Mi cabalgata es breve a donde mis nuevos enemigos aguardan. Veo sus tropas listas para la batalla a sus tres líderes en sus caballos los detallo a cada uno, el ego de uno, la burla del otro y más importante aún la adrenalina del Rey.
- Así que será una batalla cuerpo a cuerpo ¡Esto será interesante! - Exclama el bando negro.
Suelto mi respiración, las manos me traicionan al temblar, bajo de mi corcel el cual junto su cabeza con la mía en una lenta despedida, para después dejarlo volver a la fortaleza.
Mi espada es desenvainada, dirigiendo su punta filosa al Rey rojo y reto con mi mirada.
- Creo que no desea perder el tiempo hablando y va directo a la acción amigo - El dorado habla con el rojo.
- Así será - Murmura bajando de su caballo y retirando el casco de su cabeza, para dejarlo a un lado - Prepárate Rey Alado - Murmura acompañándome a tomar lugar.
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Dejo mi casco en su lugar, y comienza la batalla bloqueando el primer ataque de mi contrincante, sus movimientos son seguros y fuertes que no me dejan opción que moverme y utilizar el terreno para bloquiar su espada.
Me lanza una mirada confundida, porque mis ataques son defensivos y no mortales, pero de un momento a otro lo debo paterar para que se cierne sobre mi, soy mucho más baja y con la armadura que era de mi padre limita un poco mi velocidad, al quedar un poco grande.
- Deja de bailar Sam, acaba de una vez - El Rey negro habla con voz casada.
Pero es la oportunidad para el Rey rojo lanzar con la punta de su espada arena directo a mi visión, lo que hace que no pueda utilizar el sentido de la vista, dejándome en clara desventaja.
