En la vida hay muchas situaciones que uno se imagina previo a que sucedan: esperas una gran cita y mientras te estas cambiando seguro ya armaste la peli completa; pasa algo malo y automáticamente uno imagina cien escenarios peores que se pueden desarrollar a partir de eso; pasa algo bueno y ya se empieza a planear la forma de festejarlo. Y después viene la ansiedad de no saber de forma certera que ocurrirá, nadie lo sabe. Es imposible a pesar de los cientos de teorías que puedan atravesar la mente de alguien, es imposible saber qué pasará. Es por eso por lo que Clara no deja de preguntarse exactamente eso mientras ceba unos mates junto a Cristián en su auto.
El morocho le habla de su hijo, del jardín maternal, de la imposibilidad de Karen de asistir a ese encuentro entre todos por unas líneas de fiebre de Valentin. Un destello especial se instala en los ojos de él al hablar de ellos. Clara lo notó en cuanto lo conoció y los conoció. Cristián ama a su familia, ama a Karen, ama a Valentin, ama lo que construyeron y todos los proyectos que se imaginan juntos. Y a ella, ese amor, la enternece.
— ¿Me estas escuchando? — consultó él un rato después al notarla un poco perdida. Si bien estaban en la ruta Clara hacia minutos no emitía palabra.
— Si, perdón, me colgué — admite, casi que despertándose y tratando de acomodar el mate. Cuti la mira de reojo, desconfiado.
— ¿Estas bien con esto? — señala la ruta — Mira que no es una obligación Clari. Sino tenes ganas de ir, no vamos. Volvemos a Londres, comemos algo y te dejo durmiendo tranquila en tu departamento.
Una sonrisa cálida cubre su rostro. Cristián esta sinceramente preocupado, no de la forma preocupada alarmante que todos sus familiares, amigos y conocidos se habían preocupado por ella toda su vida. No. Sino una forma de estar preocupado donde quería asegurarse que ella solo hiciera lo que tenia ganas de hacer.
— Estoy bien en serio, no hay nada malo — lo tranquilizó, logrando que él ladee la cabeza, aun con dudas — ¿Qué crees que es tan malo de Enzo? Juro que no es un forro.
— No lo conozco — la voz sonó rasposa y dura, sin mirarla.
— Por eso, te juro que no es una mala persona — explica, tratando de ser coherente. Enzo definitivamente no era una mala persona. Como ella eran dos personas que estaban pasándola bastante mal, que se encontraron en un momento un poco complicado para los dos y se permitieron compartirlo. Nada mas y nada menos. Enamorarse fue un condimento.
— Muri tampoco era una mala persona y mira cómo estamos — comenta, a la vez que toma su celular después que la música se corte y se lo pasa a Clara. Ella lo observó con extrañeza, pero al ver la pantalla entiende todo.
"Amigo ¿por donde andan? Me tengo que ir de acá" Licha hace una hora.
"Respóndeme gil" Licha hace cuarenta minutos.
"CRISTIAN" Licha hace media hora.
"Dale boludo, avísame, estoy en el bar de la esquina, los espero ahí" Licha hace veinticinco minutos.
"Tengo que dejar la valija en tu auto... Muri me echó" Licha hace quince minutos.
— ¿Me estas jodiendo boludo? ¿Lo echó de la casa? — grita Clara, escandalizada, justo en el momento en que el celular volvía a sonar en una llamada. — ¿Atiendo?
— Si tenes ganas de soportarlo... en quince llegamos — Clara asintió y se llevó el celular al oído.
— Li — susurra con preocupación.
— Clarucha, me pareció que yo llame a mi amigo
— Pero tu amigo esta manejando el auto en el que estamos yendo a buscarte. ¿Estas bien? ¿Qué pasó? — Clara ve como Cristián suspira rodando los ojos.
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Claroscuro - Enzo Fernández
General Fiction《 - ¿Qué estamos haciendo? - ella gime contra su oído, estremeciendo la totalidad de su cuerpo. Las manos de él recorren su espalda lentamente mientras sus ojos negros la buscan. Sus miradas chocan. El silencio es intenso, duro. Las respiraciones ac...