara una por una, para ver qué tal habían quedado, hasta que me encontré la foto que Heather y yo nos habíamos tomado aquel día en el parque. La verdad ella estaba demasiado hermosa, y me acuerdo que yo no quería tomarme la foto.
Sonreí al recordar esa escena.
La foto. Nuestra foto. La única foto que ella y yo teníamos, era mucho más que una simple foto, era el recuerdo de la primera vez que la besé después de tantos años.
Guarde mi cámara en el bolsillo de mi abrigo y luego me pare del asiento para ir a la casa. Ya se estaba haciendo de noche. Caminé por cuatro cuadras, y a decir verdad estaba lejos de la casa.
De repente, ya la noche había llegado. Pase por una cafetería u me acordé del café Sweet, el lugar estaba lleno aún así fuera de noche. Me acerque a la cafetería y por un momento quise entrar pero después dije que ya estaba demasiado tarde para hacerlo.
Vi como una chica que estaba vestida con un uniforme, estaba hablando con un chico en el mostrador. No lo estaba atendiendo, estaban charlando. Y cuando ella volteó mi corazón se detuvo para luego latir demasiado rápido.
Era Heather.
Solo que estaba un poco cambiada. Ahora ya no tenía el fleco, le había crecido y a decir verdad seguía igualmente hermosa.
Sonreía cómodamente con el chico.
Y cuando la vi charlando con él, inmediatamente pense en si me había olvidado.
¿Lo habrá hecho?
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La chica del Café © [#1] ✓
RomanceAyres Jones y Heather Beckinsale, dos jóvenes que sueñan con un amor de películas desde su infancia. Los dos llevarán su amor mucho más allá de los que ellos puedan imaginar, cuando su historia continuó en aquella cafetería. Ayres tendrá que enfrent...