Lando Norris

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Me mude a Londres hace 4 meses para comenzar mi segundo año de filología inglesa, al principio mis padres me miraban como loca al igual que mis amigos. Tengo un mogollón de universidades en España y decido irme a Londres a estudiar una carrera en inglés, la cual perfectamente podrías hacer en España... Si, esa soy yo.

Aunque todos mis conocidos me miran como si tuviera dos cabezas, lo tenía muy claro, ahorre, trabaje, alquile un piso junto con una chica de Andalucía que estaba igual de demente que yo y al llegar allí logre conseguir trabajo. Todo estaba yendo de maravilla y en ese entonces me dije, que puede ir mal.

(●'◡'●)

Estamos a 30 de octubre, un día antes de Halloween y no veáis lo que se nota las fechas aquí en Londres. Lucía, mi compañera y mejor amiga andaluza, y yo estamos hoy trabajando en nuestra cafetería de costumbre, con los clientes habituales y con los chicos guapos ya fichados. Podría decir para hacerme la digna que he venido a Londres para aprender mejor el inglés, estudiar filología inglesa en la cuna de su descubrimiento, pero sinceramente sería mentira. Estaba un poco harta de los hombres egocéntricos y capullos de mi pueblo por lo tanto decidí, "intentar", buscar algo nuevo mientras que acabo la carrera.

- Mira ahí entra uno.-Dice Lucía y señala a un chico que entra con las gafas de sol puestas, junto con una gorra, vestido totalmente de negro.

-Voy.-Digo y me giro para ir hacía el chico mientras me sube los dedos hacía arriba dándome suerte, porque sí, aunque os haya dicho que mi idea principal era esa, en mis 4 meses en Londres, la única interacción que tengo con esos chicos es "Hola, ¿Qué desea?". Llego hasta la mesa y espero a que decida mirarme antes de preguntar.

-Buenos días, bienvenido a Starbucks, ¿Qué desea?.-Me mira un momento antes de asentir y empezar a mirar la carta, es guapísimo tiene la piel morena, un pequeño lunar en la mejilla y esta buenísimo. Al cabo de los minutos me responde y sino llega a ser porque me da un golpe el cliente al entrar no me entero de su comanda.

-Enseguida.

-Gracias

Vuelvo de nuevo al mostrador bajo la atenta mirada de Lucía, la cual esta preparando y ligando con Mikel un cliente conocido. Preparo el café que me ha pedido y le pongo su galleta de pepitas de chocolate.

-Aquí tiene.

-Muchas gracias.-Le entrego las cosas y a la hora de pasarle el café siento como alguien me empuja desde atrás y acaba el café encima del chico guapo mojando su chaqueta por completo.

-Mierda.-Le digo y busco al culpable con la mirada antes de sacar la servilleta y ayudarle a limpiar todo, ya que la mesa esta llena de café.-Lo siento mucho.

-No pasa nada.-Dice con una sonrisa como restándole peso al asunto. Veis ya sabéis porque no ligo, el destino es como si estuviera en mi contra en estas situaciones. Me fijo en como se quita las gafas para limpiarlas y me quedo de piedra al ver quien es. Claro por eso me sonaba tanto, por eso se me hacía tan familiar ese lunar en la mejilla y esos rizos color chocolate. Decido ayudarlo a limpiarse antes de que vuelva para prepararle de nuevo otro café para llevar.

-Toma.-Le digo cuando estaba a punto de irse después de pagar.-Ha sido culpa mía, este lo pago yo.

-No hacía falta.

-Bueno pero ya esta echo y no creo que quieras que te lo vuelva a tirar por encima.

-Pues la verdad es que no.-Dice mientras sonríe y se vuelve a colocar las gafas.-Muchas gracias por no decir nada.

One Shot ~ F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora