✿ 04: té.

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— ¿Cuánto se supone que gastaste en esto? — preguntó enojado Leonardo al ver las cosas que había comprado en el pueblo

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— ¿Cuánto se supone que gastaste en esto? — preguntó enojado Leonardo al ver las cosas que había comprado en el pueblo.

Tomates frescos, naranjas, manzanas y verduras de todo tipo que no tenía en la huerta.

— No sé, pero-

— Desobedeciste a tu abuelo. Él debe estar muy enojado contigo, demasiado enojado.

La muchacha cerró sus boca, bajando la mirada ante la tristeza que le causaron sus palabras.

— Pero...

— No hay peros. Él me pidió que te cuide y eso voy a hacer. Me llevaré la yegua.

La muchacha se desesperó cuando el hombre salió de su pequeño rancho y se subió a Vicky.

— ¡Leo, no! — murmuró, corriendo detrás del hombre que comenzaba a moverse a paso acelerado fuera de la estancia. — ¡Deja a Vicky, es lo único que tengo aquí!

Él la ingoró, y sin despedirse tomó rumbo hacia su casa a trote sobre Vicky.

La muchacha sollozó, dejándose caer sentada en la tierra miras veía como se llevaba a la única compañía que tenía en aquel lugar tan solitario.
No quería a Leonardo, no entendia por qué se tomaba tantas atribuciones en su vida.

Apenas pudo calmar su llanto cuando lo vió lejos, casi como una pequeña manchita.

Se iba a levantar cuando escuchó un sonido a lo lejos, y frunció sus cejas cuando vió un coche aproximarse a altas velocidades por la calle.

Se levantó temerosa, dispuesta a ir al interior de su casa si era posible, pero cuando frenó abruptamente frente a ella y vio a aquella pelinegra supo que no era un peligro.

— Vaya, que bien que eres tú, pensé que nunca llegaría. — dijo divertida, frunciendo sus cejas cuando notó la expresión en el rostro de la mujer. — ¿Es posible que cada vez que te vea estés llorando, niña?

Ella se bajó del coche, entregándole una bolsa.

— Dejaste esto con mis cosas, son zanahorias, papas y aguacates. ¿Vas a decirme por qué estás llorando?

La muchacha la miró y mordió sus cejas.

— Se llevaron a Vicky... — susurró, y Valeria frunció sus cejas.

— ¿Quién es Vicky?

— La yegua de mí abue... — susurro angustiada y Valeria dió un paso adelante.

— ¿Y quién mierda se la llevó?

— M-Mi vecino... se dió cuenta de que fui al pueblo sin permiso y me la quitó...

Flowers | Valeria GarzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora