En un mundo donde la fotografía de paisajes se ha convertido en una profesión en auge, una talentosa fotógrafa valiente y arriesgada decide embarcarse en una aventura para capturar la belleza de lugares remotos y olvidados. Con su cámara en mano, viaja de un lugar a otro, buscando la imagen perfecta que transmita la esencia de cada rincón del mundo.
La clave de su éxito ha sido lo meticulosa que es para notar hasta los detalles más insignificantes y capturar a la perfección el momento ideal para tomar una fotografía.
En uno de sus viajes, la fotógrafa llega a un sitio misterioso y encantador. Un pueblo antiguo con construcciones que parecen haber sido testigos de innumerables historias a lo largo de los siglos. La atmósfera está cargada de un aire melancólico y un halo de misterio que envuelve cada callejón.
Al paso que se adentra en el misterioso pueblo, sus ojos se llenan de maravilla al contemplar las edificaciones. Las calles empedradas están flanqueadas por casas de madera desgastada y tiendas que parecen haber visto mejores días. El aire está impregnado de un aroma dulce y ahumado, mezcla de las cocinas de los restaurantes cercanos. Es una refrescante mezcla de un sitio tranquilo por fuera y animado por dentro.
En su camino, la fotógrafa se cruza con personas de aspecto peculiar. Un anciano con barba canosa y ojos inescrutables, que parece conocer los secretos más oscuros del pueblo. Un grupo de niños jugando en la plaza principal, sus risas llenando el aire con una inocencia contagiosa. Cada persona que pasa tiene un aura de misterio, como si guardaran secretos profundos. Cómo si se le ocultara algo a los turistas.
Mientras sigue explorando, se topa con una hermosa pareja; una mujer de mirada enigmática y cuerpo escultural. Su cabello oscuro cae en suaves ondas sobre sus hombros y sus labios rojos como la sangre contrastan con su piel pálida. La mujer exuda una sensualidad y un aura de misterio que resulta irresistible. Parece no conocer el miedo y se mueve con una gracia felina. A su lado un hombre atractivo que también posee cabello y ojos oscuros, apenas cubiertos por un sombrero, sin embargo sus rasgos no se parecen en nada a la mujer por lo que supone que no son familiares, hay un par de anillos en sus dedos anulares por lo que asume que son una pareja casada con un grabado con las letras: "N&D".
El imponente hombre se acerca a ella y, junto a la misteriosa mujer, le advierte:
—Ten cuidado con las máscaras, hay un poder oculto en ellas. No siempre son lo que parecen.
La advertencia es sutil, pero la presencia de la mujer sexy que sonríe ante las palabras del hombre aumenta la intriga de la fotógrafa. ¿Quiénes son ellos? ¿A qué se refieren con lo de las máscaras?
—Espero que tomes este consejo —añade la bella mujer—. Me recuerdas a mi hermana menor.
Confundida por el particular mensaje y cautivada por la presencia de la mujer, le pregunta al hombre qué quiere decir. Sin embargo, este simplemente sonríe insondablemente y la mujer le lanza una mirada penetrante. No pronuncian ni una palabra más y se alejan, dejándola aún más curiosa y ansiosa por descubrir qué secretos ocultan esas máscaras que han mencionado.
Intrigada, ella continúa su camino. La advertencia del hombre y la presencia de la mujer siguen resonando en su mente.
Mientras explora descubre una pequeña tienda escondida entre las sombras. Decide entrar para explorar lo que ofrece. Con determinación, empuja la puerta y se adentra en la tienda, sin saber que ha comenzado un viaje hacia el horror y la perdición.
El interior está lleno de estanterías polvorientas, y en ellas se exhiben máscaras extraordinarias y únicas. Cada una de ellas tiene un diseño particular, algunas lucen grotescas y macabras, mientras que otras parecen emanar una belleza inquietante.
Un escalofrío le recorre la espalda, pero su curiosidad y la fascinación por la mujer misteriosa superan cualquier temor que pueda sentir.
Detrás del mostrador, una anciana de aspecto frágil y ojos blancos y opacos está sentada. Su voz, suave pero penetrante, rompe el silencio de la tienda mientras la invita a acercarse. La anciana murmura palabras incomprensibles, como si hablara en un idioma desconocido. La fotógrafa confundida, intenta entender lo que dice, pero es en vano.
Impulsada por la curiosidad y la sensación de que hay algo más en juego, se adentra aún más en la tienda. A medida que pasa por los pasillos, las luces parpadean y las sombras cobran vida, como susurrando entre sí. Sus pasos se vuelven pesados y su corazón late rápidamente, sintiendo una presencia inquietante a su alrededor.
De repente, las máscaras en las estanterías comienzan a moverse. Sus ojos vacíos parecen seguirla, y sus bocas se retuercen en una mueca malévola. Los susurros se intensifican, llenando el aire con una cacofonía de voces aterradoras. Ella se siente atrapada en una pesadilla infernal.
Sin previo aviso, las máscaras cobran vida y se lanzan hacia la fotógrafa, envolviéndola en una danza grotesca y amenazante. Gritando en desesperación, intenta liberarse, pero las máscaras la sujetan con fuerza, despojándola de su humanidad. Su rostro se transforma en una máscara más, su mirada eternamente congelada en un rictus de terror. Pensando con lo último de su razón en la advertencia de la pareja que antes vio.
La anciana, sonriendo maliciosamente, coloca la nueva máscara en la pared junto a las demás. Las máscaras parecen susurrarse entre sí, como si estuvieran satisfechas con su nueva adición. La fotógrafa, ahora una parte más del horroroso decorado de la tienda, ha perdido su identidad y se ha convertido en una víctima más de la maldición que acecha en aquel lugar.
La tienda, ahora impregnada con la esencia de otra víctima, continúa atrayendo a incautos visitantes, quienes, sin saberlo, se adentran en un destino similar al de la fotógrafa. Una advertencia silenciosa para aquellos que se atreven a desafiar los límites de lo desconocido, recordándoles que algunos ocultan el más profundo y oscuro terror.
¿Quiénes se imaginan que eran la pareja?
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El espejo de la mente rota: Entre la razón y la locura
TerrorEl terror se aferra a la psique humana como un depredador insaciable. Es un lamento trágico que se infiltra a lo más profundo del ser, consumiendo la paz y la libertad. Cada latido del corazón se convierte en un eco de ansiedad, haciendo que cada re...