- Mi Reina - Estoy en el escritorio redactando varias cartas.
- ¿Si? - Le pregunto a mi dama sin levantar la mirada.
- No ha sangrado - Dice con un hilo de voz.
- No vayas a decir nada, estamos en tiempos difíciles y en una guerra que aún no inicia - La miro fijamente a los ojos.
- Si mi señora - Se retira, y yo solo puedo ver el sol de la mañana colarse por las ventanas.
Debo de ocultarlo sino quiero que esto nos perjudique.
Ya mañana partimos al Reino de los Lobos, y estamos con los últimos preparativos para el viaje.
- Mi Reina - Entra a la habitación Katia - El carruaje está listo y en condiciones, así que no será un retraso - Dice.
- Gracias - Exclamo con una pequeña sonrisa - De verdad no se qué haría sin ti ¡Acompañame! - Me levanto luego de terminar para enviar a la lechuza mensajera con las cartas.
- Necesito que lleves un pequeño batallón contigo al Oeste - Le digo caminando por los pasillos.
- Estamos preparadas mi Reina, pero quisiera que llevara a dos Paladines en su viaje al Reino negro - Dice Katia con un poco de preocupación.
- Si lo haré ahora más que nunca necesitamos aliados de nuestro lado - Digo caminando por los pasillos - Por favor vigila a la Dama Rosa, ella sabe mi secreto - Digo viendo a Leo en su taller.
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