✿ 09: desayuno y besos.

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Un fuerte estruendo se escuchó y se levantó asustada, pensó en tener que salir de su casa para ayudar a Vicky a refugiarse, cerrar sus puertas y revisar que nada de lluvia estuviese entrando a la casa

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Un fuerte estruendo se escuchó y se levantó asustada, pensó en tener que salir de su casa para ayudar a Vicky a refugiarse, cerrar sus puertas y revisar que nada de lluvia estuviese entrando a la casa.

Pero no tenía que hacer nada de eso, en especial porque se encontraba en una cama totalmente cálida junto a Valeria.
Sus mejillas enrojecieron cuando se dio cuenta de que había estado durmiendo sobre la mujer, con su cabeza de costada en su pecho mientras atravesaba su pierna por sobre ella.

Mordió sus labios. Realmente era una insolente durmiendo.

Iba a mover su pierna de encima de Valeria, pero la mayor estiró su mano hasta poder alcanzarla e impedir que se moviese.

— Quédate quieta... Es temprano. — murmuró cansada, y la muchacha la miró.

— Lo siento...

Valeria le sonrió. — No lo sientas... Me gusta que estés sobre mí, eres cálida...

La muchacha sonrió tímida, volviendo a recostar su cabeza sobre ella, sintiendo las suaves caricias que Valeria dejaba en su cabello.

— Anoche te movías mucho, pero cuando te recostaste sobre mí te quedaste quieta. — dijo divertida y la muchacha sonrió.

— No sabía que iba a hacer tanto problema, sino iba a dormir abajo.

Valeria negó. — Claro que no. Me gustó dormir contigo, linda.

— A mí también... — susurró dulcemente, y ambas se tensaron cuando la puerta de la habitación se abrió.

— Su desayuno está listo, señorit- Oh...

Ambas se giraron ligeramente para ver a María, que parecía desconcertada ante la imagen frente a ella.

— ¿No preparaste desayuno para mi invitada?

La empleada negó. — Lo siento. Olvidé que estaba aquí...

— Bien, entonces prepara el suyo y sube. — murmuró, cubriendo sus ojos con su brazo.

La muchacha se marchó y _________ miró a Valeria.

— ¿Crees que no le agrado?

— ¿Por qué lo crees? — preguntó curiosa.

— Es que... Simplemente lo creo. Tal vez es imaginación mía.

Valeria frunció sus cejas. — Ahora que lo dices le prestaré atención. Si no te agrada puedo llamar a otra mujer, y-

— Claro que no. — dijo y Valeria rió. — ¿Por qué harías eso?

— Porque te quedarás conmigo el tiempo en el que necesites recuperación.

Flowers | Valeria GarzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora