ᅠᅠ cap 15. un momento de tranquilidad

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ᅠᅠᅠᅠ—Shhh, descansa —susurró Natalie, posando el dorso de su mano sobre la frente de Arthur. Había pasado esos últimos días con mucha fiebre y debía comprobar cada cierto tiempo que no había vuelto.

Durante el poco tiempo —gracias a la rápida intervención de Natalie— que Arthur estuvo cautivo por los O'Driscoll recibió una cantidad exagerada de malos tratos. Le encontraron con múltiples heridas por todo el cuerpo, incluído un disparo en el hombro que, por suerte, no llegó a gangrenarse y del que pudieron cerrar la herida a tiempo. Pero eso no quitaba que el hombre se sintiera muy débil, más de lo que nunca antes lo había estado. 

—Llevo días tumbado sin hacer nada, Nat —habló Arthur, con la voz algo ronca—. Me siento como un completo inútil.

Natalie suspiró, poniendo su mano sobre la mejilla del hombre y moviendo lentamente su pulgar sobre esta para acariciarla. La barba de Arthur había crecido mucho durante ese tiempo, acostumbraba a tener una barba de dos días, por lo que tal cantidad de vello le había cambiado completamente la forma del rostro.

—No vuelvas a decir eso, Arthur. Tienes que descansar —respondió Natalie, sonriendo levemente. Se agachó para dejar un pequeño beso en los labios del hombre, lo que hizo que una sonrisa apareciera en el rostro de él y que la curva de los labios de ella, fuera más notoria—. ¿Quieres que te afeite? Ya tienes la barba muy dejada.

—No es necesario, cielo, de verdad.

—¿Qué has dicho? —preguntó Natalie, acercando su oído a la boca del hombre—. Sí, Natalie, por favor hazlo, ya no aguanto esta barba de oso.

Arthur soltó una débil risa suspirada ante la actitud de Natalie, intentando imitar su propia voz. Observó como la chica se levantó de su asiento junto a la cama para coger la cuchilla que él solía utilizar para afeitarse.

Antes de hacer nada, Natalie se aseguró que la cuchilla estaba lo suficientemente afilada como para cortar tal cantidad de vello del rostro de Arthur. Una vez la tuvo preparada, tras darle unas pasadas con su propio cuchillo de caza, se acercó al hombre y le ayudó a sentarse en su cama.

Pasó un pañuelo alrededor de su cuello para que el vello sobrante cayera ahí en lugar de encima suyo y, con mucho cuidado, empuñó la cuchilla para empezar a afeitar la enorme barba de Arthur. Los pelitos empezaron a caer poco a poco sobre el pañuelo y el rostro de Arthur empezó a recobrar la forma a la que todos estaban acostumbrados.

Una vez terminó, Natalie soltó el pañuelo y lanzó el vello en un lugar alejado del campamento. Al regresar, le tendió el pequeño espejito a Arthur para que el hombre le dijera si le gustaba como había quedado.

—Sigo igual de feo, pero al menos no parezco un oso —murmuró el hombre, intentando que Natalie no escuchara lo que acababa de decir sin mucho éxito.

𝗣𝗥𝗘𝗧𝗧𝗬 𝗕𝗢𝗬,ᅠ arthur morgan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora