XXII

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Naruto ha estado ignorando a Sasuke, más de lo que le gustaría admitir.

A pesar de las cortas cartas que Sasuke envía, por al menos una vez a la semana, Naruto no contesta ninguna de ellas.

Naruto se siente tonto por no saber exactamente porque razón huye de él.

En los domingos, cuando Naruto es requerido en la capilla, se pierde entre las personas mientras los niños hacen un muro infranqueable sin pedírselo, y, también, suele esquivar hábilmente a Sasuke cuando va a visitarlo a su taller.

Sasuke en algún punto deja de enviar cartas y de buscarlo activamente, pero, sin olvidar su "amistad" con Iruka los regalos siguen llegando al orfanato.

—¿Escuchaste?... Ella realmente trabajaba con un burdel.

Naruto se quita los goggles y sale de debajo del auto que está reparando. Desde hace un par de horas las personas no dejaban de murmurar lo mismo cuando pasaban por la calle.

Naruto sale de su establecimiento y se acerca a la casa de té de uno de sus viejos conocidos: Asuma's Family.

—Hoy es un día ajetreado, ¿no es así, Naruto?

La mujer que siempre atiende el establecimiento lo saluda casualmente. Naruto mira a Kurenai con una sonrisa, ella está cargando a su bebé.

—Hola, Kurenai, ¿paso algo mientras no estaba por aquí ayer? —pregunta, mirando la cantidad de policías al otro lado de la calle.

La intersección está llena de gente curiosa y damas chismosas que se arremolinan en grupos para intentar mirar a un establecimiento en particular.

—¿No te enteraste?

—Bueno, no leo el periódico, —admite y se rasca el brazo avergonzado—. Mi padre siempre dice que debo leerlos...

—Es Anko, la modista.

—¿Hizo algo? No la he visto desde hace 3 días.

—Ella murió la noche anterior. Todos están hablando de eso desde la mañana. —Kurenai arrulla a su bebé cuando comienza a llorar, acercándose a Naruto para susurrarle—. Encontraron su cuerpo desmembrado cerca del barrio de East End.

Naruto la mira consternado. Intenta no temblar de miedo al escuchar el relato que ella se esfuerza en contar con más seriedad.

—Anko no era solo una costurera nata y una simple modista de exageradas maneras. Los policías junto a un detective estaban investigando todo el lugar y encontraron que también era propietaria de un cabaret en el fondo de la calle, justo al lado de Whitechapel. Se dice que allí suele ir gente del bajo mundo y que vendían opio a los comerciantes y otras barbaridades. —Kurenai agita la mano, como si le restara importancia—: Probablemente la mitad de las notas en los periódicos fueran amarillistas y los rumores meros descréditos; Anko siempre había sido envidiada por la mayoría de la gente que trabajaba en la zona. Ya sabes cómo es esto.

Anko había sido una mujer bonita y elegante, pero tenía un carácter espeluznante y reprochable cuando se emborrachaba demasiado.

Naruto no la conocía personalmente, pero Kurenai si y él a veces solía reparar sus máquinas de coser o incluso el coche en donde transportaba telas y ropas cada vez que ella estaba en algún aprieto y necesitaba a alguien de inmediato.

—Disculpen damas y caballeros, no hay nada que ver. ¡Regresen a sus hogares y manténganse abrigados!

Naruto mira al frente, dejando que Kurenai entre a su establecimiento y se reúna con su esposo.

—Descuiden, el espantapájaros los mantendrá a salvo y resolverá este problema. —Un hombre con mascarilla exclama con voz cansada y aburrida.

—Deja de hablar así... —una voz cansada le reprocha.

—Señor detective para ti —dijo el otro.

Un hombre alto de ojos grandes con cabello marrón y una especie de casquillo, que Naruto apenas puede reconocer como el jefe de la policía, suspira y se apresura a acordonar todo el lugar con pesadas cadenas y se mantiene alejando a las personas.

El jefe de la policía y un detective con impermeable y mascarilla ha aparcado su coche junto a la calle aledaña y ha cerrado la tienda donde encontraron el cuerpo.

Naruto de cierto modo se siente incómodo, tenía que pasar algo terrorífico justo al otro lado de la calle de donde trabaja.

—Genial, —gruñe.

Otro suceso desagradable a su larga lista de 'Semana apestosa número 5'; desde lo de Sasuke y su novia.

Kurenai y Asuma ven a Naruto acercarse a ellos y se recarga contra su puerta, el joven padre abraza desde el hombro a su esposa, acunando a su hija entre ellos.

—¿Qué crees que pase, Asuma? —ella pregunta preocupada.

—No lo sé, pero sé que ellos lo resolverán —responde su esposo.

—Los vecinos dicen que los rumores empezaron desde antes... porque congeniaba y trabajaba con prostitutas, a todas ellas les vendía ropa.

—¿Prostitutas? —Naruto alza la ceja ante la mención.

Kurenai asiente.

Su padre siempre fue... cuidadoso cuando se trataba de regresar a casa durante la noche, ya que su calle estaba cerca del barrio donde ellas proliferaban. Naruto las conocía bien, pues en su familia hay una particular persona que gusta de la compañía de esas féminas.

—Una de sus ayudantes había dicho que quizás fue el despecho de una de las esposas de uno de los nobles a los que vestía, probablemente porque era amante de alguien. Las demás mencionaron que un hombre sospechoso vino a visitarla dos días antes y salió furioso de su cabaret.

Naruto los escucha en silencio, se estremece ante la forma que parece una conversación casual. La gente en esta ciudad estaba tan acostumbrada a la oscuridad y la muerte que todavía lo hacía sentir incómodos a pesar de vivir toda su vida en Londres.

—De todos modos... —comenzó Asuma, mirando a Naruto directamente cuando le dijo—: Nadie sabe con exactitud que paso, pero todos concuerda en que la seguridad a estado un poco mala. Encontraron hace 2 semanas el cuerpo de un acaudalo hombre justo al lado del rio Támesis junto a otros 3 supuestos ladrones. Ten cuidado al volver a casa, ¿de acuerdo, muchacho?

Naruto asiente dócilmente, la voz de Asuma era tranquila pero ese tono ronco y autoritario le ponía de los nervios.

—Asuma, deja de asustarlo.

Kurenai golpea el brazo de su esposo, alejándolo cuando él saca la caja de cigarrillos de su bolso. Ella mira a Naruto con una sonrisa.

—Sólo son rumores, Naruto. Probablemente solo fue un cliente borracho demasiado violento, fue una coincidencia que Anko resultara estar en el medio de todo. Pero, aún así, ten cuidado.

Escuchar a Kurenai le da un poco más paz, realmente no le gustaría toparse con un loco persiguiéndolo sólo por tener la mala suerte de salir un día tarde del trabajo.

—Bueno, yo ya me voy, necesito terminar de reparar ese coche o el dueño me matará cuando llegue, —se despide de ambos con una inclinación vaga de la cabeza.

Ellos sonríen y se dan la vuelta, entrando a su propia tienda verde.

Naruto esta por volver a su taller cuando ve por el rabillo del ojo una capa negra y la espalda de un hombre de impermeable, ambos metiéndose entre los callejones oscuros junto a otros 3 hombres.

—¿Uh, ese no es...? —él entrecierra los ojos. Siente que los conoce.

El sonido de su reloj de ranita lo alerta de un nuevo cliente, Naruto se apresura a volver a su taller, olvidándose rápidamente de lo que acaba de ver y vuelve a su trabajo.

Los rumores y la cantidad de gente que se acopla al lugar siguen llegando, pero como siempre, al terminar el día, todo mundo se olvida con facilidad del problema; ocupados de sus propias vidas transitorias.

Meine bien-aimé young gentleman [SasuNaru]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora