DAMIAN
Domingo.
Mi primer pensamiento en la mañana cada que me despierto es...
Merilla McDonald's.
La vi bailar por primera vez en la azotea de la escuela y desde ese momento, mi vida tomo sentido.
Ace viene a saludarme, se sube a la cama lamiéndome todo porque quiere salir a su paseo matutino.
—Ya voy—le digo mientras lo acaricio—dame chance me despierto.
Me ladra y no, no me permitirá cinco minutos.
No he dormido, después de llevar a Merilla a casa no pude dormir cuando regresé a la mía. Pensé en ella todo el tiempo, en la noche que me regalo, en sus palabras y ese momento tan intimo entre los dos.
Fue mágico, especial, fue único.
Tenia miedo, pero todo fluyo de una manera tan especial, tan única que me confirma que es ella, y no ninguna otra. Tomo mi móvil revisando los mensajes que me envía mi equipo de futbol. Me felicitan, pero realmente no me interesan, como tampoco los mensajes de Laura, Lisa y su grupo de pesadas como le dice Adrián.
Hablando de ese chico, me envió algo corto y significativo en mensajes con emoji. Una velita, torta y la mano con el dedo arriba.
Eso fue todo.
Le respondo con un gracias.
Leo el de Lex: Feliz cumpleaños amigo, sabes que te quiero y siempre le agradezco a Dios que te pusiera en mi camino. Espero esta amistad dure toda la eternidad. Besos, corazón y torta.
Me hace reír, se que Lex es un chico solitario y solo nos tiene a nosotros y a su equipo de futbol.
Aunque creo que después de todo, cuenta con Merilla y Marion.
Marion también me envía mensajes, pero esta vez es una nota de voz felicitándome. Busco, pero no hay nada de Mel.
Suspiro, es tan difícil que me encanta.
No se como explicarlo, cuando estoy con Mel, simplemente siento que todo esta bien y que no quiero estar en otro lugar que no sea junto a ella.
Me pongo de pie, me doy una ducha y uso la chaqueta que me regalo. Ace me sigue cuando salgo de mi habitación yendo a la de mis padres.
Mama sigue dormida y John esta despierto, de pie en la cuna, pero calladito, le hablo mucho y siempre le digo que no despierte a mama porque está enferma.
Apenas me ve, alza la mano y hace un puchero. Se ve asustado y corro cargarlo, sacándolo de la cuna.
—Hola campeón—le limpio las lágrimas, llora sin hacer ruido por mama.
Me acerco a la cama, la mujer que me dio la vida la veo un poco agotada, su semblante inclusive es mejor que días anteriores, pero se ve muy débil.
Acaricio su mejilla con los nudillos y de inmediato se despierta, preocupada.
La calmo de inmediato dejando su cabeza en la almohada.
—Tranquila, yo me encargo de John—cierra los ojos y respira profundo.
—Perdóname mi corazón—sacudo la cabeza para despreocuparla—ya me pongo de pie.
—No te preocupes, descansa.
Le doy un beso en la frente, Ace ladra desesperado y me acerco a la puerta.
—Mi amor—miro a mama—feliz cumpleaños mi grandote.
ESTÁS LEYENDO
HASTA RESPIRAR
Ficção AdolescenteHISTORIA BASADA EN HECHO REAL. SORDIDA, ESTREMECEDORA Y MALDITAMENTE DESGARRADORA Merilla es una adolescente que tiene profundas heridas emocionales y vive un infierno todos los días, llora en las noches y lucha con sus propios demonios. Abusada des...