3 - Primera tarde juntas.

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Esa mañana en particular Sana si espero el bus con sus demás compañeros, pero como siempre, llegó primera, esperaba pacientemente en la esquina que el camión llegara, balanceando los pies de adelante hacia atrás.

Un auto frenó ante ella parando su tarareo y la ventana del asiento del copiloto se bajó mostrando a Dahyun y su madre en el auto.

—¡Sana! ¿Vas a la escuela cariño?.—Le preguntó la mujer amablemente, Sana asintió y saludó con la mano a la menor, quién sonrió al verla.

—Sí señora Kim. —Respondió.

—¿Dónde es?.—Preguntó la mujer.

—A un par de kilómetros de aquí, cerca de la estación de Shin. —La mujer hizo un mapa mental del camino y desbloqueó la puerta trasera.

—¡Sube! Te llevaré. —Sana ladeó la cabeza apenada, no quería darle un trabajo extra a la mujer.

—No quiero molestarla.. —Respondió y la mujer negó con desen.

—Sube, no es problema para mi. —Insistió. Sana accedió y subió en el asiento trasero, colocandose el cinturón, cuando el auto arrancó se acercó al asiento de Dahyun para saludarla con lo poco que había aprendido, apenas si entendio como decir "Hola" en coreano.

Ho.. ho..ho-la, Dahyun. —Pronunció con dificultad, la menor se giró sonriendo ampliamente.

—¡Hola!. —Respondió emocionada en japonés, la madre rió ante el intercambio.

—¡Bien! ¿Ambas estuvieron estudiando?.—Preguntó en japonés la mujer, Dahyun la entendió parcialmente y Sana confirmó feliz.

—Hana, la bibliotecaria de mi escuela me está enseñando coreano, ¡si sigo aprendiendo pronto podré hablar con Dahyun!.—La madre de Dahyun admiraba el empeño que le ponía la menor en formar una amistad con su hija, parecía una joven de muy buen corazón.

—Eso es genial, Sana. —Halaga la mujer. —Dahyun está en una escuela temporalmente para aprender japonés, ambas van a poder hablar mejor en algún momento. —Animó.—¿Qué te parece si ésta noche cenas en casa? ¿La directora del hogar tiene algún problema con que salgas para cosas así?.—Tanteó viendo las posibilidades.

—No nos controlan mucho. —Negó, la señora se lo esperó, sabía que en esos lugares no siempre se preocupaban por los niños. —Si quiero cenar con ustedes. —Aceptó.

—¡Bien! Entonces esta noche te esperamos. —Dijo la mujer estacionando frente a la escuela de Sana. —¡Vé con cuidado!

—Gracias señora Kim. —Hizo una pequeña reverencia y se acercó a la ventana de copiloto. —Bu..buen día Dahyun. —Saludó a la menor con la mano y una sonrisa.

Creo que quiso decirte que tengas un buen día. —Rió la mujer comentandole a su hija, la menor rápidamente se desesperó por responder.

Rápido mamá, ¿Cómo le digo lo mismo?.—Preguntó apurada cuando vio a la japonesa marcharse. —¡Sana!.—La llamó haciendo que gire su mirada confundida ante la voz potente de la menor, primera vez que la escuchaba hablar alto.

—Ten.. —Empezó la mujer. —Un.. bonito.. día. —Dahyun asintió rápidamente.

—¡Bonit-a!.—Exclamó saludando y Sana rió, sonrojándose levemente.

Le dijiste que es linda. —Río la mujer y Dahyun se sonrojó al enterarse.

¿De verdad? ¡Mamá!.—Se quejó.

¿Qué? Yo te lo dije bien, tú lo pronunciaste mal. —Respondió la mujer alejándose de la escuela de Sana, directo hacia la de Dahyun.

Dahyun estaba muy ansiosa esa noche esperando que Sana llegara, la puerta principal estaba abierta y veía a los niños del vecindario aún jugar en la calle, miró interesada si la japonesa andaba por ahí pero no habia rastros de ella.

Otoño / SaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora