Flowers | Valeria Garza

✿ 13: mía.

•┈┈·┈•••┈┈┈••✦ ✿ ✦••┈┈┈••┈┈·┈•

Escuchó suaves golpes en la puerta de la habitación en la que dormía y se levantó adormilada, con su vestido desacomodado y su cabello despainado. Caminó despacito a la puerta y le quitó el seguro, y en menos de un segundo ya tenía a Valeria abrazandola con intensidad.

Dibujó un pucherito en sus labios mientras Garza cerraba la puerta con seguro.

— Linda, linda... — susurró angustiada. — Lo siento tanto...

La muchacha negó, con su pucherito siendo besado una y otra vez. — No es tu culpa...

Valeria suspiró, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas mientras la miraba a los ojos.

— Estoy acabada, ________... — susurró. — Me arruinó la vida...

La muchacha negó, desesperada por intentar limpiar las lágrimas que se escurrian por las mejillas de la pelinegra.

— No llores, Val, por favor. — pidió, llorando también.

— No puedo no llorar cuando Alejandro volvió para arruinar todo... Arruinó los planes que tenía contigo... — sollozó, escondiéndose en su cuello. — Con él estoy acabada, él trabaja para los imbéciles que quieren asesinarme, incluso sin saber quién soy.

—Tranquila, Val... Vamos a sentarnos. — murmuró bajito, encaminándose a la cama con la pelinegra. — Ya no llores, m-me duele verte así...

— Queria salir contigo mañana, quería pedirte que seas mí novia, p-pero él... — susurró, separandose para poder tomarla por sus mejillas. — Lo siento...

— Bésame, Val... — pidió, y la pelinegra no esperó más.

✿
Advertencia: contenido para adultos.
✿

La besó con intensidad, con todo aquel cariño que solo sentía por ella, borrando todo rastro de aquel hombre con el que siempre se había llevado tan mal. Valeria no podía controlar todo el cariño que sentía ella, sus ganas de que la perdonara por lastimarla con lo sucedido.
Por eso, ambas cayeron sobre la cama, Valeria acomodándose mejor sobre ella, entre sus piernas abiertas, con una de sus manos acariciando su mejilla.

_________ soltó un suspiro. Otra vez aquella sensación extraña. Sentía que con su vestido quedaba descubierta frente a ella, pero no podía pensar en otra cosa que no fuese Valeria tomándola con sus labios.
Aquel calor que solo había sentido con ella volvía a aparecer, y no sabía que significaba, pero le gustaba.
Aquellas cosquillas curiosas aparecían otra vez, y tuvo que separarse un poco de Valeria.

— Val... — susurró agitada. — Me s-siento rara...

Garza frunció sus cejas, mirándola preocupada, intentando controlar su respiración agitada a causa del momento.

— ¿Que sucede, princesa? ¿Qué no se siente bien?

— N-No lo sé... Siento mucho calor y-y... Cosquillitas... — susurró muy bajito.

Valeria soltó una pequeña risita, dejando aquella tensión escapar de sus hombros.

— Cariño... Me asustaste... Me siento de la misma manera contigo.

La mayor sonrió un poco y volvió a tomar sus labios con dulzura, enrojeciendo cuando sintió como la muchacha subía ligeramente sus caderas para tocarla con su pelvis.

Bajó una de sus manos y apretó su cadera con fuerza, logrando que de los labios de la muchacha saliera un suave gemido que alteró todo su organismo.