Estaba muy, muy, en serio muy confundido... y caliente como el infierno, jamás me había sentido atraído hacia personas de mi mismo sexo.
Desde mi infancia crecí con amigos muy atractivos a mi alrededor y nunca me había pasado por la mente estar con ninguno de ellos en absoluto, ni una sola vez pero con Lucas, ese chico simplemente había llegado a tentarme, no supe en qué momento había pasado de estar quejándome de la falta de chicas a estar hasta la empuñadura remojado en su húmeda boca Lucas, se sintió jodidamente bien, tan caliente y apretado, él sabía lo que hacía y quizá era todo el estrés que cargaba encima pero cuando se corrió parecía ser eterno, las oleadas de placer se extendieron por más tiempo del acostumbrado y cuando me retiré de la alberca seguía aturdido, entré en mi habitación aún sintiendo los labios húmedos del chico alrededor de mi polla haciendo que ésta latiera buscando atención y no pude evitarlo, me masturbe pensando en los carnosos labios de Lucas al rededor, apretándolo, deslizando su traviesa lengua por toda su longitud y esos ojos verdes brillantes devolviéndome la mirada de forma pecaminosa mientras me engullía sin esfuerzo alguno, mis bolas cosquillearon advirtiéndome que estaba cerca de llegar y aceleré los movimientos de mi mano apretando al mismo tiempo y recordando el beso que me dió antes de irse con regusto a mi propio semen, tan descarado y caliente, el sólo pensamiento me hizo correrme y correrme, largas líneas de espeso semen manchando mi estómago y mis manos, de nuevo el placer aplazandose más de lo habitual y dejándome en una bruma de satisfacción pero también de incertidumbre.
Con eso en mente me dirigí al baño para asearme y de regreso a la habitación me deje caer sobre el mullido colchón, más tarde me arrepentiría de todo lo ocurrido pero aprovechando que aún la bruma de satisfacción me deje llevar por el sueño y cerré los ojos.
En algún punto me quedé dormido y quizá durante más tiempo del que creía porque cuando salí de mi habitación el cielo ya se veía bastante oscuro, al parecer había dormido toda la tarde y estaba muy hambriento por lo que me dirigí al comedor, el lugar estába bien, lo suficiente grande para varias docenas de chicos y varias de las mesas estaban ya ocupadas, fuí a por algo de comer y ocupe un asiento vacío. Pude observar mientras comía que la mayoría de los chicos no podían evitar el contacto físico con las personas a su alrededor, para ser franco, cuando ví a uno de ellos acariciar de manera descarada a otro casi me atraganto con la comida y recordé de golpe lo que habia sucedido anterior a mi siesta con Lucas, di un repaso a las personas en el comedor pero no lo vi por ningún lado, fué un alivio pero el sentimiento no perduró mucho pues como si lo hubiera invocado él entró en ese momento.
Lo seguí con la mirada pero él no me había visto, quizá era hora de terminar mi comida y huir, yo no era gay, solo fué un desliz del momento por la tensión que tenía acumulada y todo eso, no se repetiría, las tetas son mi fascinación y los coños mi habitad natural.
Lucas tomó su comida y se encaminó hacia una de las mesas alejadas a mí dónde se sentó con un grupo de chicos, uno de ellos lo tomo del cuello justo cuando se sentó y no tardo en devorarle la boca, algo extraño sucedió en ese momento, una sensación rara se acentúo en mi pecho y me retiré de ahí tratando de no llamar la atención.
Aún tenía que acomodar mis cosas en el ropero y sería mejor que empezara de una vez, por lo que veía mi estancia en este lugar sería algo difícil de sobrellevar, al menos podría masturbarme para liberar las tensiones pero obviamente lo que pasó ese día no tendría que volver a suceder, ni con Lucas ni con ningún otro chico de allí.
Llegué a mi habitación y saque todo mi equipaje, acomode mi ropa y pertenencias y aproveché a acomodar lo que utilizaría mañana en clases, tendría que poner de mi esfuerzo, la última plática con mi madre me había advertido que era mi última oportunidad de hacer bien las cosas y sin chicas al rededor se supone que la situación sería fácil.
Mi sexualidad estaba bastante clara antes de venir y eso no se vendría abajo solo por una simple mamada en la alberca, claro que no, yo no era así, tratando de ignorar la dureza en mis pantalones tome una ducha fría y traté de descansar para el día de mañana.
Bien, seguía dando vueltas en mi cama y los leves gemidos que se escuchaban de la habitación continua no hacían nada para ayudarme en absoluto, en mi defensa, sonaban como los de una chica, demasiado agudos y chillones, mi erección estaba de regreso y la habitación de Lucas no estaba tan lejos... si me escabullía nadie se daría cuenta ¿cierto? Agh... ¿a quien quería engañar?.
Deslicé mis piernas fuera de mi cama y asomándome por la puerta sin ver a nadie en el camino me dirigí a la habitación de Lucas, solo para aclarar las cosas y bueno, él se había ofrecido a ayudarme ¿no?, estaba a punto de llegar cuando unos gemidos dulces me pararon en seco, al parecer eran los vecinos de Lucas, ciertamente lo estaban pasando bien y eso solo hacia mí exitación crecer, ¿cómo podía él dormir así?.
Justo antes de tocar su puerta otro gemido se escuchó pero ya no de la habitación de al lado sino de la que estaba frente a mi, la de Lucas, ¿tendría compañía?, tenía que averiguarlo, hoy se veía bastante cercano a un chico en el comedor, otro gemido se escuchó y sin poder contenerme más toqué levemente la puerta con los nudillos y esperé...
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Internado para ninfomanos (En Edición)
Teen FictionÉste internado es la "solución" que se les ofrece a chicos con problemas sexuales, desde que tienen una adicción a la masturbación o a el sexo en si. A algunos los internaron sus padres para corregirlos en su conducta libertina, por ser expulsados d...