Refugiarse en una de las habitaciones para Leidys debe ser lo más cobarde que he podido hacer, dejo volar mis pensamientos junto con la preocupación de las consecuencias.
Al amanecer, tocan la puerta sonoramente, despierto sobresaltada y luchando con el sueño que aún tengo me levanto.
Al abrir la puerta me encuentro con 4 de mis 6 damas, para prepararme el aseo.
- Magestad sus esposos se encuentran desconcertados por su ausencia en la habitación - Murmura suavemente sin mirarme al rostro.
-
Ellos asumen que mis tradiciones no cuentan, ya que la Reina siempre tiene una habitación privada exclusiva para ella, no siempre se calienta el lecho del Rey - Murmuro ofuscada. Tener tres esposos no ayuda siquiera.
Cambios en mi guardarropa, cambios en la decoración del castillo, nuevas leyes, en fin la Reina un cero a la izquierda.Recorro los pasillos con dirección al comedor real, entro y ya estoy en presencia de los causantes de mis desacuerdos, no menciono ni una palabra solo me siento y empiezo a devorar unas tostadas.
- ¿Ya hay un pequeño Donovan en tu panza? - La pregunta de Sam me hace atragantarme con el trozo de pan que estaba masticando .
- ¿Disculpa? - Recuperó la voz un poco ronca.
- Déjenos solos - Sam le habla a los caballeros y estos se retiran.
- Tenemos que engendrar hijos pronto - Lo que Leo exclama me deja sin habla.
ESTÁS LEYENDO
El Reino Alado 🪽
Ciencia FicciónEn tiempos de guerra, no existen más opciones que entregarse y sacrificarse si en tu sangre corre la realeza y en tu cabeza descansa una corona.