Lover [Flufftober 2023]

11. Una charla en la carretera.

Hi~ Recién cache que hubo controversía con los promps que estoy usando, pero en mi defensa, yo empecé desde antes de que pasara drama con ellos y por ende, los acabaré no más. Pero en cosas que nos conciernan del fic, me dará mil años de vida si cachan la referencia, así que esten atentos, porque este fic tiene muchas cosas de este tipo.

Mil gracias por leer, espero que les guste.

—¡Afírmate o vas a caerte, onii-chan!

—¡Sí!

Ash posa sus manos en el acelerador, su camiseta blanca ondea con el viento, es una musculosa que hace juego con la camisa blanca de Eiji, se las arregló para cubrirse con guantes hasta la muñeca, los jeans rasgados rozan la suela de sus converse en los pedales y los goggles le aprietan la frente ¿acaso tuvo sentido alguno traerlos? Ni siquiera los está usando, más, la chatarra era de los días dónde Max sí era cool y no confía en que esté en buen estado, eso sumado a que se la robó sin siquiera conseguir cascos para los dos, es evidente que esté recio, es decir, Griffin odiaría que murieran niños inocentes porque su novio no escondió mejor la moto.

—¡Más despacio! —Chilla—. Voy a perder mi sombrero si sigues conduciendo tan rápido, no lo estoy afirmando bien.

—Eiji. —Lo regaña porque ni siquiera se está sosteniendo a sí mismo—. Preocúpate por ti, no por tu gorro. —Espeta pasando por una irregularidad y provocando que la motocicleta salte.

—¡Mi sombrero! —Gimotea—. Era un sombrero de vaquero.

—Qué pena más grande que se haya perdido. —No es necesario que lo vea para saber que le enfadó dicho comentario, al parecer el nipón es bastante sensitivo en relación a su sentido de moda—. Trata de afirmarte o vas a caerte igual que tu gorro.

—¿De dónde quieres que me afirme? —Se queja removiéndose en el asiento.

—De dónde puedas agarrarme.

—Pues no hay mucho de dónde agarrar, Yue dice que eres un palo.

—¡Bastardo! —Grita y hace rugir el motor.

—¡Ash!

No lo deja reaccionar y acelera aún más, la ruta 66 está vacía y es una antigüedad, parece sacada de una película de River Phoenix, más es una de las pocas carreteras que aún siguen intactas en América con ese toque tan pueblerino que de vez en cuando extraña.

De cualquier manera, Eiji contiene un chillido antes de abrazarlo por la cintura con fuerza y esconder su cara contra su espalda, el toque hace que el corazón se le dispare junto a la sangre, sus manos de pronto se sienten mojadas y sus pies están flaqueando en los pedales, más, se mantiene firme, desde acá puede oler perfectamente el perfume que Eiji usa cosquillearle debajo de su nariz, sus mechones esponjosos y negros saltan por doquier, le agrada la sensación, le fascina el ardor que sus roces sacan en su piel. Es adictivo. Excitante. Novedoso. Lo hace sonreír. Y lo hace anhelar que Eiji sonría también.