Otoño / Saida

5 - Primer beso.

Dahyun desde aquel momento que se enteró que la amiga de Sana había dado su primer beso, la curiosidad la carcomía por dentro. No paraba de preguntarse si la japonesa también lo hizo en algún momento, con quién y cómo fue, ¿Cómo se siente que alguien te bese? ¿Se sentirá bien? ¿Será asqueroso? ¿Emocionante? Tenía muchas dudas y quería sacarselas con Sana, sabía que su mejor amiga vendría aquella noche a cenar, como la mayoría de veces lo hacía.

Su familia adoraba a la menor desde que la conocieron, sabían que ella era como una hermana mayor para Dahyun, notaban que no era una mala influencia y siempre la cuidaba.

Sana era para los padres de Dahyun la garantía de que su hija estaba yendo por buen camino.

Escuchó a sus padres saludarla con la alegría de siempre, bajó rápidamente las escaleras y sonrió cuando la vio, Sana era muy bonita, quizás porque ya estaba grande y no parecía una niña, estaba en proceso de convertirse en una adolescente, y eso a la de tez pálida le asustaba, tenía miedo de estar quedándose atrás.

La veía más madura, o eso quería creer, siempre iba muy femenina a todos lados, su cabello castaño claro bien peinado y sus ojitos más brillantes de lo normal, estaba celosa de ello.

—Dahyunie. —Saludó con una amplia sonrisa cálida, achicando sus ojos con ternura.

—Justo, dubu. ¿Cenamos?. —Exclamó su padre caminando hacia la mesa, Dahyun se acercó a Sana y la abrazó por la cintura, la mayor colocando su brazo alrededor de sus hombros, caminando así hasta el comedor de la coreana, dónde sus padres las esperaban.

—¿Cómo estuvo su primer día?. —Preguntó la señora Kim colocando los platos en la mesa y comenzando a servir uno a uno.

—Normal, dicen que el tercer año de secundaria es el más difícil, pero hoy dimos un repaso de lo que será y parece bastante tranquilo. —Respondió Sana sin darle mucho interés, mirando a Dahyun para escucharla.

—El mío estuvo genial, Chaeyoung se inscribió en la misma escuela y ahora vamos a las mismas clases. —Comentó emocionada, la señora Kim se sorprendió.

—¿Son Chaeyoung? ¡Qué bueno hija!, ya me preocupaba que Sana y tú estén alejadas por miedo a que estés sola, pero me alegra escuchar que Chaeyoung se haya sumado a la misma secundaria. —Dijo mientras tomaba lugar en la mesa, apuntó a Sana con el dedo y entrecerró los ojos. —Y tú, no te descuides con las materias, parece tranquilo pero no lo es. —Sana rió ante el comentario, sabía que la señora Kim bromeaba a menudo y siempre la apoyaba con sus tareas para tener las mejores notas, se preocupaba tanto por ella que amaba ser parte de esa familia, prácticamente desde que se mudaron se crió con ellos.

En el orfanato quedaban cada vez menos, poco a poco iban adoptando a todos.. menos a ella, por el momento, ninguna pareja se vio interesada en adoptarla y asumió que es porque ya es adolescente, normalmente siempre prefieren adoptar a los más pequeños, aunque bueno, de todas formas, cuando ella era pequeña tampoco nadie la eligió, ladeó su cabeza intentando borrar esos pensamientos, decidió ignorarlos, ya que era una inseguridad que la hería de manera inevitable cada vez que lo recordaba.

Incluso Makomo, la niña más rebelde fue adoptada. Eso era demasiado triste para ella.

Viéndole el lado positivo, al menos ahora podía dormir tranquila sin sentir que la molestaban por cualquier mínima cosa, aunque... ahora dormía más en casa de Dahyun, hacían pijamadas casi todos los viernes y seguían hasta el lunes de cada semana, cuando cada una arrancaba de vuelta la rutina académica.

Ese día en particular solo fue a cenar, apenas era lunes y los padres de la menor la invitaron, a veces solo cenaba y se volvía al hogar, pero esa noche era distinta, Dahyun estaba bastante intensa con las preguntas por lo que asumió que no volvería temprano esa vez.

Luego de la tranquila cena, hablando de cosas triviales y riendo un poco, lavaron los platos juntas, Sana limpiaba y Dahyun secaba, siempre lo hacían en ese orden, normalmente todas las veces se ponían a cantar o hacer juegos de palabras, pero desde que sus padres se fueron acostar, la de tez pálida soltó todas las dudas que tenía.

—¿Ya besaste algún chico? . —Sana se sorprendió y la miró confundida.

—Nop, ¿Lo preguntas por lo de Mina?. —La menor secaba los vasos y los iba acomodando mientras pensaba.

—Si, me parece muy impactante.. ¿Sus padres no le dijeron nada? . —Sana se encogió de hombros.

—No lo saben. —Respondió como si fuera lo más normal del mundo, pero para Dahyun eso era mucho más sorprendente.

—¿¡No lo saben?!. —Preguntó alterada, Sana le puso la mano en la boca rápidamente.

—¡Sh! nos van a regañar. —Se quejó. —No, no tienen cómo enterarse tampoco, Mina no se los dirá.

—¿No pueden darse cuenta solo con.. verla? . —Estaba muy confundida, Sana sonrió con ternura, Dahyun apenas se estaba metiendo en el grupo de malas influencias.

—Claro que no Dahyunie, no es como si tuviera alguna marca. —El entrecejo de Dahyun estaba muy arrugado a ese punto.

—Mis padres me dijeron que si yo lo hacía, se darían cuenta y me castigarían. —Comentó asustada.

—Es solo un beso, Mina lo hizo en el colegio, nadie la vió, solo ellos lo saben.. y nosotras, y algunos compañeros más.. pero queda entre nosotros, no hacemos a los adultos parte de esto. —Aclaró, Dahyun se cruzó de brazos recostandose por la mesada. —¿Por qué tanta curiosidad?

—¿Tú por qué no diste tu primer beso aún? . —Sana terminó con el último plato y se lo pasó.

—Porque supongo que no llegó el momento. —Mintió, la realidad era que la japonesa era muy romántica y si daba su primer beso, lo haría con alguien que quiera mucho, que sea especial y no algo asqueroso como lo describió Mina con Kai.

—¿No te gusta ningún chico? . —Negó con la cabeza ante la pregunta. —Pero escuché que muchos chicos andan detrás de ti.

—No me interesa ninguno, siento que son muy inmaduros y sucios. —Sus gestos fáciles no denotaban más que asco al recordar a todos los chicos sudados casi la mayor parte del tiempo, hablando como tontos.

—Si alguien gustará de mi.. yo le daría un beso. —Comentó pensativa.

—Que sea especial, dubu, no hagas como Mina. —Aconsejó. —Ella lo hizo por curiosidad y ahora carga con la peor experiencia de su vida. —Dahyun río.

—Quizás a Mina no le gusten los besos. —Argumentó.

—Hazme caso y ten paciencia. La persona indicada va a llegar. —Dijo poniendo su mano en el hombro de la menor, Dahyun giró los ojos y asintió, al final del día siempre terminaba haciéndole caso a Sana.

Sana se quedó un rato más hasta que la menor se durmió, acarició su cabello lentamente por varios minutos hasta que la vio respirando lentamente, se bajó despacio de la cama y salió en puntitas de pie de la casa, yendo a su habitación para acostarse y mirar el techo pensativa, la conversación con Dahyun le dejó mucho que pensar.

—¿Será que algún día podré ser amada?. —Susurró acurrucandose y mirando por la ventana, dónde veía a Dahyun dormir, esperaba que la menor también en algún momento sea completamente amada y tenga todas sus primeras veces de manera especial, era lo que más deseaba.