EPILOGO

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Eiden.

Ser padre soltero es difícil. Las madres solteras son como brujas caza tesoros y las profesoras como cazadoras indecorosas. Mi hija Melody ha crecido a pasos agigantados, ya no es un bebé, camina y habla, sus dientes se caen y ahora le falta uno de adelante. Sus ojos son igualitos a los de Ash, pero su nariz igual a la mía.
Es un terremoto, no para nunca. Había pensado que eso era un problema, hasta que Gabriela, la madre de Ash, me contó que ella era igualita a su edad. Ainhoa y Ann me ayudan bastante también. El trabajo me toma mucho tiempo y cuando estoy en apuros, ellas siempre están.
- Papi, tienes que ponerte este clip.
Es mi mañana libre, lo que significa en su cabecita, mañana de peluquería.
Me pone un clip rosa fucsia en la coleta que me ha echo con maestría en la cabeza y sonríe orgullosa.
- Guapísimo.
Es idéntica a su madre.

- La demandada no tiene muchas pruebas en contra. -me dice Alex, mi secretario.- Veo favorable que pueda defenderlo.
La empresa que decidí fundar con mi compañero de universidad fue realzándose en picado hacia arriba. Ahora todos conocían mi sucursal, me estaba haciendo famoso y me hacía un hueco poco a poco en el mundo. Marcos no pudo continuar conmigo y se desenlazo de la empresa poco después de que ascendiese, no se arrepiente según él, pero yo siento pena por que no esté a mi lado. Cuando me llaman Ceo, un poco de orgullo se apodera de mí y se me hincha el pecho. Ahora hasta tengo secretario para asignar los casos, secretario que en nada se va de baja por que su mujer, Eleonor está a punto de dar a luz a su segundo hijo.
- Lo tendré en cuenta.
Miro el papeleo que hay en mi escritorio y bufo. Ha sido un día largo y estoy muy cansado.
- Y sobre la secretaria que me sustituirá...
Subo la mirada. Enfadado.
Sabe perfectamente que odio las secretarias. Las últimas tres que intenté tener, solo estaban ahí para tirarme los tejos. Incluso un tío lo hizo y yo ya estaba por echar por los suelos el echo de tener secretario hasta que lo encontré a él. Era perfecto hasta que su mujer tuvo que decidir parir.
- Te he dicho que no quiero secretarias. Busca a alguien casado o yo que sé. -vuelvo a mirar los papeles enojado.- Búscate la vida.
Se ríe.
Eso de ser un jefe que da miedo se me da fatal.
- Señor ella no intentará nada. Es perfecta para el trabajo y le aseguro que no lo decepcionará.
- Ahora es cuando me dices que es tu hija o algo así.
- Es mi sobrina señor. -lo miró de reojo.- Tiene buenos genes. -dice orgulloso.
Me río por la nariz y niego con la cabeza.
- Si hace algo fuera de lugar...
De repente el sonido de unos tacones irrumpe el lugar, y entra una mujer de pelo negro recogido u gafas de metal oscuro. Sostiene una carpeta al costado, sus pantalones de vestir se le ciñen a las curvas y muestra un porte recto y elegante.
- Con todo respeto señor CEO, -su voz es suave pero firme.- puedo asegurarle de que soy estricta en lo que respecta a mi trabajo.
Me quedo quieto observándola. Y mi vista pasa a Alex.
- Le presento a Emery, su nueva secretaria, señor Torres.

Voz de cenizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora