✿ 08: lluvia y abrazos.

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Dos meses después.

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Salir a vender flores ese día le había parecido una idea genial, realmente hermosa

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Salir a vender flores ese día le había parecido una idea genial, realmente hermosa.
Había pocas nubes y el día era precioso.

Pero nunca se imaginó que tal tormenta se aproximaría al pueblo.

— Tranquila, Vicky, tranquila... — pidió asustada ante los movimientos erráticos que hacía la yegua. Le tenía una fobia tremenda a las tormentas ya los relámpagos, y los fuertes estruendos ya comenzaban a escucharse. — Vamos... No hagas esto ahora... Vamos al casa...

Vicky avanzó solo unos pasos cuando el primer trueno se escuchó, y se levantó en sus dos patas traseras.

_________ intentó sostenerse del cuello del animal, pero era imposible ante lo brusca que actuaba la yegua, y terminó cayendo con fuerza de espaldas contra el suelo.
Cómo uno de sus últimos recursos había intentado sostenerse de su rienda, pero ante el tirón el animal había entendido que debía de correr, y avanzó sin importarle nada.

La muchacha se removió entre quejidos, sintiendo un profundo dolor en su pie.
Miró el cielo derrotada cuando comenzó a llover.
Sus ojitos se llenaron de lágrimas y no sintió ganas de levantarse luego de tan fuerte golpe, pero igualmente se levantó despacio, comenzando a caminar con dificultad hacia su rancho, sin apoyar todo su peso en su pie derecho.

Aunque probablemente tendría que parar en casa de Valeria.

Valeria... Su querida amiga...

Llevaban conociéndose más de dos meses, y le había agarrado un gran cariño, pero la mujer había estado bastante ocupada y ya no podían verse con tanta frecuencia.

________ se sintió mejor cuando comenzó a llover, porque a pesar de que el agua estaba helada y estaba empapada, no se sentía tan tonta llorando mientras caminaba por aquel lugar.
Poco a poco, el lejano hogar de Valeria se veía cada vez más grande, y cuando tal vez faltaban menos de cien metros para llegar vio a la pelinegra salir asustada hacia el camino, conectando miradas con ella.

Intentó caminar más rápido, pero el dolor en su cuerpo se lo impidió.
Valeria avanzaba corriendo hacia ella, realmente preocupada.

— Mierda, linda... — dijo asustada, tomándola de las mejillas. Al instante conectó sus ojos con los ojitos llorosos de la muchacha. — ¿Qué pasó?

— Vi-Vicky se asustó y me tiró... — sollozó, abrazandola instintivamente. Valeria correspondió aquel toque, apretandola contra ella con fuerza, acariciando su cabello totalmente empapado.

— ¿Te lastimaste?

— Me-Me duele mi pié... — dijo, separandose un poco para poder verlo.

— Mierda... — susurró la mujer cuando vió lo hinchado que se veía. — Definitivamente tienes un esguince.

Flowers | Valeria GarzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora