Capitulo 7 Maestro I

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Oh, como amo estás sesiones pienso mientras uno de los chicos internados se quita la camiseta y empieza a frotarse los pezones frente a mi. Me ha demostrado cuan grande es su hambre de sexo y he decidido que la mejor forma de curarlo es saciarlo hasta que quede satisfecho y no quiera más. Sonrío cuando me lanza una mirada coqueta y se desabrocha el short.

-Maestro.- Dice con su infantil y sensual voz. -Te tengo muchas ganas, por favor hazme tuyo otra vez.- Procede a sentarse en mi regazo y yo no dudo en poner mis manos en sus piernas animandolo a seguir ya con mi camisa abierta y en espera de sus caricias. Él es experto en tentar y lo sabe por lo que mueve sus caderas y mi polla crece en mis pantalones.

Él roza el borde de mi pantalón en lo que yo acaricio sus nalgas sacándole suspiros de satisfacción. No tardamos en desnudarnos por completo y unos minutos después lo estoy lubricando con mis dedos, se mueve al compás por lo que es más fácil dilatarlo.

Al ver que está listo lo acomodo sobre mi polla y de un golpe entro en su estrecho agujero. Es la gloria ya que así como la mayoría de mis alumnos, lo tiene estrecho, caliente y al ser de los que mejor se mueven no dudo en tomarlo de la cintura y empezar a embestir con fuerza como sé que le gusta.

Gime y jadeo mientras el igual se mueve buscando su propio placer, lo tomo de las nalgas amasando y al mismo tiempo enterrando más mi polla en él sin piedad.

Tira de mis cabellos y mi polla endurece más si es posible. Atacó su cuello con leves mordeduras asegurándome de no dejar marca.

Sus gemidos aumentan y sé que al chico que se esconde en el salón de al lado le encanta escucharlo así que aumento mi ritmo y mis besos en su cuello.

No tardamos más en corrernos él con un gemido y yo con un gruñido contenido en su cuello. Ver cómo se corre es una maravilla, se estremece con la piel perlada por el sudor y su pecho muestra sus lindos pezones rosados y duros como piedras.

Giro la cabeza hacia la puerta al escuchar que se abre y Alex uno de mis colegas se deleita con la imagen del chico antes de dirigir su mirada a mí y también comerme con los ojos e informarme que tenemos un nuevo estudiante.

El chico que me monta me saca lento de si y empieza a limpiarse con una mirada de disgusto que pone siempre que hay uno nuevo.

Me río bajo y le contesto a Alex que dentro de poco me reúno con los demás para recibirlo y ambos nalgeamos al pequeño en su respingón culito antes de que se suba el short y terminé de vestirse. Nos besa a ambos y sale con una sonrisa de suficiencia.

Alex me mira cómplice y me avisa que quedan unos minutos para la bienvenida del nuevo. Sonrío y dejo que me acorrale contra la pared mientras me besa y yo acaricio sus duros músculos, no tardó en sentir sus labios al rededor de mi polla y miro exitado lo que me hace mirando entre ratos a la rendija de la puerta que conecta al salón de al lado soltando un gemido cuando veo una sombra por ella.

Posó una de mis manos sobre la cabeza de Alex aumentando el ritmo de la mamada con mis ojos ahora fijos en el chico de la rendija, muevo mis caderas tratando de entrar más profundo en la húmeda y caliente boca de mi colega, succiona hasta el fondo y mi cuerpo cosquillea de placer, sus manos suben a mis pezones erectos y el éxtasis es tanto que no tardó en terminar en su boca. Tomamos un momento para recuperarnos y él limpia la comisura de su boca antes de pararse y darme un beso antes de salir recordándome no tardar para la bienvenida del nuevo.

Empiezo a vestirme y antes de salir le guiño un ojo al chico se la rendija alcanzado a escuchar sus últimos jadeos de placer.

Internado para ninfomanos (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora