Capítulo 39

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POV Tyler

Me estremecí apretando los dedos de mis manos y pies con un largo gemido escapando de entre mis labios, Adam había entrado tan profundo en mi que era incluso difícil respirar, sus manos aferradas a la cuerda de mi espalda baja hacia rebotar mi culo hasta estar por completo pegado a él cada embestida y mis pies estaban en un camino muy próximo a abandonar el suelo mientras mi cabeza caía laxa hacia el frente, sentía mis cabellos húmedos del sudor pegados a mi frente pero nada de eso importaba si Adam seguía moviéndose así dentro de mí.

Sentía mi piel arder por todos lados, la polla de Adam acercándome cada vez más al límite, llenando mi entrada hasta no dejar espacio posible, era fantástico.

La imagen frente a nosotros no ayudaba tampoco pues podíamos ver a Lucas entrar en estocadas lentas pero profundas en Roberto y a éste morder sus labios aferrándose a los respaldos de la silla, sus dedos volviéndose blancos de tanta presión ejercida mientras su polla se mantenía erguida con orgullo hacia su abdomen.

Era muy fácil perderse en el limbo del placer, mi piel cosquilleaba en los lugares por dónde la cuerda se sostenía y un grito extasiado salió de mi sin previo aviso cuando Adam tomó mis muslos y los subió hasta que mis rodillas estuvieron chocando con mi pecho. Su polla se sentía demasiado grande, demasiado buena, tocando los puntos exactos que me hacían estremecer.

Sentía los ojos nublados por el deseo y dejé caer mi cabeza sobre el hombro de mi chico.

-Eso es pequeño, déjame hacerlo bueno para tí- murmuró en con sus labios pegados a mi oído aferrándose mas fuerte a mis muslos.

Las embestidas se volvieron lentas, profundas, dándonos la oportunidad de sentir cada movimiento como si estuviésemos tocando el cielo con las yemas de los dedos y el mismísimo infierno ardiendo desde nuestro interior, el fuego haciéndose más caliente en cada ocasión.

También permitieron que pudiéramos observar lo que nuestros novios hacían frente a nosotros, la maravillosa forma en que ambos hacían sinergia a pesar de que el cuerpo de Roberto era visiblemente más fibroso que el de Lucas. De alguna forma el pelinegro había terminado en cuatro con la espalda arqueada, su trasero elevado a la altura de Lucas quien aún en la silla se aferraba a sus caderas para así clavarse más profundo en él.

Los brazos de Lucas se tensaban en cada movimiento, casi siempre lucía inocente pero cuando tenía ese brillo perverso en sus ojos cargados de travesura hacía que nosotros tres no quisiéramos nada más que complacer sus expectativas de la manera que fuera. Soltó una sonora nalgada en el culo de Roberto quien se estremeció gimiendo por el impacto, sabía lo que generaba eso en su cuerpo y la idea sólo me hacía anhelarlo justo dentro de mi tanto como a Adam para darle así un buen espectáculo a Lucas.

Como si fuera capaz de leer mis pensamientos Lucas acarició suavemente el lugar donde había dejado su mano marcada y se inclinó besando la espalda de Roberto.

-Lo has hecho bien amor, ahora ve ahí y dale su liberación a nuestros chicos.

Inhale con la expectativa de ser tomado en esta posición por ambos, ya era mucho para sentir con el miembro de Adam, imaginar cómo se sentiría tenerlos a ambos era desorbitante.

Adam igual estaba luchando por mantener el control pues sus embestidas habían pausado al escuchar al otro castaño y sentí su alivio cuando éste último volvió a hablar mientras caminaba hacia la caja de la cama de nuevo.

-Adam, cariño, ya puedes quitar el anillo, ésto está a punto de acabar y será alucinante.- sonrió  de lado con el lubricante en sus manos mientras regresaba junto a nosotros.

Adam salió con cuidado de mi y pensé que podría poner los pies de nuevo en el suelo pero debí saberlo mejor, Roberto estaba ahí listo para tomarme.

Internado para ninfomanos (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora