Capítulo 48

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POV Roberto

Inhalé el aroma de Tyler para saber si realmente estaba aquí y no un engaño de mi mente del que despertaría cuando más feliz estuviera, tenía miedo de que fuera un delirio causado por los golpes recibidos antes.

Sí el día anterior encabezaba mi lista de días raros e intranquilos, la mañana de éste día estaba cerca de hacerle competencia. A primera hora, con la luz tenue del sol apenas asomándose, un abogado había llegado para sacarme junto a un oficial de aquel frío lugar. Según las palabras del hombre, iba de parte de Adam y por un momento pensé que estaba alucinando, supe que era real cuando escuché el tintineo de las llaves al abrir la reja.

Mi mirada fué a las ojeras que enmarcaban los ojos de Adam.

Mi chico parecía no haber dormido bien y apenas Lucas mencionó algo sobre ir por comida se recostó a un lado de Tyler.  Unos instantes más tarde sus pestañas cubrieron levemente sus mejillas y cayó dormido con el brazo alrededor de la cintura del rubio. Al igual que yo, quería aferrarse a él tanto como nuestro pequeño nos lo permitiera.

-Humm, es tan agradable tenerlos aquí. Ojalá hubiera sido en otras circunstancias- murmuró Tyler acariciando mi pecho con las yemas de sus dedos.

Moví la mano que mantenía en sus rizos y acaricié sus mejillas, me preocupaba el color pálido que tenía pero no quería que él lo notara.

-Yo igual hubiera querido que fuera diferente, pero las cosas pasan por algo y amo tenerte entre mis brazos ahora. Te extrañé tanto- le dije bajito y besé su frente. Hice una mueca al sentir el ardor en la herida de mi labio. No le dí importancia antes pero el escozor era fuerte cuando presionaba.

Los oficiales no eran muy adeptos a tratar bien a sus inquilinos aunque éstos fueran temporales.

-Yo igual te extrañé- murmuró con voz temblorosa y alzó su mirada a la mía. El revoloteo en mi estómago se hizo presente como cada vez que él o uno de nuestros novios me miraba con esa misma intensidad.

De forma casi inconsciente me fuí inclinando hasta capturar sus labios entre los míos en un beso suave pero cargado de todo lo que aún no habíamos dicho en voz alta. El anhelo de su compañía al fin calmándose al sentirlo tan real y tan cerca que ignoré de nuevo la molestia en mi herida. Sus labios eran tan suaves como los recordaba y mi lengua no tardó en abrirse pasó entre ellos mordisqueando un poco la carne haciendo que soltara esos sonidos que siempre lograban erizar mi piel.

Sus manos se aferraron a mi camisa en puños y aunque el beso era lento no podía carecer de intensidad.

-Te amo -murmuró él sobre mis labios antes de deslizar su lengua entre los míos. Un poco de diversión se agitó en mi interior a pesar de la situación. Amaba cuando ellos se ponían al mando aunque fuera en los besos o en algo más elaborado.

Escuché la puerta siendo abierta pero no pude detenerme. Los labios de Tyler eran adictivos y creía firmemente que eso no cambiaría pronto.

Él parecía tener la misma linea de pensamiento pues en vez de separarse de mi empezó a juguetear con su lengua, dándole latigazos suaves a la mía causando una erección entre mis pantalones.

Pequeño travieso. Recordé entonces una de las platicas de semanas atrás donde había mencionado ciertos lugares donde le causaba curiosidad y exitacion tener sexo.

Sí, el hospital era uno de ellos. Pero como ninguno de ellos se consideraba moralmente correcto, nadie había mencionado nada sobre lo extraño que eso parecía. Por el contrario, Tyler formó una nueva fantasía por cumplir en nuestras pervertidas mentes.

-¡Que diablos! ¿Ahora nos dirás que eso tampoco te molesta?

Ésta vez tanto Tyler como él se separaron sólo lo suficiente para mirar al intruso en la habitación. Pudo notar que no solo era él sino también una chica rubia que portaba un potente sonrojo en las mejillas y aferraba las manos en su pecho mientras contenía una sonrisa que parecía no caber en su rostro. Tenían rasgos similares.

Internado para ninfomanos (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora