Flowers | Valeria Garza

✿ 17: toques.

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Advertencia: contenido para adultos en todo el capítulo
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___________ se subió al regazo de Valeria, y al instante sintió las fuertes manos de la mujer en ella, tomándola por sus muslos.
Valeria escondió su rostro en el cuello de la muchacha, chupando y mordiendo su piel a su antojo, mientras la más joven gemía bajito y enredaba sus dedos en el sedoso cabello azabache de la mayor.

— Val... — gimió bajito, y Valeria sonrió, adentrando sus manos debajo del camisón corto de la muchacha.

— ¿Si, hermosa? — susurró, y la muchacha mordió sus labios.

— A-Amo que me toques...

— Y yo amo tocarte. — murmuró, levantando suavemente la única prenda que vestía la muchacha, dejándola desnuda para ella. — Tan hermosa... Y solo mía.

— Solo tuya... — gimió avergonzada.

Garza subió sus manos, apretando sus caderas y luego subiendo un poco más, apretando sus pechos con cuidado, sin dejar de besar la piel de su cuello.

Bajó despacio, esparciendo besos por su piel hasta llegar a sus pechos. La muchacha se levantó un poco, buscando que la posición fuese más cómoda para Valeria.

Cuando su lengua hizo contacto con uno de sus pezones la más joven gimió, y Valeria la apretó contra ella ante tal bello sonido.
Amaba escucharla, quería tenerla todo el día en sus brazos y hacerla sentir aquel placer tan bello.

_________ llevó sus manos al cuello de Valeria, desatando aquel peñuelo blanco que usaba algunas veces.
La empujó suavemente, logrando que se separase de ella.
Valeria frunció sus cejas, pero antes de poder decir cualquier cosa la joven la besó. Ambas gimieron bajito ante el contacto tan íntimo entre ambas, y Garza volvió a bajar sus manos, acariciando y apretando todo a su paso.

La más bajita gimió cuando la mano de Valeria se adentro despacio entre sus muslos, tocando superficialmente su intimidad.
Garza rompió el beso, ambas siendo conectadas por un pequeño hilito de saliva.

— Amo que estés tan húmeda para mí, dulzura...

La más bajita la miró con sus mejillas totalmente sonrosadas. Garza le dió un corto besito y la tomó de la cintura, levantándola en sus brazos.

_______ se aferró a ella, confiando por completo en lo que haría.
Garza la acomodó de espaldas en la cama y volvió a besar su cuerpo, bajando lentamente por su abdomen hasta llegar a aquel lugar explorado solo por ella.

— Abre bien tus piernas, preciosa... — susurró, y la más joven se cubrió el rostro avergonzada, abriendolas solo un poquito.

— M-Me da vergüenza... — susurró.

— ¿Qué es lo que te avergüenza, eh? — susurró, con aquel acento que _______ tanto amaba. Con dos de sus dos abrió despacio sus pliegues, dándole una caricia superficial a su clítoris. La muchacha gimió y Valeria sonrió. — Usa tus palabras, cariño, vamos...

— M-Me da vergüenza que mires a-ahi... — susurró bajito, y Valeria soltó una risita.

— Oh, no voy a mirar.

— ¿Ah, no? — preguntó aturdida. — Lo siento, yo pens-¡Mhm, Val!

Gimió agitada cuando Valeria se hundió entre sus muslos y sintió su lengua en ella.
Garza no dejó de lamer incluso cuando la muchacha cerró sus piernas inconcientemente ante el placer que comenzó a sentir, estaba completamente concentrada en su tarea.