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A messy date

La semana pasa demasiado rápido, en un santiamén para Naruto.

Esta nervioso y no sabe por qué exactamente. Muy en el fondo sabe la razón y comprende la realidad, pero no quiere darle demasiado crédito a sus tontos pensamientos.

—¿Y si finjo que me morí? —murmura Naruto, mordiéndose los dedos—. ¡Ya se! Tal vez si Konohamaru y tú salen y le dicen que me dio diarrea por tomar mucha leche y, y, y...

—Naruto, quédate quieto, haces que me maree.

Naruto daba vueltas por todo el dormitorio, repasando cada esquina del lugar y jalándose sus cabellos rubios con frustración. Nadie podía detener su incertidumbre, ni siquiera Iruka.

—¡No sé qué hacer! —totalmente frustrado grita y patea el muñeco que está a su derecha.

Se siente como un león enjaulado, un ratón escondido en una esquina sin saber por dónde huir.

Iruka suspira y se levanta de la silla en la que estaba sentado por más de una hora y se acerca a su hijo, le da vuelta y lo sienta en su propia cama.

—Simplemente acepta la invitación, ve y arreglen sus diferencias. Tal vez quiere ser más amable.

—¿Amable, de veras? ¿Escuchas lo que estás diciendo? Ese bastardo insensible es todo menos amable, si hubieras estado allí conmigo hubieras visto como es.

—Shush —Iruka le jala una oreja antes sus groserías—. Naruto, niño malcriado.

Naruto se lleva una mano para acariciar la zona roja con un puchero. Su padre se lleva ambas manos a la cadera, hastiado e impresionado por su actitud irrespetuosa; más de lo que es normalmente.

—No sé de dónde sacaste esa lengua... yo nunca dije algo así. No sé de dónde lo aprendiste.

—Iruka-papa. ¡No iré! —él reafirma y se cruza de brazos—. Y solo saldré para enfrentarlo y decirle que no iré, y si quiere más de mí, le daré unos buenos golpes para deje de molestarme.

—Que muchacho más difícil...

Iruka lleva una mano a su cabeza y niega una y otra vez. Su dolor de cabeza esta apareciendo otra vez.

—Él envió una carta personal, te dio muchos regalos... será maleducado no ir. ¿Ya pensaste que dirá de mí, tu padre?

—B-bueno, es solo por su educación y, ¿Qué tienes que ver tu allí? Si te interesa mucho que hablen mal de ti por tener un hijo como yo, ¡mejor ve tú en mi lugar!

—Si, si... ya te escuché.

Iruka se burla de él en sus adentros, su hijo es adorable cuando niega las cosas, aunque por dentro este feliz. Camina hacia la puerta, toma la manija y antes de salir lo expone:

—Si de verdad te desagrada tanto la idea, entonces no te hubieras levantado tan temprano, no te habrías bañado y ese ropero no estaría abierto.

La cara de Naruto se vuelve roja. Su padre sale de su habitación carcajeándose.

—Ugh... no puede ser.

Naruto lleva una almohada a su cara, ocultándose, y grita contra ella. Momentos después la hace a un lado, mira el techo de su habitación y frunce el ceño, piensa en todas las posibilidades.

—Mataré a ese bastardo —dijo furioso.

Con una nueva meta, una horrible y desesperante, se levanta de la cama y se prepara para confrontar a su mayor enemigo: Un príncipe idiota.

Meine bien-aimé young gentleman [SasuNaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora