24 - Reencuentro.

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Sana no logró dormir en toda la noche, su cuerpo aquella mañana se sentía cansado, la ansiedad la recorría de pies a cabeza, los padres de Dahyun la invitaron a almorzar para el reencuentro después de seis años y conocer al "increíble esposo" de Dahyun como había mencionado la madre de la menor, pero no tenía ánimos para nada.

Tenía una clase que dar, por suerte ella contaba con movilidad propia, su motocicleta era lo ideal para esas ocasiones en las que se levantaba más tarde de lo pensado, apenas se subía en ella, sabía que en 5 minutos estaría en sus clases de baile.

Pero nada parecía estar a favor de ella aquella mañana, porque apenas pisó el salón que compartían con Mina para dar sus clases, recibió una llamada del padre de Dahyun.

—¿Hola?. —Escuchó la pequeña risa del señor Kim del otro lado de la línea.

—Oh, Sana, disculpa que te moleste tan temprano.

—Nunca van a molestarme. —Aclaró.

—Que modesta, cariño. —Respondió con ternura. —Te hablaba por el almuerzo de hoy, además de recordártelo.. quería pedirte un favor.

—¿Qué sucede?

—Tuvimos un percance con la llegada de Dahyun, no comencé a cocinar aún y faltan muchas cosas, además de que mi niña me avisó que su esposo no podrá traerla al mediodía, no quiero que venga en taxi, así que pensé en decirte que pases por ella.. si no es mucha molestia. —La conversación quedó en silencio, Sana pensó en todas las excusas posibles que podía poner en menos de un segundo. —¿Por favor?

—Okay. —Dijo sin más, después de todo no quería ser malagradecida con ellos sólo porque su hija le rompió el corazón.

¡Genial! Y una cosa más.. dos cosas más, por favor..

—¿Si?

—Además de si podrías pasar por la tienda a comprar un par de cosas más, te mandaré una lista sobre eso.. me gustaría que vengas a buscar el auto, no es que me parezca insegura tu motocicleta.. —Comenzó aclarar y Sana río, sabía que a ninguno de los dos le gustaba que ella anduviera sobre una moto. —Sólo es por comodidad.

—Está bien. —Aceptó.

—Y otra cosa.. —Carraspeó. —No le digas nada de esto a Jihyun, no me gustaría que se lleve una mala primera impresión de su yerno.

—Yo me encargo, no se preocupe. —Aceptó.

Lamentablemente tuvo que retrasar su clase unos minutos, no le comento de nada a Mina aún, solo le dijo que tenía unos asuntos que atender, hizo lo que el padre de la menor le pidió, tomó el auto de la familia y fue al supermercado a terminar con las compras, tenía entendido que en aproximadamente dos horas el avión tendría que estar aterrizando en Japón, apenas eran las nueve de la mañana así que supuso que tenía tiempo de sobra.

Terminó las compras y se unió a su clase tan rápido como pudo, dejando todos sus pensamientos y energía ahí, olvidándose de todo, de Dahyun, de su esposo, de sus sentimientos, todo fue dejando todo atrás apenas conectó con la danza.

Tanto que olvidó por completo que tenía que ir por la menor, a pesar de que se puso un recordatorio en su móvil, no le prestó atención mientras daba su clase, terminando con el ensayo final, y bailando por última vez walls could talk, no había canción con la que se sintiera tan representada que con esa, la sintió hasta último momento y apenas la clase termino, todas aplaudieron, dando final a la clase del día.

El aplauso cesó y uno en particular siguió, se giró a mirar por inercia y la vio allí, parada, frente a ella, con una vestimenta elegante y una gran sonrisa, sus ojos se veían cristalizados, Sana tragó en seco y miró a Mina, que estaba boquiabierta en la otra esquina del salón, sin poder creer lo que sus ojos estaban viendo.

Otoño / SaidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora