H2O: Just Add Water - Nuevas colas

Capitulo 120: El niñero Chris

Dylan se quedó pensativo durante unos instantes al escuchar lo que Cris había dicho, era cierto que tras pensarlo detenidamente podía parecer que Rita consideraba que ellos no eran capaces de hacer ese trabajo pero conociendo a Rita todos sabemos que ese no era el motivo, probablemente decidió que fuese él por el tipo de personalidad que él tenía, no tenía nada que ver la confianza, simplemente necesitaba una persona que fuese más bien autoritaria y siendo hijo de Emma era la opción correcta.

Dylan: No creo que sea eso Chris, simplemente cada uno encajamos más en ciertas cosas, a mi me dijo que necesita vuestra ayuda para otras cosas

Chris: ¿Cómo que?

Dylan: Eso no me lo ha dicho, supongo que cuando os vea os lo comentará, en fin, ¿podéis hacerme un pequeñísimo favor?

Chris: Dispara

Dylan: ¿Alguno de vosotros puede quedarse cuidando y vigilando a Aina mientras acabo el ensayo? Y.. ¿puede ir alguien a buscar a casa de Rita en alguno de sus libros de sirenas como romper el hechizo de amor que Aina puso en los compañeros de clase de Caim?

Caim: Yo es que me tengo que poner a trabajar aquí en el café, empieza mi turno..

Kaleth: Pues yo voy a ver si puedo encontrar como arreglar ese hechizo que comentaste..

Chris: Me niego, ni de broma

Dylan: Chris, por favor, vigílala mientras tanto, tengo que ensayar

Chris: No, lo siento pero no, me niego a vigilar enanas malcriadas

Aina: ¡Te estoy oyendo!

Chris: Me da igual que me escuches mocosa consentida, yo no soy niñero de nadie

Dylan: Chris, por favor, tengo que hacer el ensayo con la banda, si no lo hago David puede echarme

Chris: No haberte ofrecido a cuidar de la mocosa si sabías que no podías

Dylan: Yo no me ofrecí, me lo exigió el consejo por que nos transformamos, para ganarse nuestra confianza por que te recuerdo que tú nos hiciste incumplir sus reglas transformándonos.

Chris: Yo no fui quien hizo que ese monstruo te tirase al estanque, Caim y yo nos tiramos para intentar salvarte

Dylan: Nos hiciste ir para que nos transformásemos de todos modos

Chris: Sois unos desagradecidos, pasasteis de ser personas corrientes a tener un secreto increíble y sólo sabéis quejaros

Aina: En eso estoy de acuerdo con el chico de tierra, os hizo ser mejores

Dylan: ¿Mejores? No puedo ni lavar unos platos sin que me salga cola

Chris: Todo lo bueno tiene sus partes malas

Dylan: Chris, por favor, vigílala durante el ensayo, sólo te pido eso

Chris: Agh, está bien pero me debes una gorda

Dylan: Me parece bien

Caim se levantó y se acercó a la barra para agarrar su mandil y ponerse a trabajar mientras que Kaleth se iba a casa de Rita para mirar entre aquellos antiguos y polvorientos libros, Chris se quedó sentado con cara de enfado mientras miraba fijamente a Aina a la cara, intentando demostrarle quien mandaba pero Aina simplemente se rio dándole a entender que a ella no le importaba nada lo que Chris le dijese, al final de cuentas ella no sentía que hubiese hecho nada malo, al contrario.

Chris: Mocosa, aquí ahora mismo mando yo y vas a hacer lo que yo te diga

Aina: En tus sueños carcamal.

Chris: Sólo tengo 16 años

Aina: Lo que yo digo, un anciano

Chris: Mira enana a mi no me hables así, me da igual que seas una sirena de nacimiento, vas a hacer lo que te digamos que es lo que ha pedido el grupo, a menos que prefieras que les cuente todo lo que estás haciendo y que así seas desterrada para siempre del grupo, tendrías que quedarte para siempre viviendo en tierra tal como le pasó a Rita, ¿es eso lo que quieres?

Aina: ¿Me estás amenazando chico de tierra?

Chris: No, te estoy avisando, no me gustaría tener que contarles todo, sería muy triste para tu madre Lyla, ¿no crees?

Aina: Bien, me portaré bien..

Chris: Así me gusta

Chris levantó la mano para llamar la atención de Caim, quería pedir dos zumos de manzana, uno para él y otro para Aina, todo para que lo pagase Dylan por las molestias ocasionadas de tener que cuidar a aquella niña durante un rato.

Caim: Son 10 dólares

Chris: Apúntaselo a tu novio

Caim: No puedo apuntarle cosas sin su permiso

Chris: Le dije que me debía una por cuidar de su sirena enana

Caim suspiró y le entregó los dos zumos, Aina se quedó mirando al vaso de Chris con una sonrisa maliciosa y comenzó a calentar el zumo con sus poderes, haciendo que cuando Chris lo probó se quemase la lengua

Chris: ¿¡Se puede saber que haces!?

Aina: Una pequeña bromita

Chris: ¡Podrías haberme hecho daño!

Aina: Estás exagerando..

Chris: ¿Cómo puedes tener tanta maldad dentro en un cuerpo tan pequeño? no me lo explico

Aina: No soy mala

Chris: Oh si, si que lo eres, eres un pequeño demonio, enfría ahora mismo mi zumo

Aina: Bueno, bueno, ya lo hago

Aina estiró la mano y congeló completamente el zumo haciendo que Chris se enfadase aún más, sin embargo esta vez no había sido aposta ya que aún no controlaba del todo bien sus poderes

Chris: ¿Te estás burlando de mi?

Aina: No, aún no controlo bien mis poderes

Chris: Ya, claro, tienes suerte de que yo no tenga todos los poderes como vosotras por que si no haría helado de Aina

Aina: Eres un quejica, no paras de quejarte por todo..

Chris: A lo mejor si hicieses las cosas bien y te preocupases de verdad por la gravedad de ser expulsada del grupo te darías cuenta de que lo que has hecho puede arruinar tu vida, tendrías que vivir toda tu vida en tierra, ¿no lo comprendes?

Aina: Seguro que mi mami lo soluciona..

Chris: No Aina, esta vez no, tu madre no puede solucionarlo todo y esto justamente no tiene solución, sólo que hagas lo que te pide el consejo que es cambiar tu forma de actuar y te niegas en rotundo, así nunca volverás a estar con tu madre, ¿no lo entiendes?

Aina: ¿Lo dices enserio?

Chris: El consejo es quien manda, ¿de verdad vas a hacer que tu madre abandone el grupo, que es su familia por ti? ¿Vas a obligarle a tener que elegir entre vivir en tierra contigo y abandonar a su familia?

Aina al escuchar eso comenzó a llorar y salió corriendo hacía los baños del Ocean Café, Dylan al ver esto dejó de cantar y salió corriendo detrás de ella junto a Chris, quien empezó a sentirse mal por el modo brusco en el que había dicho las cosas a Aina, al final de cuentas todo lo que le había dicho era verdad pero no eran las formas de decirselo a una niña tan pequeña.