Capítulo 14

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—Entonces por eso lo mantendremos en observación durante unos días más

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—Entonces por eso lo mantendremos en
observación durante unos días más.

El doctor estaba frente a mi mientras Eric sostenía mi mano, dando ocasionales apretones, intentando reconfortarme.

Giulia había estado durante unos minutos pero se tuvo que ir. Actualmente eran casi las nueve y media de la noche y entendía que estuviera cansada, después de todo su jornada laboral fue normal el día de hoy.

Mi madre, luego de entrar a la habitación a ver a mi padre y asegurarse que lo que los médicos le decían era verdad, emprendió viaje hasta mi piso acompañada de Jared. Se quedaría ahí durante esta noche para que pudiera descansar. No era bueno para ella estar así y lo último que necesitábamos eran dos enfermos.

El cuadro de mi padre no fue más que un ataque al corazón que por suerte no resultó letal, los médicos creían que se debía a un exceso de esfuerzo y a la temperatura alta del día. Nos recomendaron que no hiciera más actividades como la que estuvo realizando  o que requirieran tanta actividad física de su parte, que saliera a caminar al menos una hora y se encargara de tomar el suficiente líquido para mantenerse hidratado.

Aunque ahora estaba dormido, había despertado bastante desorientado y confundido por lo que los médicos le propiciaron un calmante que probablemente lo mantendría relajado hasta mañana.

Mi piso demoraba aproximadamente entre diez y quince minutos de viaje, consideré la idea de pedirme un taxi pero me iba a acabar el sueldo con un viaje tan largo y más a esta hora. También consideré quedarme aquí, durante toda la noche y mañana llamar al trabajo para avisar que no podría asistir por una emergencia familiar.

—¿Celeste? —la voz de Eric hizo que me volteara para mirarlo a los ojos, sacándome de mis pensamientos.

—Perdona yo... —mordí mi labio inferior a la vez que alejaba mi mano de la suya—, te agradezco que hayas estado aquí, se que ellos te importan y mi padre siempre significó algo muy importante para ti.

»Sin embargo creo que deberías irte, es algo tarde y sé que mañana tienes que trabajar y lo estricto que eres con ello —sonreí levemente.

—¿Que harás tú?

—No lo sé, tal vez me quede, tal vez me vaya al piso a bañarme y dormir un rato, aún no lo decido.

—Si quieres te puedo llevar a una de mis casas que quedan por aquí —su voz sonaba algo insegura, asumí que no sabía que esperar de mi reacción ante su propuesta—. Puedes tomar un baño y te prestaré ropa, si quieres puedes descansar o te traigo de vuelta aquí aunque lo mejor seria lo primero.

»De paso comes algo también, te hará bien para que tus niveles de azúcar suban.

—Te agradezco, Eric pero...

—Tu hermano y madre me pidieron expresamente que te cuide.

Malditos traidores.

No necesito que me cuiden, soy lo bastante mayorcita como para hacerlo sola —mi respuesta impulsiva salió disparada sin pensarla, incluso distinguí lo cortante que pudo resultar mi tono, al final el solo trataba de ayudar.

Opción D: Amarte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora