18 - Inicio.

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Al despertar el día siguiente, Dahyun se levantó más temprano que Sana, observando su rostro tranquilo descansar, tenía un revuelo de emociones con la confesión de la japonesa, tanto que se sentía tonta por no haber contestado nada, ella estaba consciente que sentía lo mismo pero le aterro lo que seguiría después de corresponder sus sentimientos.

Acercó su mano temblorosa al rostro de su amiga y acarició lentamente su mejilla, despertandola en el proceso debido al cosquilleo, sonrió cuando vio el rostro de Dahyun tan cerca del suyo, pero apenas los recuerdos de la noche anterior la invadieron, se preocupó.

—¿Estamos bien?. —-Fue lo primero que emitio ante el silencio, su voz saliendo apagada debido a que recién se despertaba.

—Si.. —Murmuró Dahyun, cerró los ojos un segundo y se armó de valor. —Yo también estoy enamorada de ti, Sana. —La japonesa dejó escapar aire que ni siquiera sabía que estaba reteniendo, se alivio y sonrió ampliamente, dejando escapar una risa nerviosa al no saber cómo continuar.

—¿Entonces..?. —Titubeó, Dahyun río.

—No tengo idea. —Respondió suspirando.

—Tenia tanto miedo de lo que pensarías. —Confesó Sana. —No quería que nuestra amistad se arruine pero no podía seguir conteniendo lo que sentía, me costó aceptarlo, procesarlo pero te puedo asegurar que es eso.. que estoy enamorada de ti.

—Yo creo que estoy enamorada de ti desde que tengo memoria, Sana, pero casi inconscientemente también lo reprimí. —Las mejillas de ambas estaban encendidas y su corazón latiendo rápidamente, estaban felices pero a la vez asustadas. —Quizás no debemos apurarnos, podemos dejar que esto fluya y ver qué pasa ¿si?, si no funciona puedo asegurarte de que no me vas a perder, porque siendo sincera, me cuesta mucho estar lejos de ti.

—A mi también. —Admitió la japonesa. —Entonces, ¿Qué te parece si comenzamos desayunando juntas?

—Y luego podemos jugar videojuegos. —Sana sonrió.

—Genial, levantémonos. —Animó.

Ambas siguieron el curso del día de manera normal, Dahyun no cuestionó nada sobre Dex, sabía que ahora que lo dejarían fluir, probablemente Sana se encargaría de eso después, por el momento no quería hacerse malas ideas y darle una buena oportunidad a lo que sucedía, solo el hecho de tener algo con su mejor amiga, saber que está enamorada de ella y es correspondida, era lo único que le importaba en ese momento.

Sana comenzó a implementar besos fugaces en sus mejillas y ser más cariñosa que de costumbre, a Dahyun le fascinaba eso, casi se sentía como un sueño para ella, desde que la japonesa puso su límite, pensó que eso jamás pasaría, pero lo estaba haciendo y era hermoso vivirlo.

Pero pese a todo eso, también tenían algo en claro que por más que no lo hayan charlado, era obvio para el dúo. No sé lo dirían a los padres de Dahyun bajo ningún tipo de concepto, si ya los mismos le prohibieron a la menor tener novio, el hecho de que en lugar de chico sea una chica, todo sería algo tan enorme que por el momento, no querían enfrentar, así que serían cuidadosas con sus muestras de cariño, aunque ya era común en ambas, el solo hecho de saber que se gustaban, las hacía sentir un poco perseguidas al respecto y no querían parecer sospechosas.

Así pasó una semana desde que confesaron sus sentimientos, todo parecía ir bien, Sana terminó con Dex y poco a poco iban conociéndose más como.. una pareja. Ser mejores amigas a ser amantes era un paso bastante agigantado en su relación, no se conocían de esa manera, así que era todo un reto.

Aquella mañana de lunes, Sana pasó por Dahyun para ir juntas a la escuela, la idea era ir caminando pero la coreana se negó rotundamente a eso.

—¡Mamá no trabaja hoy! ¡No tiene problemas con que lleve el auto! Sana, súbete. —La obligó, pero la japonesa tenía otros planes, comenzó a caminar mientras Dahyun hacía un berrinche siguiéndola.

Otoño / SaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora