Capitulo 10 (Impostor)

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Narra Gabriel

-¿Estas lista?-dije y Adara me miró con sus ojos llenos  de lágrimas. Ella sostuvo mi brazo y salimos juntos de la casa.

  Llegamos a la funeraria y habían bastantes personas. Valerie era una persona muy querida por muchas personas. Adara se sentó en una silla y en eso veo que llega Oliver junto a Samantha. Oliver me abraza y yo a él y Samantha me abraza.

-Siento mucho esta pérdida. Yo sé que Valerie te quería mucho. Para ella eras ese hijo varón que nunca tuvo. Tienes que sentirte orgulloso porque mientras estuvo viva la hiciste feliz-dijo Samantha y Adara estaba aferrada a Oliver, llorando.

-Señor, tenemos un problema. Hemos encontrado a un cabo suelto-dijo en mi oído uno de mis hombres.

-No puedo ahora-dije.

-Es importante que usted esté, porque es de sus hombres y tiene mucha información que podría servirle para acabar con Benjamin-dijo él y mire a Adara.

-Mierda-susurré y fui a donde Oliver.

-Tengo que salir es importante no tardaré mucho, te la encargo mucho-dije y Adara me miró.

-¿Puedo ir contigo?-dijo Adara.

-No, es mejor que te quedes aquí. Regresaré pronto vale-dije y ella asiente y me marcho.

*****

-¡Habla carajo!-grité dándole con un tubo de metal en las costillas.

-Ya le dije todo lo que se-dijo el hombre y mi celular comenzó a sonar y veo que era Oliver.

-Que pasó-dije.

-Adara está preguntando por ti-dijo Oliver.

-Dios mío, dile que voy en una hora. Todavía no tengo la información que necesito-dije.

-Bien-dijo Oliver y colgó.

Narra Adara

Me acerqué al ataúd, y vi el cuerpo de mi madre. Sentí mi mundo colapsar en ese momento y tome su mano.

-Mamita linda, ¿porque me dejaste?-susurré entre lagrimas. Me despegué del ataúd. Y vi que los guardias de seguridad hablaban con Oliver y Samantha hablaba con los invitados. Yo salí de la funeraria y comencé a correr, necesitaba estar alejada de todo. Corrí hasta que mis piernas ya no aguantaban más, observé que frente a mí estaba el mar. Me arrodillé en la arena y cerré mis puños tomando la arena.

-¡¿Porque?!-grité golpeaba la arena y me abracé a mí misma. Observo mi vientre y bajo mis manos a mi vientre.

-Eres lo único bueno que me queda, te pido por favor que no me dejes mi amor-susurré entre lágrimas. Siento que me golpean la cabeza con un balón y logré tomar el balón en mis manos.

-¡Lo siento!-escuché la voz de un chico y lo miré.

-No es nada-dije y le entregue el balón el lanzó el balón y me miró.

-¿Se encuentra bien?-preguntó y asentí.

-¡Jueguen ustedes denme un segundo!-gritó y se sentó a mi lado.

-Señorita, usted no está bien. Está llorando, si nececita hablar con alguien puede hablar conmigo-dijo y solté una carcajadas.

-Eres un adolescente, no podrás entender mis problemas-dije y él me miró.

-Sentí ese mismo dolor cuando mi mamá murió-dijo el chico y lo miré.

-Mi mamá era una gran mujer, la extraño mucho pero cada vez que miro al cielo sé que ella me está cuidando y está orgullosa de la persona que soy-dijo el niño y sonreí.

La Promesa Del NarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora