Estaba en llamas, mi día empezó de la mejor manera pues aunque todos los chicos del internado eran atractivos y despertaban mi líbido, aún no llegaba uno que fuera realmente mi tipo: alto, castaño, ojos marrones y piel tostada.
Y todas esas características encajaban en el chico nuevo, Adam, así que no pude hacer nada para evitar querer comerlo de pies a cabeza, no contaba con que fuera algo reacio a la idea de tener relaciones con hombres y él parecía creer que era hetero en su totalidad pero yo lo sabía bien, se sintió tentado en cuanto puse mis labios sobre los de él y quizá no tardaría tanto en caer en mis redes tomando en cuenta la manera en que se corrió tan deliciosamente en mi garganta.
Si me concentraba aún podía notar el sabor de su semen en mi boca.
De solo recordarlo mi sangre viajaba a mi polla, pero ¿quién podía culparme?, Adam realmente me ponía caliente y mi vecino seguía sin ayudarme pues seguía recibiendo las visitas contantes de Roberto, el chico pelinegro de los tatuajes sexys, si bien había aprovechado hasta ahora su estancia en el internado besado a algunos por aquí y por allá y le había hecho una mamada a Adam yo quería más, cada día me sentía más caliente y quería tener una polla dentro de mí, los gemidos de al lado seguían subiendo de nivel y yo simplemente no podía resistirme por más tiempo, necesitaba liberación.
Poniendo seguro a mi puerta bajé mi boxer y acomodándome sobre la cama tomé mi polla, estaba tan cálida en mis manos, yo quería la de alguien más, sin embargo, tendría que conformarme con lo que había, le di pequeños tirones tratando de liberar tensión aunque no era suficiente, terminé de quitar mi boxer y alcancé un poco de lubricante que tenía siempre para cualquier emergencia y ésta lo era, abrí el bote y esparcí un poco sobre mi mano para empezar a acariciar mi agujero necesitado, un gemido ronco salió de mi y aproveché la humedad para hacer presión y deslizar un par de dedos dentro de mí, no paso mucho para poder dejarlos entrar por completo, una verdadera delicia, alcance más lubricante empapando así mi entrada, los gemidos de al lado me excitaban aún más y prácticamente estaba montando mi propia mano dejando escapar unos gemidos cuando escuché un leve golpe en mi puerta, gruñí sintiéndome frustrado con la situación y me dirigí a ver quién diablos me buscaba a esta hora tan indignado que ni siquiera me puse algo encima antes de abrir.
Mis objeciones quedaron atoradas en mi garganta cuando ví a la persona parada del otro lado de mi puerta, me lamí los labios, se veía tan apetitoso, subí la mirada y aunque en su expresión se notaba algo inquieto, sus ojos recorrían mi cuerpo con hambre, así que no me contuve y lo comí con la mirada, también podía ver qué su polla estaba reaccionando a mi desnudez, sonreí y me hice a un lado dejando en claro la invitación.
Adam titubeó un poco antes de soltar una maldición y entrar así que no me pude resistir más y lo empujé contra la puerta cerrandola de nuevo y pegando mis labios a los suyos, un gruñido salió de su boca justo antes de que me tomara de las caderas y nos diera vuelta.
Me estampó contra la puerta y presionó su cuerpo junto al mío lamiendo y chupando mis labios, mis manos no tardaron en jalar su camisa y quitarla del camino dejando deslizar mis manos sobre su espalda, sus manos también comenzaron a explorar acariciando mis caderas acercando más nuestros cuerpos al punto que mi erección chocaba con la suya bajo su pantalón, recorrieron mi trasero desnudo amasando y de pronto se detuvo, Adam había notado la humedad entre ellas al parecer y una risita se me escapó.
-Me encontraste algo ocupado.- Lamí la línea de su mandíbula y presioné un poco más mi erección con la suya. -¿Te gustaría hacer valer la pena la interrupción que ocasionaste?.
-No estoy seguro.- Me respondió con un tono vacilante en su voz aunque la dureza en sus pantalones me decía lo contrario y tomé la decisión de arriesgarme más.
Dándome vuelta, incliné mi cuerpo hacia la puerta con mi mejilla pegada a ella y mi trasero expuesto aún más a Adam.
-Puedes tomarlo si es lo que necesitas Adam, en definitiva es lo que yo necesito.- Acaricié mi propia dureza y leves jadeos escaparon de mis labios, eso terminó por mandar al carajo el control de Adam y pude escuchar sus pantalones caer.
Mi entrada estaba tan dispuesta que sentía leves pulsaciones tratando de absorber algo que pudiera liberar la tensión, por suerte él no me hizo sufrir más y presionó su polla con mi entrada, debido a la previa preparación que yo había hecho solo tardó un momento para poder deslizarse por completo dentro de mí.
-Carajo, estás demasiado apretado y caliente para mí.- Adam se retiró unos centímetros justo antes de volver a entrar hasta la empuñadura.- Joder... tan húmedo.- Soltó un gruñido bajo de satisfacción y yo bien podría estar en el cielo, me sentía tan lleno, deliciosamente estirado por la polla gruesa de Adam. -Tan bueno.- Casi me escuchaba a mi mismo rogando aunque no fué necesario.
Adam tomó mis caderas y empezó a perforarme con tanta rapidez e intensidad que solo pude aferrarme tanto como pude a la puerta frente a mí gimiendo sin parar, no podía tener suficiente, Jesús, sentía que podía quedarme así y morir felizmente empalado por la polla de Adam.
Me encantaba cuando me follaban de esa manera, tanta fuerza brutal sólo hacía que mi polla goteara con ansias de liberación y yo ni si quiera la había tocado.
-Por favor.- Rogué sin darme cuenta y él hizo una pequeña inclinación sin disminuir el ritmo, en cuestión de minutos estaba medio sollozando cuando me corrí tan fuerte que varios intensos espasmos recorrieron mi cuerpo, mi agujero apretándose alrededor de Adam continuamente mientras mi semen se esparcía frente a mí, olas y olas de placer atravesandome pero él no se detuvo, siguió jodiendo mi cuerpo laxo, la humedad de mi entrada generando sonidos obscenos de choque en cada embestida y mi polla volviendose a llenar de sangre corriendo por ella poniéndola dura inmediatamente.
-Quiero...- Jadeé y giré mi cuerpo lo suficiente para poder tomar el rostro de Adam y devorar su boca, tratando de saciar mi hambre, él me devolvió el beso y tomó el control, haciéndolo duro y exigente, sus dedos ahora envueltos en mi cuello y cabello generando una deliciosa presión mientras su miembro golpeaba ese punto dentro de mí que hacía girar la cabeza.
-Eso es, así, dámelo todo pequeño.- Murmuro sobre mis labios y no pude soportarlo más, una nueva corriente de placer me atravesó haciendo que soltará los labios de Adam mientras gemía libremente por la sensación, pude sentir el estremecimiento de él cuando se quedó quieto y su polla se tensó dentro de mí antes de liberar su semen. -Te llenaré tanto.- Gruñó y enterró su rostro en mi cuello mientras su semen seguía saliendo llenado mi agujero de manera tan pecaminosa que no pude evitar moverme un poco disfrutando de la sensación de su caliente semilla en mí.
Pasado unos minutos de deslizó poco a poco fuera de mi frotando mis paredes, ambos cansados y satisfechos tomamos lugar en la cama tan relajados que al momento que nuestras cabezas tocaron la almohada caímos rendidos en un profundo sueño.
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Internado para ninfomanos (En Edición)
Teen FictionÉste internado es la "solución" que se les ofrece a chicos con problemas sexuales, desde que tienen una adicción a la masturbación o a el sexo en si. A algunos los internaron sus padres para corregirlos en su conducta libertina, por ser expulsados d...