- No les quiero ver desnudos ¿Cómo hacemos ahora Rey que todo lo ordeno, todo se cumple? - Me encontraba sentada en su regazo mientras acaricia Donovan mis piernas.
- Leo tu primero - Dice Sam despreocupado.
El susodicho se levanta colocando las cortinas de la cama, dificultando la visión de ambos. Me toma gentilmente en sus brazos y me deposita en la cama, mi respiración se vuelve irregular nuevamente, puedo ver su torso desnudo, y el se va despojando de su pantalón.
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Cierro mis ojos para no ver su masculinidad, sus manos recorren mis mejillas para sentir que estoy derramando lágrimas, mis mejillas están rojas siento vergüenza.
Acuna mis hombros y va descendiendo a mis pechos la tela le sobra, y la aparta. Me acaricia allí y yo contengo la respiración.
Me tumba totalmente en la suave superficie y siento su aliento en mis pechos, su lengua los recorre suave.
Apartó mi cabeza cuando me toca más allá de mi estómago, siento algo en mi que se calienta más y más volviéndose fuego en mi interior.
Me toma por sorpresa cuando su boca va a ese lugar en medio de mis piernas, besa mis muslos y luego mi zona íntima muy suavemente.
Luego empuja su lengua un poco más provocando que suelte un grito pequeño, tomo su cabeza, no quiero que deje de hacer lo que está haciendo.
Mi espalda se arquea y su lengua se unde más en mi, siento una fuente saliendo de allí, unos minutos son suficientes.
Se levanta en todo su esplendor y puedo ver su masculinidad como una lanza, apuntando me.
Es tanto mi asombro que no puedo apartar la mirada, Leo se acerca y me abarca, besa mi cuello un poco agresivo.
Mis piernas rodean su cintura, por la diferencia de tamaños.
- Dime si te lastimo - Murmura en mi oído dando un beso.
