Después de marcharse estrepitosamente de la Mansión de Fan, a solo poco menos de una hora, Naruto llega furioso a casa; rezongando y maldiciendo al "supuesto príncipe", Sasuke, a cada paso que daba.
Iruka y los niños pasan parte de la tarde y noche observando desde una esquina de la puerta como Naruto se encuentra cocinando con furia la cena: Golpeando y amasando con odio cual saco de harina a la masa de pan y cortando las carnes para el estofado con cada filoso cuchillo a su alcance.
Tres cabecitas se asoman desde el marco de la puerta. Maru es el único valiente que se atreve a mirarlo directamente.
—Ew, su comida sabrá salada.
—¿Qué creen que le paso a Naru?
Moegi estaba preocupada, su hermano solo puede estar así cuando realmente no 'amaba' a alguien y lograr eso era muy difícil.
Chelsea, una niña con coletas rubias y vestido azul abraza a su osito con más fuerza, ella es una de los huérfanos más pequeños al cuidado de Iruka. Ama a Naruto más que nadie y verlo así hace que quiera comenzar a llorar, Udon y Moegi solo podían consolarla con ligeros abrazos.
Craig, otro de sus hermanos que estaba pasando por el pasillo de la cocina, se asoma a ver la peculiar situación.
—Naruto fue a la mansión de ese hombre.
Maru voltea y observa a su amigo.
—¿Qué hombre?— él pregunta con interés.
El niño mueve sus ojos cafés de forma fastidiosa y revuelve su rizado cabello rojizo. Graig es un chico malicioso y malhablado, tiene las manos y brazos llenas de vendas, un pantalón corto que sujeta con tirantes y una camisa amarillenta desgastada. Hace un sonido burlón por la estupidez del otro huérfano y golpea las piedras del suelo con sus viejos zapatos negros.
—El hombre de la catedral, el beso... ¿al que llamaste pervertido?
Graig siempre ha pensado que sus hermanos han sido lentos y tontos. Mete las manos en sus bolsillos y los mira con indiferencia. Había visto junto a su hermana Chelsea, a Naruto salir del orfanato y perderse por la calle del barrio aledaño.
—Lo vi merodear por todos lados cerca de aquí preguntando como un idiota. Llevaba una canasta,— señala a Iruka detrás de él con el pulgar.— Él le dijo que fuera.
Todos miran al patio, su tutor está cerca de la fuente leyendo la biblia.
Maru arruga la nariz. Graig junto a León, un tipo alto y pálido con cabello largo, siempre han sido chicos problemáticos, más que él debe admitir, saliendo y entrando cuando quieren del orfanato y pasando el tiempo en las calles. Maru no ha dicho tampoco que suelen regresar con heridas.
—Bueno, encárguense de él.
Craig se despide agitando la mano, perdiéndose entre los pasillos.
Chelsea y Moegi vuelven a mirar el interior de la cocina y buscan por todos lados a su hermano mayor; Naruto ya no está cocinando. Udon y Maru revisan cada rincón del lugar, Chelsea siguiéndolos desde atrás.
—Creo que ya se fue a su habitación...
Udon avisa a los demás, notando la olla en la encimera con la cena y asomándose a ver los bollos de pan crudos en el interior del horno.
En su cuarto, Naruto se encuentra frente a la ventana junto a la chimenea: La mesa de estudio está llena de tela blanca y oscura, lazos y ropas viejas desgarradas.
Naruto muerde con fuerza el hilo en su boca.
—Maldito bastardo, me las pagaras, ya veras.
Sus fuertes dientes rompen los trozos y continúa trazando y perforando con la aguja su pequeña obra. Remienda con tanta irritación que incluso se nota en las puntadas desiguales con las que hace una almohada larga. Mete las ropas viejas adentro del saco y cose los bordes.
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Meine bien-aimé young gentleman [SasuNaru]
RomanceTodo comenzó por una simple obligación universal para un príncipe soltero: Matrimonio. Y para conocer a su prometida tenia que viajar a Londres, la cuidad del vapor. Encontrarse con él, quien no estaba en los planes de boda, fue como cambiar de un...