EPÍLOGO

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Meses después

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Meses después...

A Y R E S

Ya era fin de año, y todos nos encontrábamos decorando la mesa para la cena; mi mamá, mi tía, mis suegros, y yo.

El tiempo había pasado demasiado rápido. Al final me mudé acá y mi mamá también hizo lo mismo. El trabajo no interfirió en nada porque pedí un traslado para acá y gracias a Dios me lo aceptaron, por eso ahora estoy trabajando como abogado y a veces cuando tenía tiempo trabajaba en la cafetería. Mi mamá vivía con mi tía Lori, y yo vivía con Heather en su casa. Todos los días visitaba a mi tía a mi mamá.

Heather y yo hemos estado pensando en comparamos una casa para vivir nosotros dos solos. La verdad me gustaba la idea y si ella estaba completamente segura de hacerlo todo estaba bien.

-No puedo creer que el año se haya ido tan rápido -mi tía Lori comento.

-Si, la verdad es que tienes razón -Martha, mi suegra, había comentado.

Heather me llamó y yo me acerque a ella. Estaba sentada en el mueble tomando un poco agua porque hace rato se había mareado y por esa razón no nos estaba ayudando.

-¿Ya estás mejor, cariño? -le pregunté en cuanto me senté a su lado.

-Mucho mejor -me sonrió-. Te llamé para decirte que quería que salieras a caminar un rato en la playa conmigo.

-Por mi no hay problema, pero, ¿Seguro estás bien? -ella me acarició la mejilla.

-No te preocupes, Ayres, estoy bien -me quedé más calmado.

-Bien, entonces le avisaré a los demás que vamos a salir.

Ella asintió con la cabeza.

***

Heather y yo caminábamos descalzos por la playa agarrados de la mano, pero luego nos sentamos. Estábamos en la misma playa en donde ella y yo nos volvimos novios. Heather quedó encantada con este lugar y yo lo sabía.

-Ayres... Te agradezco mucho haber siempre estado para mí -recostó su cabeza de mi hombro.

-Y siempre lo estaré.

Nos quedamos callados por unos minutos hasta que ella decidió hablar.

-¿Por qué me esperaste cuatro años, Ayres?

Me desconcentre.

-No entiendo tu pregunta.

-¿Por qué esperaste cuatro años por mí?

-Porque siempre estuve enamorado de ti, y todavía lo estoy -ella sonrió.

-Estos cuatro años pensé que te habías olvidado de mí.

-¿Por qué pensabas eso? -su confesión me confundió.

-Porque... Pensé que no esperarías por mí, pero veo que me equivoqué -me sonrió.

-Eso nunca iba a pasar, Heather.

Le devolví la sonrisa.

Amaba a Heather. Realmente la amaba.

***

Mi teléfono vibró y lo tomé para ver quién era. Era un mensaje de mi mejor amigo.

Gabriel: Hey, Ayres, ¿Qué tal? Olivia y yo volvimos de vacaciones. ¿Estás en tu casa?

Ayres: Me alegra mucho saber eso. Si, justo ahora Heather yo acabamos de llegar.

Gabriel: Oh, que bueno. Olivia y yo vamos para allá a visitarlos, ya que tenemos mucho tiempo sin verlos.

Ayres: Mejor todavía. Aquí los esperamos.

Me metí ni teléfono al bolsillo y cerré la puerta de la entrada.

-Gabriel y Olivia vienen para acá -le avisé a Heather y si cara se transformó en una de emoción.

-Me alegra oír eso.

Cuando llegamos ya todo estaba listo y realmente hermoso. La mesa ya estaba lista con toda la cena acomodada en su sitio. Mi madre y mi tía charlaban cómodamente con mis suegros mientras que también reían por los chistes "malos" que hacía el señor Esteban.

Y aunque digan que son malos a mí me causaban risa y me entretenían. Cosa que Heather no cree.

Heather se sentó en la sala de estar en dónde estaban todos y les aviso que mi mejor amigo y su esposa venían para acá. Me sume a ellos y también me senté a charlar. Pasaron veinticinco minutos cuando Olivia y Gabriel ya estaban aquí.

Todos nos encontrábamos cenando. Al final Gabriel y Olivia decidieron pasar el año nuevo en la casa y con gusto nosotros los recibimos.

-La cena está demasiado buena -Heather habló y yo asentí con la cabeza.

-Tiene razón -hablo Gabriel.

-Gracias. -Mi madre, mi tía y la señora Martha dijeron a la misma vez, porque las tres habían hecho la cena.

Olivia de repente rió y todos nos la quedamos viendo confundidos por lo que acababa de hacer.

-¿Qué pasó? -su esposa le dijo.

-Es que, me acordé de un chiste que contó el señor Esteban que me causó mucha risa -explico.

-¡Sabía que mis chistes son buenos! -dijo el señor Esteban y todos en la mesa reímos.

***

Heather y nos encontrábamos sentados afuera de la casa esperando que se hicieran las doce para dar el feliz año. Ya habíamos cenado y todos adentro estaban charlando menos nosotros. Heather quería pasar tiempo a solas conmigo.

Estábamos recordando nuestra infancia y que hacíamos nosotros dos cuando estamos en la escuela. La verdad siempre nos la pasábamos juntos que un día toda la escuela creía que estábamos juntos. La verdad yo por dentro quería estar con ella pero lamentablemente no lo estábamos.

También cuando un día casi nos llevan a dirección por sin querer haber chocado con la directora y tirarle un café encima. Recuerdo que ese día realmente estaba asustado porque nunca había ido a la dirección, pero al final gracias a Dios no fuimos, y Heather me calmo diciéndome que todo estaba bien.

Heather reía al yo recordarle ese día.

Mire la hora en mi teléfono y faltaban un minuto para las doce.

-Heather...

-¿Mhm?

-Quiero decirte que te amo mucho, y muchas gracias por hacer este año uno maravilloso.

-Te amo mucho, Ayres Jones.

Ella me sonrió y me besó.

Amaba a Heather y siempre la voy amar.

Y cuando me pregunten que fue el amor para mi, contaré nuestra historia.

Contaré las cosas que pasamos juntos y no voy a olvidar la cafetería que nos volvió a unir. Y siempre te voy a mencionar cómo: La chica del café.

Fin.

La chica del Café © [#1] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora