Capítulo 3: Tensión

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Noche estrellada, temperatura perfecta, aire fresco. El viento le pega en la cara y aunque le cuesta respirar, en definitiva, Agustina tenia razón. Le hacía falta salir un poco. Buenos Aires y sus calles, su energía, su gente. El bar elegido las recibía entre risas de los concurrentes, en un ambiente cálido y ameno que le permitía relajarse. Agustina hacia chistes y contaba chismes que la entretenían y aburrían en partes iguales pero que también la sacaban de cualquier pensamiento raro. Se estaba divirtiendo. Unas cuantas risas, cervezas y comida. Hasta parecía con ella que el tiempo no había pasado, que no habían pasado meses sin verse ni que su vida en este momento era un desastre.

Pasarla bien no era un lujo que en el último mes se había podido dar, asique Clara tomo la decisión, al ver que iba por buen camino, de intentarlo. Luego de bañarse, vestirse y maquillarse un poco juró frente al espejo que no iba a derramar una lagrima más, por lo menos no esa semana. Estaba sola en su habitación cuando lo hizo y su mirada no pudo evitar se pierda en el frasco de píldoras que reposaba en su mesa de luz.

Luego de un par de horas en ese bar fortuito que les vino como anillo al dedo, Agustina recibió un mensaje invitándola a una fiesta. Si bien Clara intentó dilucidar el remitente, la rubia esquivó la pregunta con mucha cintura. No era raro. Agustina solía ser una incógnita andante en algunos temas, sobre todo su vida amorosa, por lo que Clara no indagó demasiado, dejándose arrastrar por su rubia amiga a la que le había confiado la noche.

La pequeña fiesta que había descripto Agustina sucedía en un edificio enorme en pleno centro porteño. Y de pequeña no tenia nada. El lugar desborda de gente, entrando y saliendo con vasos de alcohol en sus manos y moviendo la cintura al ritmo del reggaetón que se apodera del ambiente. Agustina ríe, era obvio que ella ya sabia de la magnitud del evento y se mueve entre la gente con total comodidad. Clara la acompaña algo insegura, pero sosteniendo para ella misma su promesa: esa noche buscaría pasarla bien.

Sin embargo, no tomo mucho tiempo para que el acompañante incógnita de su amiga se haga presente a su lado, para gran sorpresa de Clara que abrió los ojos como sapo. Agustina buscó su mirada con diversión, saludando al chico rubio con un beso en su mejilla.

— Claritaaaa — Lucas Beltrán jugaba con Julián y el resto de los jugadores de River en las inferiores desde que eran muy chicos. Era uno de los mas cercanos a su hermano desde que se mudaron a Buenos Aires y también era parte de esa gente que Clara dejó de ver o saber algo de su existencia desde que se fue a Paris.

— Lu ¿Cómo andas? — su sonrisa era real. Estas eran las cosas que había olvidado que extrañaba de Buenos Aires. Lucas no era su amigo, nunca lo fue, era el amigo de su hermano, pero la alegría de verlo era genuina. Muchas cosas compartieron en el momento que convivía con Julián y volver a verlo era sorprendente.

Mas aún sorprendente era verlo con Agustina. Eso la hizo interrogar a su amiga con la mirada mientras se enredaba en un abrazo fuerte con el chico. La rubia le hizo un gesto raro, restando importancia al hecho.

— Yo muy bien, todavía en reserva, pero peleándola — Si algo había aprendido de los jugadores de futbol es que sus carreras solían aparecer rápidamente en las conversaciones. — Es lindo verte, me entere lo que pasó.

Un baldazo de agua fría. Así se sintió ese comentario. Sin embargo, Clara sostuvo la sonrisa y trató de enfocar su atención en cualquier otra cosa.

— Pero ya pasó y es bueno tenerla de vuelta — Agustina interrumpió la conversación. No hablaron del tema en toda la noche y eso, eso parecía funcionar. Sus esfuerzos no serian tirados abajo por un mal comentario de un chico. — ¿Qué estas tomando Lu? ¿Me das?

— Lo que quieras — susurro él pasándole el vaso con lo que se supone es vodka. La mirada de Clara volvió hacia sus dos acompañantes, algo divertida e intrigada. ¿Qué carajos estaba sucediendo? — Y contame Clarita, ¿vas a volver a los entrenamientos?

Claroscuro - Enzo FernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora