Pierre Gasly

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Tengo cuatro días para encontrar un piso antes de que llegue Pierre de las carreras. Llevamos 3 años juntos y al fin tras tantos días estando cada uno en su propia casa hemos decidido comprar/alquilar un piso para ambos en  Mónaco, lo peor de todo.

El dinero, Montecarlo es carísimo y no me parece bien pedirle ayuda a Pierre con mi parte del alquiler hasta que reunamos todo el dinero para comprarnos una casa propia. Debo reconocer que mi sueldo como profesora en Mónaco es alto, aun así los precios están por las nubes y por ello me estoy volviendo loca durante estos cuatro días hasta que llegue Pierre de Bélgica, para las vacaciones de verano.

Escucho el móvil y me despego del ordenador para contestar sin fijarme muy bien quien llamaba.

-¿Hola?

-Amor, ¿Cómo estas? No me has llamado hoy, ni ayer, ni antes de ayer. ¿Estas bien?

-Ah sí.-Digo y me pego una bofetada mental y es que durante estos últimos días ni he llamado a Pierre, ni a mi madre, ni a nadie por buscar el piso. Me siento tal mal y que no contesto a la pregunta de Pierre y lo vuelvo a oír algo preocupado.

-Amor, ¿me escuchas? Puedo preguntar haber si esta...

-Estoy bien.-Le digo parándolo.-Tranquilo, y lo siento, no se donde tenía la cabeza estos últimos días, pero oye si he visto tu carrera.

-Que gran novia tengo, te llamaba para una sorpresa.-Dice y escucho el timbre de mi casa sonar de fondo, dejo el móvil en la mesilla donde se encuentra mi ordenador y abro la puerta encontrándome al piloto con una sonrisa mirándome.

-Pierre.-Le abrazo y me subo encima suyo como si fuera un mono. Me agarra de las piernas y cierra la puerta como puede al entrar. Me deja en el pasillo y nos besamos con un largo y profundo beso desde la última vez que nos vimos.

-Hola preciosa.-Me susurra y me vuelve a besar.

-¿Qué haces aquí? Pensé que no llegarías hasta dentro de tres días.

-La carrera fue el domingo y tras estar un día por Bélgica de turista decidí volver a Mónaco a ver a la preciosa de mi novia la cual ya echaba de menos.

-Yo también.-Le digo y le miro a los ojos.-Tambien te echaba de menos.

-¿Qué hacías?-Dice mirando hacia mi ordenador y me arrepiento de no haber cerrado la página de pisos.- ¿Estabas mirando pisos?.-Dice emocionado y coje el ordenador para sentarse en el sofá y dejarme un hueco para sentarme a su lado. No digo nada y solo asiento a su pregunta. -Son bonitos, económicos y muy naturales, ¿Esto quieres?

-¿Te gustan?.-Digo por lo bajo asustada, asustada de que diga que no, asustada de que en el caso negativo tenga que trabajar en otro trabajo para pagarlo, asustada de que no quiera estar conmigo y todos esos miedos que tenía al principio vuelven de nuevo al igual que la famosa pregunta. 

¿Soy suficiente para él?

-Son preciosos amor.-Dice y me atrae hacia él pasando su brazo por mis hombros y dejando un casto beso en mi cabeza.-Es una zona tranquila y.-Me mira.-Es muy económico para ambos, se... se que estas preocupada por eso.-Dice y me mira con esos hermosos ojos y una bonita sonrisa que me hace relajarme y darme cuenta de que si soy suficiente para él, al igual que él lo es para mi.-Y si realmente amas otros piso, no te preocupes por eso, no lo hagas por favor.

-Lo intento.

-Lo sé, pero quiero que sepas que no te dejaré viviendo en la calle y que me encanta que quieras trabajar y conseguir tu propio dinero, tus propias metas y tus ahorros, pero siempre se puede pedir una ayuda.

-Gracias

-Bien, pues me encanta este piso. -Dice sonriente y nos pasamos la tarde contactando con la inmobiliaria y hablando de su última carrera en Bélgica.

Me siento feliz, todo esos miedos se han ido y es que Pierre hace eso en mi, me hace sentir segura, que un pequeño problema que para mi se me hace enorme, hacerme ver que no es como lo planteo y que es más fácil de lo que creo. 

Me ha ayudado a ver la vida de otra manera y más tranquila, más sencilla, pero no por ello igual de bonita.

Después de cenar nos metemos ambos en mi cama y me apoyo en su pecho, escuchando sus latidos mientras él me acaricia la cintura haciendo que empiece a cerrar los ojos por la relajación de sus latidos y sus pequeñas caricias y es que sino duermo acompañada de alguien no duermo bien, necesito sentirme arropada con alguien, como si me protegiera de cualquier mal que pasa por la noche.

-Buenas noches preciosa.

-Buenas noches...-Digo y me quedo dormida por completo.

Por la noche me despierto sudando, alterada con las manos en la cara. Siento las lágrimas caer por mis mejillas y unos brazos rodearme y atrayéndome a su cuerpo mientras que me tranquilizo en su pecho.

-Shh...Tranquila estoy aquí amor. No me he ido, no hay nadie en casa que te pueda hacer daño.-Dice mientras pasa su mano por mi espalda tranquilizándome. Me quedo un rato más hasta que me tranquilizo por completo y nos quedamos en un silencio en todo el cuarto, toda la casa.

Cuando tenía 5 años, un día entraron a robar a casa de mis padres y los ladrones decidieron ir a atacar a la única persona que estaba en casa. Mis padres habían salido con unos amigos, mi niñera estaba en el garaje ordenando unos libros que la había pedido mi madre y cuando escucho a los ladrones y subió al piso de arriba tuvo que llamar corriendo a urgencias.

La marca en mi estomago hace referencia de aquello, de esa marca que me hicieron con un cuchillo, la sangre que perdí por esa broma barata y el trauma que tengo hoy en día con ese tema. 

Por eso lo paso tan mal por las noches, por eso necesito dormir acompañada y por eso decidí estudiar psicología, para ayudar a todas esas niñas y niños.

-¿Lo mismo de siempre?.-Asiento y me fijo en el reloj, son las 4 de la mañana. Suspiro cansada y me aparto de su lado. Apoyo la cabeza en la almohada y cierro los ojos enfadada. 

Me autocastigo siempre que esto me pasa pensando en lo pesado que esto debe ser para las personas que viven conmigo día a día. 

-Eh.-Me dice y me aparta las manos de los ojos donde las había dejado.-No te destruyas. Te quiero, haría cualquier cosa por ti. Al igual que tú por mi. No es justo que tú me cuides siempre que me encuentro mal y que yo no este para ti en esto.

-Pero es distinto...

-Lo es, pero me da igual Icía, te amo y si por esos capullos tienes ese miedo, terror, trauma que no puedes superar sola, estaré aquí contigo día a día. Ayudándote a seguir hacía delante y salir de ese horrible agujero en el que te metieron ese día hace 16 años.

-¿No, no te molesta despertarte siempre de madrugada por-por mi culpa?

-Si te hago sonreír como lo estoy haciendo ahora, me da igual además. Esteban es un cabrón y me despierta siempre todos los días a las seis de la mañana.

-No me cae bien.

-Lo sé, preciosa pero es lo que hay así que, mejor nos vamos a dormir.

-No es buen compañero.

-Buenas noches.

-Hazme caso.

-Todo el del mundo pero mañana, que tengo sueño.

Suspiro cansada por sis escusas y lo abrazo, me vuelvo a quedar dormida rápidamente y en lo que queda de noche no vuelvo a despertarme asustada por alguna pesadilla.

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One Shot ~ F1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora