𔓕.ᅠ ᅠᅠ𝗬𝗢𝗨'𝗥𝗘 𝗦𝗨𝗖𝗛 𝗔 𝗣𝗥𝗘𝗧𝗧𝗬 𝗕𝗢𝗬 ˒
ᅠᅠᅠᅠ ⸻En 𝟭𝟴𝟵𝟵, la era de los forajidos
ᅠᅠᅠᅠ y los pistoleros estaba llegando
ᅠᅠᅠᅠ a su fin. Estados Unidos se convirtió
ᅠᅠᅠᅠ en una tierra de leyes y el...
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ᅠᅠᅠᅠEl camino hacia el Mirador de la Herradura, lugar donde Hosea quería que se instalaran, fue muy largo. Tuvieron que bajar por la montaña durante varios días hasta alcanzar el pie de la misma, y atravesar varios bosques para llegar hasta la planura en la que se encontraba el lugar.
El más mayor de la Banda no paraba de explicarles cosas sobre ese lugar, había pasado por allí un par de veces hacía muchos años y tenía varios conocimientos que les podrían servir a todos de cara a vivir allí durante ese tiempo.
—Hay un pueblo ganadero cercano al Mirador de la Herradura, se llama Valentine —les explicó Hosea a Arthur, Natalie y Bill—. Vaqueros, forajidos, prostitutas… El lugar perfecto.
—¿Hay O’Driscoll allí? —preguntó Arthur sin apartar la mirada del camino, él era el encargado de llevar el carro.
—Probablemente sí.
—¿Y agentes Pinkerton?
—Esperemos que no.
Después de esas palabras, Natalie se desconectó por completo de la conversación. Empezaron a hablar de Dutch pero ella no podía parar de mirar el paisaje frente al que estaba en ese momento.
No estaba para nada acostumbrada a ver tantísima vegetación, el Oeste era prácticamente desértico por lo que ver tanto color verde le chocó mucho. Durante su larga estancia en el Oeste había visto algunos bosques, pero no los había en esa cantidad y con tanta sensación de frescura. Quizá era el efecto de ver algo nuevo, que hacía que le gustara más que todo lo que conocía antes.
Quizá, y solo quizá, el Este no era tan malo.
—¡Hemos sobrevivido! —exclamó Dutch levantando una cerveza—. Ha llegado el momento de prosperar.
Natalie se acercó a Javier una vez dejó su caballo junto a los demás para charlar sobre el viaje. El mexicano no paraba de bromear con ella sobre todos los acercamientos que había tenido con Arthur esos días. Había tenido más contacto con él esas últimas semanas que en los últimos años.
Casi parecía que el Este, de verdad, le traía cosas buenas.
—Ya me voy preparando para vuestra boda —dijo Javier mientras fingía bailar un vals, provocando unas risas nerviosas en Natalie—. ¿Qué tal está señora Morgan?
—¡Javier! —exclamó Natalie tapándole la boca a su amigo con la mano, mientras él continuaba bailando ahora con Natalie, sin poder dejar de reír.
Natalie apreciaba mucho a Javier, probablemente no se habría mantenido tan bien en la Banda si no fuera por él. Desde que él llegó a la banda ambos congeniaron a la perfección. Javier se unió a la Banda inspirado por los ideales de Dutch, que eran muy similares a los suyos, pero le confesó a Natalie años más tarde que se quedó por la gran amiga que había encontrado en ella. Él siempre estuvo a su lado, y ella siempre lo estuvo del suyo. Y se lo agradecerían eternamente.
