Caminaba por las oficinas de Ferrari en Maranello sin un lugar fijo. Mi hermano junto con mis padres estaban viendo contratos de permanencia en Ferrari y yo que quieres que os diga, prefiero ver los coches y su mecanismo que unos cuantos papeles con muchas letras de por medio para un fin deportivo y económico. Desde hace 2 años que estoy estudiando ingeniería mecánica en la universidad de Madrid, amo el mundo del motor, desde muy pequeñita mi padre junto con Carlos mi hermano me han enseñado como es un coche por dentro, cual es su mecanismo y como se pueden conducir sin que se estropee el motor, o se te pare en medio de la carrera.
La fábrica de Ferrari es increíble y muy grande, tiene muchas salas y personas en ellas trabajando, en un nuevo coche, monoplaza, de marketing y hasta gimnasios para los pilotos he encontrado en este gran lugar. Al fondo encuentro un hermoso balcón habitado por una persona a la cual esperaba con ansias desde que he entrado en este lugar. Lo abrazo por la espalda y apoyo mi cara en su dura espalda de lo ejercitada que la tiene.
Siento como me agarra las manos y las empieza a acariciar con cuidado causándome cosquillas.
-Hola.-Le digo y me giro para quedar cara a cara, al hacerlo me mete entre su cuerpo y la barandilla y me besa con ansias respondiendo mi saludo de una manera mucho más pasional y necesitada.
-Hola.-Susurra y me mira con la hermosa sonrisa que siempre me saca desde que nos conocimos hace 2 años. Carlos había comenzado hace relativamente poco en Ferrari y su primera carrera de Mónaco convencí a mi padre de poder ir en vez de él, para acompañar a mi hermano. Estaba en 3 de carrera y tras insistir a mi profesora que me dejara ir una semana al circuito sin que perdiera las clases me dejó, bajo la condición de que hiciera un trabajo sobre el motor y expulsores de aire de un monoplaza de la fórmula 1.
Asentí feliz y aquel 20 de abril, domingo, por la mañana salí desde Madrid en un vuelo directo a Montecarlo. La ciudad es hermosa y me maraville nada más llegar. La carrera sería el próximo domingo día 27 y durante toda esta semana debía de preparar mi trabajo para poder presentárselo a mi profesora el martes siguiente.
Caminaba por las calles de la cuidad de Mónaco, hasta que me tuve que parar porque dos ferraris iban a toda prisa por la calle central de Montecarlo, un Ferrari gris que tanto me sonaba con un precioso Ferrari color cereza brillante que le seguía a la par. Cuando pasaron y pararon a escasos metros de toda la multitud y yo. Vi como salió mi hermano sorprendido y yo como fanática que soy fui corriendo junto con la maleta a por él para abrazarlo con fuerza.
-Carlos....- Dije y me tiré encima suyo mientras que esté me abrazaba sorprendido por mí llegada.
-Maria, ¿Pero que haces aquí?
-Sabes que siempre he sido muy pesada y a cambio de venir aquí he tenido que estar una semana comiendo arroz de papá y hacer un trabajo de los monoplaza para la universidad.
-Suerte.-Me dice mientras me invita a entrar en su coche y guarda mi maleta en su maletero. -¿Dónde te hospedas?.-En tu mismo hotel, papá dijo que podía dormir contigo.
-Ni de coña María, no me jodas.-Dice todo apurado y no puedo evitar reírme ante su cara.-Es broma, ¿no? Bua, no es que no quiera que duermas conmigo, solo...
-Estas de wasap, claro que no quiero dormir contigo, a no ser que Ana y Blanca nos abandonen, tengo una habitación en tu mismo hotel, eso sí. Pero no contigo.
-Entiendo, bueno pues te llevo al hotel, dejas la maletas y vamos juntos al circuito que tengo una reunión en 1 hora, Charles probablemente ya haya llegado.
-¿Quién era el coche que iba delante tuyo, el rojo?
-El mismo.
-Las personas estaban asombradas con vosotros.
-Ya me he dado cuenta.
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.
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Y ahí fue el momento que lo conocí, ahora lo miro con amor, deseo, pasión y adoración. Al principio comenzamos como amigos, esos amigos a los que les cuentas todo y que cuando les hablas de tus exnovios, te decían lo capullos que eran por dejarte. Ese mismo amigo que en una fiesta de Ferrari en Maranello, nos liamos en los baños sin que mi familia, ni la suya de diera cuenta. A partir de ese momento somos como agentes secretos.
-¿En que piensas?
-En nosotros, en como parecemos espías o agentes secretos.
-Lo somos por un motivo, que tiene nombre y apellidos.
-No quiero que mi hermano te deje sin nariz o con un ojo morado.
-Soy capaz de que tu hermano me destroce la cara por estar contigo.-Me susurra y nos volvemos a besar, hasta que escucho su voz en la puerta del balcón, me aparto de golpe asustada y me fijo en como Carlos nos mira sorprendido y con los puños prietos. Me coloco delante de Charles e intento tranquilizar a mi hermano al verlo acercándose atenazadamente a su compañero de equipo.
-Carlos, relájate.
-Maria, vete.
-No.-Digo y me acerco hasta el para sujetarle la mano y hacer que me mire a los ojos.-No me voy a ir, Charles... es importante para mí.
-Te he dicho que te vayas.
-Y yo te he dicho que no, venga vámonos.
-Que te vayas.-Me grita y siento como Charles me agarra de los hombros y me lleva por los pasillos de la central de Ferrari mientras que salimos de ella. Me fijo en como todos se nos quedan mirando, unos con pena porque sabían de nuestras aventuras y otros con curiosidad. Siento como las lágrimas comienzan a descender y me siento en el asiento copiloto del precioso Ferrari rojo que tiene Charles. Veo como Carlos asomado a la barandilla nos ve irnos al igual que mi padre y todos los trabajadores de Ferrari.
Me siento expuesta, una mala hija y hermana, sin embargo no me arrepiento de mis actos, llevo 2 años viéndome con Charles, al principio como si fuera un juego, al cabo del tiempo se convirtió en algo más y ahora... no puedo pasar más de un día sin escuchar su voz, ver sus ojos o sentir sus labios.
Siento como me agarra las manos y me lleva hasta el hotel donde me estaba hospedando para recoger mis cosas y volar hasta Montecarlo.
Tres horas después estoy tumbada en su pecho mientras que siento caricias en mi espalda y besos en mi cabeza por parte del Monegasco.
-Te amo.-Suelto yo y lo miro a los ojos.-Me da igual lo que diga mi familia, yo te amo y no quiero dejarlo.
Su sonrisa hace que me contagie yo también y siento sus labios en los míos en un beso feliz.
-Yo también te amo Mon Amour. Te amo con locura.
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Así paso con el las siguientes 2 semanas, hasta que una mañana mientras que Charles ha ido a entrenar junto con sus hermanos Lorenzo y Arthur, oigo como llaman a la puerta de casa. La abro y me encuentro con mi hermano, me mira triste y me abraza mientras siento como caen lágrimas por sus ojos.
-Lo siento mucho, no debí gritarte, no debí comportarme así, solo... No podia imaginar que mi hermanita estuviera con él. Con ese hombre que ha estado con tantas mujeres, tenía miedo de que tú salieras mal. Por eso mi actitud, pero si lo amas lo respeto, pero por favor, vuelve a casa. Mamá, papá, Blanca y Ana te echamos de menos...
-Carlos, Charles no será así de nuevo.
-No lo sabes, aun así lo acepto enserio.
-Sainz ya he dejado esa vida de lado.-Dice Charles desde detrás nuestro y me mira con una sonrisa.- Amo a tu hermana como la vida misma, ella es mi vida. No podría engañarla, antes de ello me mato yo.
-Más te vale, como le hagas daño...
-Vale, vale, chicos. ¿Carlos quieres pasar he hecho galletas de nueces, tus favoritas?
Al final todo acabo en un desayuno con los dos hombres de mi vida comiendo galletas, bebiendo café y recordándome lo privilegiada que soy por tenerlos a ambos a mi lado.
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One Shot ~ F1
FanfictionMe sumo a esta aventura de un capítulo por historia. En mi caso quiero hacerlo con mis pilotos y deportistas favoritos... Espero que os guste....