Cap 31

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Ash

- ¿Que?
El médico delante de mi lucia contentísimo, como si la noticia fuese la mejor del mundo entero. Pero mi mundo se había puesto patas arriba.
- Pues que está embarazada de cuatro semanas. Felicidades señorita López.
- Como...
A punto de tener un ataque de histeria, me sonó el teléfono. Era Eiden.
- Dime. -contesté.
- ¿Sigues en el médico? ¿Era el de chafarinas, a que si?
- Ujum...
- Estoy fuera. Te espero.
- Aja... -colgué.
Miré al doctor que revisaba su ordenador obsesivamente y tecleaba a lo flash.
- Te daré algunos consejos para cuidarte durante el embarazo.
Embarazada. ¿Yo? Dios mío... no. Que miedo. No quiero.
- No puedes beber alcohol. Tengo entendido que fumas... tendrías que dejarlo.
¿Dejar el tabaco? Antes muerta.
- ¿Tu pareja actual es el padre? -me miró dudando. Como si fuese tan descuidada como para embarazarme de cualquiera.
Bueno, descuidada soy por preñarme en principio.
- Si.
- Pues tienes que comunicárselo. Es bueno que ambas partes estén implicadas para ayudarte. Sobretodo cuando llegues al tercer trimestre.
- Yo...
- ¿Tienes alguna pregunta? Suelen salir muchas dudas e inseguridades en estos casos. Tranquilízate y piensa bien las cosas.
- Ok.
Me levanté. Quería salir de ahí. Necesitaba aire.
- Te llamaré para agrandar la siguiente cita.
Asentí y salí. No sabía como decírselo a Eiden. Ni como decirle que esa cosa tenía que sacármela. Una Ash madre no tenia que ver la luz del sol.

- ¡Ash! -le escuche gritar a lo lejos.
Iba en mi dirección. Sonriente, alegre. Me beso al llegar a mi. Me saludo felizmente, irradiaba luz en su forma de ser. Yo en cambio, me sentía perdida.
- ¿...bien?
- ¿Que...? -reaccione.
- Que si estás bien. -tocó mi frente.- ¿Te dijo algo el médico? Te noto muy perdida.
- Uhmm... bueno... yo... -¿como sacaba el tema? No tenía idea. Alce la mirada para buscar la oportunidad de sacar el tema, y vi que llevaba el colgante.- Lo tienes puesto...
- Claro cielo. -lo miró y me dio un beso en la mejilla.- Pero no te salgas del tema. ¿Era gastroenteritis?
Claro que si, gastroenteritis. Ojalá fuese eso.
- Uhmmm... tenemos que hablar.
- Vale. Pero vamos a comer primero. ¿Quieres un kebab? El de aquí delante está bueno. Y no es caro.
- Si... vale.
Nos sentamos y pedimos. Si tenia hambre, los nervios hacían que él hambre aumentase.
Eiden hablaba sin parar. Parecía una cotorra. Hablaba sobre el trabajo, la universidad. Que hacía por el barrio... no lo sé. Me perdí a la segunda frase.
- ...entonces tendré muchísimos exámenes la semana que viene. No sabía que...
- Estoy embarazada.

Eiden

- ¡COF COF COF -me ahogaba.- COF! ¿Como?
- Estoy preñada, Eiden.
- ¿Que?
- ¡Coño que estoy embarazada! ¡De ti! Mierda.
Ash... estaba embarazada... de mi... Estaba alucinando.
- ¿Como? Si siempre usamos pro...
- Mierda no lo sé. ¡Ni lo sé ni me importa! Necesito...
La interrumpí y la abracé. Dios mío. Iba a ser padre. Íbamos a ser padres. Ash con mi hijo dentro de ella. Yo con hijo... Dios mío.
- Ash creo que me acabas de hacer el hombre más feliz del mundo. Te juro que todo saldrá bien. Desde ahora pensaremos en todo y...
- No lo quiero.
Del mismo modo que la adrenalina se apoderó de mis venas, el parón vino de repente. No la creía.
- No lo dirás en ser...
- No lo quiero.
- Ash. -no quería creerla.
- Tu no lo vas a sacar de dentro de tus entrañas. ¡Tu no vas a tener un parásito dentro tuyo durante nueve putos meses Eiden!
- Ash...
- Si tú quieres un día, y te cansas de mi, ¿quien se llevará la responsabilidad? ¡Obviamente yo! Yo no puedo ser madre Eiden. No me veo. Ni me quiero ver.
Ahora si, la creía en todo su esplendor. Un niño era una carga, era dinero, tiempo... lo sé. Pero era nuestro...
- Come y hablamos en casa.
- Mi casa o la tuya. Otro punto importante Eiden.
- Cielo, come. -suspiré.- Hablamos en tu casa.
Comió todo callada. Pensativa. Terminamos y nos fuimos en su moto. La verdad es que no estaba de humor tampoco. Pensar que ella podria acabar con el bebé así sin más, me había molestado más de lo que imaginaba.

Llegamos a su casa, y no podía seguir callado.
- ¿Ibas en serio? -me gire a mirarla.
- Si.
- Ash...
- Eiden, tengo 24 años. Soy joven, quiero vivir. Viajar. No tengo un buen trabajo. No he ido a la universidad. Ni a un grado, ni a una mierda. ¡Solo se hacer café!
- Ash, eres una chica independiente. Cocinas de maravilla, tú trabajo es igual de bueno que cualquiera. No por no ir a la universidad eres menos válida que otras personas. -me acerque a ella y la cogí de los hombros.- Serás una buena madre. Lo sé por como eres conmigo. Eres cariñosa, detallista, observadora, responsable... eres perfecta Ash.
- Pero... yo no quiero. Yo no... no estoy lista para tal responsabilidad. Es una vida Eiden. Un ser vivo. Un humano sobre mis hombros.
- Te juro Ash, que jamás te dejare sola. Ni a ti, ni al bebé.
- Es un grano de arena.
- Es un bebé.
- Grano.
Me reí. Rendido.
- Pues no os dejare solos al granito ni a ti. Cásate conmigo Ash.
Se quedó quieta.
- ¿Que?
- No era así como quería pedírtelo, la verdad. Mi idea era llevarte de viaje a algún lugar bonito, llevarte a cenar, ponerlo en e el vino... bueno. Esas cosas. Pero se me adelantó la ocasión.
- Pero...
- Cielo. -le cogí de las manos y la miré.- Lo quiero todo si es contigo.
- Eso no creo que me haga cambiar de opinión respecto al grano, Eiden. Eso duele... hay riesgos de...
- Eres la mujer más fuerte que he conocido luego de mi madre Ash. Tú puedes con eso y más.
- No creo...
- Con lo que no puedas, yo estaré ahí. -me arrodille.- Cásate conmigo Ashley López. Hazme el honor de convertirme en tu esposo.

Voz de cenizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora