El día estaba gris esa mañana, llovía a cántaros mientras Sana esperaba en uno de los bancos fuera de la escuela hamacando sus pies mientras sostenía su sombrilla encima de ella protegiéndola del agua, esperando pacientemente por la llegada de Dahyun, luego de su primer beso aquel viernes por la noche.. no dejaron de intentarlo una y otra vez el resto del fin de semana. Experimentando cada forma de besar que se les ocurrió. Algunas veces estallaban en risas y otras simplemente se sonrojaban hasta no dar más.
Sana consideró que fue divertido, había conocido formas extrañas de disfrutar de un beso gracias a su mejor amiga, aunque no podía evitar sentir un poco de culpa al verles la cara a los padres de Dahyun, sentía que había pecado.. así que por esa razón decidió escapar de su casa temprano para que la señora Kim no insistiera en llevarla por la gran tormenta que abrazaba la ciudad.
Vio el ford característico de la mamá de Dahyun estacionarse frente a el establecimiento y Dahyun bajar con un paraguas, acomodando su mochila en su hombro, sonrió ampliamente al verla, su corazón comenzó a latir rápidamente y sus manos sudar, la pelinegra la vio y achicó sus ojos con felicidad, acercándose rápidamente.
—Hey, ¿Saliste temprano del hogar hoy?.—Le preguntó apenas llegó, cerrando su paraguas y metiéndose en la de Sana, tomándola para sostenerla en ambas.
—Si, no quería agarrar esta tormenta. —Rió encogiéndose de hombros. —Supongo que seremos las únicas en venir hoy.
—Supongo que si.. Chaeyoung me dijo que no vendría, estaré un poco aburrida hoy sin ella. —Se quejó.
—Mina de seguro que tampoco vendrá. —Murmuró mirando hacia la entrada, un poco negada a entrar.
—¿Y si no entramos?.—Preguntó Dahyun impulsiva y Sana la miró con una gran sonrisa.
—Me leíste la mente, amiga. —Accedió al instante, Dahyun se estremeció, no pensó que Sana aceptaría.
—¿Y dónde iremos?. —Preguntó dudosa. —Está lloviendo mucho.
—¿Al centro comercial? Tengo un par de billetes, quizás podamos comer algo y jugar videojuegos. —Animó. Dahyun suspiró y asintió.
—¿Sabes cómo llegar?.—Sana asintió.
—Vamos.
Ambas comenzaron a caminar en dirección opuesta al colegio, riendo mientras saltaban charcos y Sana molestaba a Dahyun quitandole el paraguas para que se mojara constantemente, recibiendo gritos y pequeños golpecitos en sus hombros de la menor,
—¡Mi cabello está un desastre por tu culpa!.—Se quejó empujando a Sana debajo de la lluvia cuando llegaron al estacionamiento cerrado del centro comercial.
—¿Qué dices? ¡Si está perfecto!, tu cabello es muy hermoso. —Jugó Sana sacudiéndose un poco los pies mojados por la lluvia. —Ven, dame un abrazo.
—¡No! Sal de aquí. —Se rió Dahyun moviendose lejos de Sana quién igualmente se acercó y la abrazó, llenando su mejilla de besos. —Basta, Sana. —Se removía la menor entre sus brazos alejándose entre risas.
Luego de aquel momento ambas se aventuraron dentro del centro comercial buscando un pequeño local llamado gamertech, si bien las computadoras eran nuevas en la industria y había poca tecnología al respecto, el local también contaba con algunos equipos de videojuegos como el sega.
Sana y Dahyun amaban los segas, se la pasaban peleando siempre que jugaban pero también se divertían mucho por esa razón. La de tez pálida era muy competitiva y la japonesa todo lo contrario, así que muchas veces Sana solo la dejaba ganar para hacerla feliz.
—Oh, mierda. —Exclamó la japonesa cubriéndose la boca y soltando el mando, comenzando a reír cuando vio la mirada asesina de la menor. —¡Me lo dejaste muy fácil! Jugaste demasiado mal. —Se burló, le habia ganado por primera vez y Dahyun no estaba muy contenta al respecto.
—Te lo dejaré pasar solo porque tengo hambre. —Dijo la menor dejando el mando a un lado. —¿Qué comemos?
—¿Macdonalds? .—Dahyun asintió freneticamente.
—Me parece perfecto. —Accedió. Salieron del local y se dirigieron a la tienda que estaba a un par de locales de allí dentro del centro comercial, mientras Sana pedía, Dahyun observaba a la gente un poco perseguida, tenia miedo de que alguien que conociera a su mamá la viera y le contara.
Era la primera vez que hacía algo así, cuando iba a la academia de lenguaje junto con Chaeyoung no solían hacer esas cosas, accedió a escaparse con Sana porque no parecia ser la primera vez de la mayor, ella estaba muy confiada y de esa manera le generaba tranquilidad también, pero estar allí, esperando una hamburguesa en un lugar tan expuesto la hacía entrar un poco en ansiedad.
Intentó distraerse mirando las parejas pasar, había un par tomadas de la mano y otro par dandose besos en público, eso llamaba mucho su atención, desde que se besó con Sana no pensaba en otra cosa que no sea en repetirlo una y otra vez, si bien desde el fin de semana no hablaban al respecto, en su mente estaba presente el momento de manera constante.
No se arrepiente para nada, seguía viendo a Sana de la misma manera y su relación no hizo más que mejorar, creciendo una confianza plena de manera incondicional que hacía su relación inquebrantable.
O eso creía, pasó exactamente una semana cuando Sana y ella habían organizado pedir para ir al baño en sus clases a la vez, encontrándose en el pasillo vacío del colegio con una sonrisa cómplice y correteando hasta un salón abandonado que se encontraba en el segundo piso, una vez allí, Dahyun tomó a Sana y la besó, otra vez, por décima vez esa semana, si bien no hablaban al respecto, lo normalizaron entre ambas, volviendolo una costumbre, una manera de aprender y experimentar juntas, divirtiéndose en el proceso.
Se enredaron juntas sin decir ni una palabra, solo besándose sin parar un segundo, en su propio mundo. Todo parecía su pequeño secreto, algo que solo sabían ellas, hasta que la puerta se abrió de repente.
—No.. lo puedo.. creer. —Exclamó Mina cubriendo su boca con sorpresa, había visto a las dos corretear por los pasillos y no pudo evitar seguirlas con curiosidad, quedando asombrada al notar lo que hacían. Las chicas se sobresaltaron, Dahyun bajo la mirada apenada y Sana estaba más aterrorizada que nunca.
—Mhm, yo debo regresar. —Dijo Dahyun sin mirar ni a Sana ni a Mina, completamente sonrojada, salió del salón.
—¿Te gustan las mujeres? . —Preguntó Mina extrañada intentando procesar la situación. —No sabía que Dahyun y tú...
—¡No!, no, no es lo que crees. —Tartamudeó, Mina frunció el ceño. —Sé lo que viste pero no es... lo que estás pensando, no me gustan las mujeres. —Negó Sana muy nerviosa, se sentía atrapada y muy asustada por lo que Mina opinara.
—Entonces.. ¿Por qué besabas a Dahyun?. —Preguntó incrédula.
—Ella me besó. —Exclamó impulsiva, al instante se arrepintió, no quería culpar del todo a Dahyun. —Como.. ella estaba tan curiosa por los besos y todo eso, no lo sé, lo hizo, también me tomó por sorpresa. —Mina se quedó un minuto en silencio
—Que rara. —Respondió sin más, eligiendole creer a su amiga, aunque aún dudaba. —No deberías juntarte tanto con ella.
—Lo sé pero es mi vecina y no la puedo evitar. —Se excusó.
—Ahora tienes una razón para hacerlo. —Justificó Mina, saliendo de aquel salón abandonado, dejando a Sana con una lucha mental interna. ¿Estaba tan mal lo que hacían? ¿Por qué se sentía tan normal y para colmo, tan bien para ella?

ESTÁS LEYENDO
Otoño / Saida
FanficKim Dahyun descubre que el otoño es su estación favorita, porque es la estación en la que conoció a su primera amiga.. y al amor de su vida.