Las blancas paredes que rodean el Reino alado, son fuertes, casi diría inquebrantables porque ningún enemigo ha podido perpetrar sus muros, los ciudadanos siempre están en paz sin perturbación.
Es lo que mis padres siempre han anhelado para su Reino, y ahora lo han dejado en mis manos.
- Princesa - Un caballero de brillante armadura plateada interrumpe mis pensamientos mientras mi vista estaba enfocada en las casas de la corte a varios metros del castillo - Ya es hora de su coronación - Me espera para escoltarme hasta el Salón del Trono.
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El salón está repleto de súbditos, leales a la corona, plebeyos, voceros, el Gran Consejo; no bajo la mirada, ella solo puede ver el trono destinado para no solo el dirigente del Reino, sino para un líder nato. Y esa persona soy yo...
- Hoy se coronará a la heredera del trono alado, hija del Rey Jon y la Reina Helena, anteriores gobernantes del Reino Alado, su hija presidirá el trono de plata. En mi máxima envestidura yo Sir Amoll, yo corono a la Princesa Laila Alexandra Cavalier de Primn - Estando a segundos de posar la Corona en mi cabeza y a pasos del trono, mi General interrumpe en el salón con una ruidosa entrada.
- ¡Nos declararon la guerra su alteza! - Rápidamente recorre el salón, dejando a los presentes sin habla y a mi sin respiración.
- ¿Quienes? - levanto la voz, deteniendo la ceremonia.
- Los reinos, tanto los lobos como los leones se aliaron con los fénix mi reina - El General exclama haciendo una reverencia.
- Todos a sus puestos, de la señal de evacuar mujeres y niños - Ordenó mientras salgo del salón del trono, una corona puede esperar, no la guerra que se avecina.
