ᅠᅠ cap 19. una cita

764 59 7
                                    

﹙⊹﹚

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

﹙⊹﹚

ᅠᅠᅠᅠ“¿Una cita?” Esa era la pregunta que Natalie se repetía una y otra vez mientras miraba su viejo baúl en busca de algo apto para un encuentro como aquel. No recordaba cuándo fue la última vez que tuvo una cita con alguien; todos sus anteriores encuentros con hombres se dieron por el dinero de sus bolsillos y el gran interés que Natalie mostró en ellos, por lo que no recordaba absolutamente nada. 

Al no encontrar nada para vestirse algo más arreglada, decidió pedirle ayuda a Sadie, Javier y Josiah. 

—¿No te importa, verdad? Es que creí que sería algo violento pedirte ayuda con mi ropa para una cita con Arthur —cuestionó Natalie mientras ella, Javier, Josiah y Sadie iban calle abajo en dirección al sastre de Saint-Denis. 

—Por supuesto que no —le respondió Javier con una enorme sonrisa—. Te habría ayudado fuera con quien fuera la cita, no por nada eres mi mejor amiga. 

—¿Incluso si es una cita con Uncle? —preguntó Sadie en un tono burlón. Trelawny, quién iba delante, soltó una pequeña risa suspirada.

—Oh, ahí te llevaría a tomar unas cervezas para preguntarte si estás bien de la cabeza —dijo, abriendo los ojos incrédulo ante la simple idea de su amiga saliendo con Uncle. 

Natalie no pudo evitar reír a carcajadas, lo que llamó la atención de algunos transeúntes que pasaban por allí. Lo bueno era que no estaban planeando nada, simplemente eran cuatro amigos yendo de compras, por lo que no tenían que temer de que los agentes de la ley los frenasen en su trayecto.

Y ahí Natalie se imaginó cómo sería su vida si nunca hubiera optado por ser una forajida. 

—Ya hemos llegado —anunció Josiah, parándose frente a la entrada de la sastrería—. Conozco al hombre que la lleva, así que si me permitís unos minutos conseguiré que nos dé algunos descuentos y el mejor de sus tratos. 

Natalie hizo un gesto con la mano para que el hombre entrase en la tienda y él, como si estuviera recibiendo órdenes de Dutch, las acató y comenzó a hacer lo que mejor se le daba: manipular a las personas. 

Sadie, Javier y Natalie se apoyaron en el medio muro que había frente a la sastrería, la cual delimitaba una pequeña plaza llena de vegetación con una fuente de diseño en el centro. Mientras esperaban a que Josiah terminase sus asuntos, charlaron de cosas mundanas con tal de pasar más rápido el tiempo. 

Al cabo de unos minutos, Josiah salió de la sastrería para indicarles que podían entrar y, todos juntos, se adentraron en el establecimiento. Natalie no pudo evitar abrir los ojos asombrada por la exquisitez del lugar que se presentaba frente a ella.

Las paredes estaban pintadas de un blanco roto muy relajante, lo que hacía que las rojas cortinas que cubrían las ventanas destacasen sin llegar a molestar a la vista. Estos tejidos tenían algunos detalles dorados que le proporcionaban un toque muy elegante a la habitación. Aquellos rincones que no estaban ocupados por maniquíes exponiendo las prendas a la venta, estaban cubiertas por plantas muy bien cuidadas que terminaban de dar el toque de color necesario para la habitación.

𝗣𝗥𝗘𝗧𝗧𝗬 𝗕𝗢𝗬,ᅠ arthur morgan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora