La puerta la abro y la ráfaga de viento frio de la estrellada noche hondea mi cabello. Siento como acaricia mi rostro y sonrió levemente al notar varias cosas cuando salgo de la casa.
La primera, Damián luce muy diferente, pero jamás lo había visto tan hermoso. Combina perfectamente un jean azul desgastado con un saco oscuro, camisa blanca y zapatos acordes que le dan un aspecto juvenil e interesante.
«Que elegancia la de Francia»
Segundo. Ha cambiado de auto por una camioneta negra muy distinguida que no pensé que tuviera.
Tercero. Su sonrisa es la más linda y expresiva que me ha dedicado desde que nos conocemos.
Siento que esta igual de feliz, que compartimos el mismo sentimiento.
Cuarto. El brillo de sus ojos no es igual.
Guarda las manos detrás de él, enderezándose, viéndome bajar lentamente. Lo hago porque las piernas me tiemblan, las manos me sudan y el corazón esta emocionado, haciéndome sentir bajo su retina, una niña amada y consentida.
—Hola Mel—me ofrece la mano que no dudo en tomar, sus dedos se entrelazan con los míos y los aprieto, es inexplicable, pero no puedo evitarlo, no quiero soltar nunca más.
No se si soy romántica o patética, pero se siente bien.
—Damián—le sonrió y baja la marida a nuestras manos entrelazadas.
—Tiemblas Mel—afirma descubriendo el estado en el la cual me encuentro y me es imposible controlar.
—Lo siento—la vergüenza me hace querer soltarlo, pero el no me lo permite—estoy nerviosa y es tu culpa.
Admito, ya mi cuerpo y nervios me han delatado.
—No tiemblo—me dice mirándome a los ojos—pero siente como estoy por ti.
Toma mi mano libre llevándola al centro de su pecho. La palma de mi mano siente el retumbe acelerado de su corazón y el mío responde al estimulo del suyo acompasándose con cada latido.
Dios mío, siento que mi corazón vibra por el suyo y cierro mis ojos dejándome llevar cuando deja su palma sobre la mía.
¿Lo oyen? Si, es eso mismo.
Nuestros latidos no son silenciosos porque en cada palpito, repiten una y otra vez su nombre y el mío.
Abro mis ojos, y la vista se me nublan con las lágrimas que no caen, pero hacen que sienta un nudo en el pecho cuando su mirada impacta la mía. La punzada empieza en mi estómago, y como vengo sintiendo desde hace mucho, me dan ganas de algo, y ahora además de besarlo, quiero mermelada de frambuesa con galletas y helado de melocotón..
No se si es el momento, la luz de la luna, la noche, pero me mira de una manera que me grita que sus ojos me pertenecen y que jamás mirara a otra como me mira a mí.
—Es hermoso—rompo el silencio aun con la mano en su corazón.
—Late a si por ti—dice con esa determinación y convicción que siempre lo acompaña. Da un paso hacia a mi y en automático, mis ojos bajan de golpe a sus labios.
Cierro los ojos esperando, si ese momento que anhelo, pero...
—Damián—doy un paso atrás cuando escucho la voz de Dracco McDonald's que se acerca a paso largo.
Me hago a un lado de Damián sin soltarle la mano y papa tiene el rostro rojo como nunca y hasta siento que creció unos metros.
Mama aparece quedándose en el umbral de la puerta y se cruza de brazos sacudiendo la cabeza en negación.
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HASTA RESPIRAR
Teen FictionHISTORIA BASADA EN HECHO REAL. SORDIDA, ESTREMECEDORA Y MALDITAMENTE DESGARRADORA Merilla es una adolescente que tiene profundas heridas emocionales y vive un infierno todos los días, llora en las noches y lucha con sus propios demonios. Abusada des...