- ¡Padre! - Grita el hijo del Rey desenfundado su espada y deteniendo una flecha que iba al corazón.
Veo en la dirección de la flecha y Katia está en el techo a punto de disparar otra flecha.
- Padre, nadie me quitará el honor de quitarte la cabeza - Al pronunciar esas palabras el Príncipe Trenk, decapita a su padre que aún estaba sentado en el trono, su cabeza rueda hasta mis pies, Laila se levanta asombrada alejándose del cuerpo.
Mi mano recoge la corona del difunto Rey.
- Como lo deduje, ahora tú eres el nuevo Rey de las montañas - Dicto colocando la corona en la cabeza de Trenk, sin embargo este se arrodilla.
- Mi lealtad está con los Reyes y la Reina - Dice levantándose.
Mientras Laila mira a Katia y regresa su atención hacia nosotros. Se dirige hacia nosotros y abraza a Leo.
- Lo siento mucho - Empieza a llorar en sus brazos - No quise causar problemas - Exclama mirándonos.
- No lo hiciste, de hecho nos facilitaste el trabajo - Exclamo abrazándola también.
- Habrá una tormenta al amanecer, deberían quedarse - Dice Trenk - Les ofrezco unas de las habitaciones principales del castillo.
Aceptamos y nos dirigimos a las tropas para arreglar la estadía, para refugiarlos de la tormenta blanca.
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Al terminar de organizar todo vemos a Laila jugar con la nieve con Katia, resaltando entre tanta blancura. Al notar mi intensa mirada, guarda compostura.
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Recojo un poco de nieve y la arrojo a su cara, lanzando una carcajada al ver su carita. Me devuelve el ataque, Leo de su lado y Donovan ayudando en mi bando improvisado.
