Capítulo 23

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Abrir mis ojos y tener que cerrarlos rápidamente por el impacto que tuvo una intensa luz blanca no fue lo que esperé

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Abrir mis ojos y tener que cerrarlos rápidamente por el impacto que tuvo una intensa luz blanca no fue lo que esperé. Definitivamente tener un suero conectado en mi brazo izquierdo tampoco fue algo que imaginé.

Y ver la cara hinchada, roja y preocupada de Celeste menos.

—Eric —se levantó con rapidez de la incómoda silla de plástico en la que estaba y tomó mi mano—. ¿Cómo te sientes?

Intenté hablar pero mi garganta se sentía totalmente seca y pastosa. Ella pareció entenderlo puesto que con una rapidez que me mareó me trajo un vaso con agua a temperatura ambiente.

Ughs, odiaba el agua así, la prefería fría.

—¿Que tengo aquí? —pregunté cuando mi garganta se encontraba un poco más hidratada a la vez que toqué una venda en mi cabeza.

—Te golpeaste al caer, no fui lo suficientemente rápida para atraparte —su mirada huía de la mía—. Lo lamento.

—Está bien, no hubieras podido agarrarme, peso como cuarenta kilos más que tú.

—No lo digo solo por eso yo... —su silencio se prolongó por unos segundos antes de que volviera a hablar—. Lo siento por todo lo de anoche yo..., estaba enfurecida y tú no tenías la culpa.

La miré y noté su arrepentimiento e incluso vergüenza, suspiré de forma sonora y antes de siquiera poder contestarle el médico entró por la puerta.

—¿Todo en orden? —preguntó, no pareciendo sorprendido de verme despierto.

—Si, doctor.

—Me alegro que despertaras, Eric, soy el Doctor Flickman —se presentó mientras me ofrecía una mano que estreché—. Permíteme hacer unas pruebas rutinarias.

Luego de que con una molesta luz alumbrara mis pupilas a la vez que mis ojos hayan sido abiertos por sus manos, comenzó a hablar.

—Te hicimos una tomografía para descartar cualquier inconveniente provocado por tu golpe y descubrimos que en el lateral izquierdo de tu cabeza, en la parte trasera, tienes un pequeño aneurisma.

A mi lado, Celeste se paralizó a la vez que yo fruncía el ceño.

—¿Un aneurisma?

—Exactamente, de igual forma no tienen de qué preocuparse ya que es bastante pequeña e inofensiva, lo que sí deberás realizar es un examen cada año para controlar su tamaño y, además, evitar golpes en la cabeza para que no tengas ningún inconveniente, eso sería lo único peligroso.

Me mantuve en silencio durante unos segundos mientras asimilaba esta nueva información. El doctor nos explicó que no se puede saber bien hace cuánto lo tengo ni las posibles causas que podrían haberlo desarrollado a menos de hacer millones de estudios. Además de eso, me recomendó estar atento a cualquier dolor extraño que sintiera en mi cabeza ya que podría ser una manifestación de qué mi aneurisma podría reventar u ocasionarme problemas, fuera de eso intentó asegurarme, hablando con una convicción bastante notoria, que no debía preocuparme por esto.

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