El terror se aferra a la psique humana como un depredador insaciable. Es un lamento trágico que se infiltra a lo más profundo del ser, consumiendo la paz y la libertad. Cada latido del corazón se convierte en un eco de ansiedad, haciendo que cada re...
El funeral de su abuela ha sido doloroso de presenciar, sobre todo cuando un apoderado comenzó a repartir objetos. La habitación está sumida en la penumbra cuando la joven chica ingresa; aún viste ropa negra de luto, sosteniendo en sus manos temblorosas una vieja caja de madera. Con cuidado, abre la tapa revelando una muñeca de porcelana, una antigüedad heredada de su abuela recién fallecida. La muñeca es tan hermosa como inquietante, con su vestido blanco de encaje que parece flotar a su alrededor como una nube de vapor. Sus ojos de vidrio azul son profundos y penetrantes, mientras su cabello de seda rubia cae en perfectas ondas alrededor de su rostro delicado.
La chica, fascinada por la apariencia realista de la muñeca, la coloca con cuidado en una pequeña silla junto a su cama. Sin embargo, al lado de la muñeca, encuentra una lista de instrucciones que ha sido dejada por su abuela.
La lista que la abuela dejó a la chica sobre la muñeca incluye las siguientes tareas:
1. Vístela cada noche con un vestido diferente. 2. Colócala frente a la ventana durante la luna llena. 3. Susurra un deseo en su oído antes de dormir. 4. No la mires fijamente a los ojos por más de un minuto. 5. No permitas que otros toquen la muñeca.
La lista incluye tareas aparentemente insignificantes para realizar con la muñeca, pero la chica no le presta mucha atención, considerándolas solo como una excentricidad de su abuela.
Los días pasan y la chica comienza a notar algo extraño en la muñeca. En ocasiones, jura haberla visto moverse por el rabillo del ojo o cambiar ligeramente de posición. Sus sentidos se agudizan cada vez que está cerca de la muñeca, sintiendo una presencia inquietante que parece emanar de su frágil figura.
Las noches se vuelven aún más inquietantes. La chica despierta empapada en sudor, con una sensación de opresión en el pecho y un miedo que le recorre la columna vertebral. Al mirar hacia la silla, puede jurar que la muñeca la observa fijamente con sus ojos vidriosos y una sonrisa maliciosa.
La lista de instrucciones, que una vez pareció trivial, comienza a atormentar sus pensamientos. Los susurros de la muñeca resuenan en su mente, instándola a cumplir con cada tarea. A pesar de su resistencia inicial, la chica finalmente cede ante la presión, decidida a encontrar algo de paz y tranquilidad.
Una noche, mientras realiza una de las tareas de la lista, la muñeca emite un suave gemido, casi humano. La chica se estremece, sintiendo cómo su cordura se desmorona lentamente. Las sensaciones de terror se entrelazan en su mente, una combinación de paranoia, temor irracional y una opresión en el pecho que le dificulta respirar. Cada vez que se acerca a la muñeca, la habitación parece llenarse de una atmósfera asfixiante y lúgubre, como si estuviera sumergida en un abismo oscuro.
— ¿Por qué estás haciendo esto? —susurra la chica, con voz temblorosa, mientras mira fijamente a la muñeca.
La muñeca permanece en silencio, pero su sonrisa siniestra parece desafiarla a seguir adelante. La chica, atrapada en una espiral de miedo y desesperación, se aferra a la última brizna de cordura que le queda. Sabe que debe encontrar una manera de liberarse de la influencia maligna de la muñeca antes de que su mente quede atrapada para siempre en la oscuridad que la rodea.
Con cada día que pasa, la chica se adentra más en los abismos de su propia mente, luchando por mantenerse unida mientras la muñeca la empuja hacia la locura. Ahora, su única esperanza es encontrar la fuerza para enfrentarse a la presencia aterradora que yace detrás de los ojos de cristal de la muñeca y liberarse del tormento que la consume.
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