CAPÍTULO DIEZ

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-¡No lo puedo creer, tontín! Pero si es la chica hermosa que vimos tu mamá y yo el otro día en la cafetería -mi tía se sorprendió al ver a Heather llegar con las maletas a mi departamento

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-¡No lo puedo creer, tontín! Pero si es la chica hermosa que vimos tu mamá y yo el otro día en la cafetería -mi tía se sorprendió al ver a Heather llegar con las maletas a mi departamento.

Habíamos llegado hace como dos minutos y mi tía no dejaba de sorprenderse cada vez más. Obviamente no se el porqué lo hacía, ya que le phablé a las dos hace días con tiempo, que Heather se iba a quedar en mi casa, a ella no le molestó porque es mi departamento, pero aún así son mi mamá y tía, por lo tanto, igual les tenía que avisar.

Heather no le prestó atención a lo que estaba diciendo mi tía, porque estaba entretenida viendo mi departamento. Supongo que todo le parece bonito.

-¿Son pareja? -mi tía de la nada me preguntó.

-¿Pero qué...?

Mi mamá rodó los ojos mientras soltaba una leve risa por lo que se acabó de inventar de mi tía.

-Por Dios, Lori, solo son compañeros de trabajo -mi mamá intervino.

-Pero eso no tiene nada que ver cuándo el amor es real, que sean compañeros no implica nada-mi tía se encogió de hombros y yo aún no podía creer que mi tía se le ocurriera tal cosa. Le agradecí a Dios que Heather estuviera entretenida viendo el departamento, porque si escuchara esto, literalmente estuviera muy apenado.

-No, tía, solo somos amigos -ella se me acercó y me fulminó con la mirada.

-Solo amigos... Espérate un par de años, y verás, tontín -luego sonrió de boca cerrada, pero su sonrisa no era para nada amigable, era de... ¿Victoria? Era como sí ella supiera que tenía la razón.

-Okey... -. Murmuro

Mire a Heather y ví que estaba acariciando a Springles. Me acerque a ella y sonreí a la ver al animalito.

-Veo que ya conociste a Springles -comenté. Heather me miró y asintió con una sonrisa de boca cerrada en su cara.

-Es muy hermoso -Murmuro acariciándole la cabeza con cuidado- ¿En dónde lo conseguiste?

-En el parque que está a dos cuadras del edificio. Se lastimo y me lo traje para cuararlo -ella me miró y sonrió.

-Te gustan los animales al igual que a mí.

Le devolví la sonrisa.

-Si quieres te enseño la habitación en dónde te vas a quedar -ella asintió con la cabeza y dejo a Springles en su caja.

Ella agarró su maleta y caminamos para ir a la habitación. Vimos a mi mamá y a mi tía charlando en la cocina y Heather las saludo. Yo la lleve a una habitación que estaba al lado de la mía, que yo la tenía únicamente para los invitados. Gracias a Dios que mi departamento tenía cuatro habitaciones.

-Aquí es -ella empezó a ver todo la habitación y a mí parecer creo que le gustó.

-Es muy bonita, gracias -agarro la maleta y la puso en su-ahora- cama.

-Si necesitas algo, me llamas y yo con gusto te atendere -iba a a cerrar la puerta para irme pero ella se giró y me detuvo.

-Espera... Quiero agradecerte por todo

-No te preocupes -le dí una sonrisa de boca cerrada.

-Muchas gracias por dejarme quedarme en tu casa -me dio un beso en la mejilla y después de eso me fui.

***

A ver...

¿Qué pongo?

Muchas películas, muchos documentales y muchas series. Pero nada de lo que había ahí me llamaba la atención.

Excepto...

-Listo, volvere a ver Stranger Things. -me dije a mi mismo y le dí click a la serie.

Me acomodé en el sofá y me puse a comer palomitas. Me dio un poco de frío y busque mi más adorado suéter de Stranger Things. Amaba este suéter al igual que la série. Me volví acomodar en el sofá y me volví a comer un poco de las palomas de maíz.

-¿Estás viendo Stranger Things? -una voz que conocía demasiado me asustó tanto que me sobresalté y tire mis palomitas al suelo.

-¡Heather!

Ella se asustó un poco y me ayudó a recoger las palomitas.

-Lo siento, no te quería asustar -se disculpó y yo negué con mi cabeza.

-¿Qué tienes con asustarme? -hablé bromeando y ella soltó un risilla.

-No es mi culpa que te asustes de la nada -yo solté un leve risa.

-Okey, creo que está vez tienes razón

Ella se sentó a mi lado y miro la série que estaba viendo.

-No sabía que te gustaba Stranger Things

-¿A ti te gusta?

-Me encanta -dijo y luego vio mi sueter- Y también tengo un suéter igual al tuyo

Fruncí el ceño-¿En serio?

Ella asintió.

-Ya lo busco.

Heather se levantó del sofá y fue en busca del suéter. Regrese un poco la serie, porque me había perdido un pedazo por estar hablando con Heather. No pasaron ni cinco minutos, cuando ya Heather estaba al frente mío con un suéter negro con el logo de Stranger Things, igual al que yo traía puesto.

-No lo puedo creer...

-No eres el único fan de Stranger Things, tontín -. Se sentó en el sofá y puso la serie.

Así, Heather y yo, duramos horas y horas viendo la serie que nos gustaba. Vuelvo y repito, ella y yo tenemos mucho en común, y no entiendo como una chica que pasó de odiarme por casi romperle su nariz, a estar sentada al lado mío viendo Stranger Things.

Cuando menos lo espere, Heather estaba dormida en el sofá y yo quitando la serie para yo también poder descansar. Busque una sábana y se la puse a Heather encima para que no le diera frío. Yo apagué todas las luces y entre a mi habitación. Me lance a la cama y solté un suspiro de cansancio. Y de la nada me puse a pensar en Heather.

¿Por qué?

¿Por qué me puse a pensar en Heather?

Tengo muchas razones, pero por ahora no quiero ser el chico que tenías tiempo sin ver y de la nada quiere volver a ser parte de tú vida.

¿Por qué ella?

¿Por qué Annalise entro a mi vida de nuevo justo en este momento?

No tenía ni la menor idea. Pero le agradezco el volver haber entrado a mi vida, cuando más me sentía que me estaba ahogando en soledad.

La chica del Café © [#1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora