México es un equipo un poco irregular. Nunca se sabe que puede pasar, odiar a la Argentina no era la novedad, media Latinoamérica lo hace. La fama de agrandados, los comentarios irónicos, la soberbia, la seguridad, las formas que manejan los jugadores. El ser buenos y saber que lo son. Nada de eso suma a una previa que se torna picante, sobre todo a sabiendas que Argentina se juega la vida en ese partido. A todo o nada, la clasificación o el quedar fuera en fase de grupo en una de las mejores épocas para la selección.
Clara intentó abstraerse del mundo de los chimentos y de los rumores. Agustina se encargó de volver a activar todos los planes turísticos en tiempo récord, los días consistían en visitar lugares preciosos de esa ciudad que ninguna podría asegurar volvería y salir dos noches seguidas a unos boliches donde había fiestas con muchos argentinos. En el caso de las ultimas eran orquestadas por Oriana, que tenia los contactos de casi todos los famosos que asistían y armaba la logística para que ellas pudieran ir sin armar ningún escándalo. Ellas tenían que entretenerse antes de morir de ansiedad.
El día del partido las encontró poco dormidas pero felices, la emoción y las ganas de que eso sea una fiesta apañaban un poco el miedo y la ansiedad. Clara no deja de mirarse al espejo a la vez que desliza sobre su piel la remera con el numero de su hermano con dudas. ¿Y si...?
— ¿En la Copa América usaste la de Lean? — consulta Agus, tirándose en la cama y mirándola con atención. Ella lucia la remera con el 9 en la espalda atada arriba de la cintura con delicadeza y un atuendo muy ella, muy correcto, sin ser demasiado extravagante pero igualmente hermosa.
— Aja— asiente Clara, sin mirarla. Y sin decirle nada más, porque se imagina lo que su amiga va a decirle. Sin embargo, pese a eso, Agustina la sorprende cuando se pone de pie y la abraza por la cintura con fuerza, mirándola a través del espejo.
— Van a ganar. Lo sé.
— Estoy un poco nerviosa — admite abrazándola con fuerza también. — Llegaron mis viejos hoy ¿te dije?
— Me imaginé cuando te vi hablando por teléfono tan de mal humor. ¿Todo bien con eso?
— Mientras no jodan, todo bien — ladea la cabeza Clara, insegura — pero si hacen algo mal los voy a matar.
— Lo que hagan ellos no lo podes controlar — rió Agustina, tomando su celular.
— ¿Tu viejo y tus hermanos vienen? — Agustina asiente con una leve sonrisa en su cara. La atención permanece en su celular con una mueca rara. Clara la examina con curiosidad, si bien los últimos días había vuelto a estar mas normal que la semana anterior aun había algunas cosas raras. En especial a la hora de hablar de Julián, de alguno de los chicos o de su vínculo con ellos.
— Mis hermanos si vienen — suelta Agustina — mi viejo no, dice que prefiere quedarse en Buenos Aires, que no se armen dichos, que River no sé qué — rueda los ojos — un poco harta me tiene.
Clara asiente, algo preocupada, pero intentando ser racional. Marcelo Gallardo había dejado de dirigir River ese año, la presión de parte de su familia que su amiga había sentido en todo el tiempo que permaneció en el exterior era algo desconocido. No era un secreto para nadie que Marcelo prefería tener a su hija cerca y que no dudaría un segundo en mudarse a la otra punta del mundo con tal de tenerla cerca. Agustina no solía marcar muchos limites con él, lo cual en ocasiones era un problema. Que Marcelo no esté en ese mundial era un gesto, uno grande.
— ¿Ya nos vamos? Voy al baño a retocarme esto — Agustina señala en el espejo su delineado algo corrido. El cruce de miradas entre ambas tranquiliza a Clara, quien la observa hasta que se pierde dentro del baño.
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Claroscuro - Enzo Fernández
General Fiction《 - ¿Qué estamos haciendo? - ella gime contra su oído, estremeciendo la totalidad de su cuerpo. Las manos de él recorren su espalda lentamente mientras sus ojos negros la buscan. Sus miradas chocan. El silencio es intenso, duro. Las respiraciones ac...